(Corregida)
Ella llegó para cambiar muchas cosas, en especial su vida. Él nunca pensó que una mujer como ella lo haría sentir así, y ellos jamás imaginaron que terminarían juntos.
La historia puede cambiar, algunos serán felices, otros no tanto.
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La cueva y el collar
Emmily se quedó sentada en su cama mientras Regulus iba por un vaso de agua, tenía las rodillas presionadas en el pecho, mientras abrazaba sus piernas. Volvió a soñar con aquella cueva y lago, pero esta vez, pudo ver quien era la otra persona que estaba con ella en aquel lugar y no le gustó para nada, pero ahora que sabía eso, no dejaría que pasara.
«¿puedo cambiar lo que ya está escrito?» Se preguntó mientras tomaba la libreta que Regulus le regalo en su cumpleaños y anoto los nuevos detalles que había visto en ese nuevo sueño.
—Aquí tienes —dijo Regulus entrando a la habitación de nuevo, con el vaso de agua—. ¿Quieres hablar sobre eso?
Emmily le dio un trago al agua, observándolo. Sintió un nudo en su garganta al saber lo que posiblemente sería su futuro. Quería llorar, abrazarlo y no soltarlo, convencerlo de que se fueran lejos de ahí, lejos de Inglaterra.
—¿Recuerdas el primer sueño que tuve? cuando te confesé que tenía sueños premonitores —el pelinegro asintió— Pues volví a soñar con eso.
Y a pesar de que era mentira, recordó aquel sueño, recordó aquella voz que le hablaba en su sueño, aquella persona que la había detenido y amenazado y solo entonces supo de quien era. Alaric Fallen. Y solo así pudo saber que cumpliría con su palabra: no se iba a deshacer de él tan fácil.
—¿Eso te había pasado antes? —preguntó Regulus, trayéndola de regreso a la realidad— Quiero decir ¿soñar con el mismo sueño?
—No. De hecho, no había tenido tantos sueños antes, o bueno, no como estos. —Dejó el vaso sobre la mesita y pasó una mano por su cabello. Al mirar a su novio, noto como si vista parecía perdida y su expresión era la misma que ponía cuando se concentraba en algo— ¿Todo bien?
—El Señor Tenebroso me pidió a Kreacher —dijo, observándola.
—¿Para qué?
—Ese es el detalle. No lo sé —soltó un suspiro y se levantó para sentarse a un lado de la castaña, pasó un brazo por sus hombros acercándola a él y abrazándola, sintió los brazos de ella alrededor suyo.
—Él estará bien —dijo para después quedarse en silencio. Cada uno preocupado por lo suyo. La castaña observo el libro abierto sobre la cama, lo poco que había leído le había sorprendido, jamás pensó que existiera esa magia oscura y, aunque era muy avanzada, la practicaría por cualquier cosa.
Los minutos pasaron y, cuando Emmily y Regulus bajaron a la cocina para comer algo, un fuerte Crack llamó su atención. Ahí, en el suelo, se encontraba Kreacher, su pequeño cuerpo temblaba mientras el llanto escapaba de sus labios.
—Kreacher —Regulus caminó hasta arrodillarse junto al elfo y comenzar a revisarlo— ¿Estás bien? ¿Qué fue lo que te hizo, Kreacher? —el elfo no dejaba de llorar. Regulus alzo la vista encontrándose con la de Emmily, que también se había arrodillado junto a ellos— Kreacher.
Esperaron unos minutos para que el elfo domestico lograra calmar sus llantos y el temblor de su cuerpo.
—E-el Señor T-Tenebroso llevo a Kreacher a una c-cueva —comenzó a explicar, causando un nudo en el estómago a Emmily—. El S-Señor Tenebroso hizo b-beber a Kreacher una poción. K-Kreacher ya no quería tomarla, p-pero el Señor Tenebroso le ordeno a Kreacher tomarla toda. Después... el Señor Tenebroso puso un collar en una vasija y volvió a llenarla con la misma poción... El Señor Tenebroso desapareció, dejando a Kreacher solo... Cuando Kreacher se acercó al lago a tomar agua, unas m-manos jalaron a Kreacher hacía el lago, pero después Kreacher desapareció como el amo Regulus le ordeno.
Se quedaron en silenció. Regulus no podía creer que Voldemort estaba dispuesto a dejar morir a Kreacher, se arrepintió de haberlo mandado con él. Por otro lado, Emmily sentía que el aire había abandonado sus pulmones; la cueva, el lago, el collar, la vasija, las manos saliendo del lago, todo encajaba con su sueño.
—¿Por qué escondería un collar en ese lugar? —preguntó ella casi en un susurró, atrayendo la atención de Regulus.
—¿Cómo era el collar, Kreacher?
El elfo domestico se limpió las lágrimas antes de contestar.
—Era... era pequeño, solo Kreacher pudo ver que tenía una serpiente dibujada... y también Kreacher pudo escuchar ruidos, como si fueran serpientes.
—Ve a descansar, Kreacher. —El elfo se puso de pie para desaparecer de la cocina. El pelinegro observó a la castaña, que tenía el ceño fruncido— ¿Emmily? ¿Qué piensas?
La castaña lo miró y negó con la cabeza.
—En nada... ¿Por qué crees que haya escondido ese collar? ¿Qué tendrá de importante?
—No lo sé —ambos se levantaron—. Esto es raro.
—Todo lo que tenga que ver con él es raro.
Walburga y Orión llegaron a la cocina junto a Bellatrix y Rodolphus. Como era costumbre, Bellatrix y Emmily compartieron una mirada asesina, pero no hicieron ningún comentario.
—¿Aún no llega Kreacher? —preguntó la mujer observando a su hijo.
—No, aún no llega —mintió.
—Bien, creo que nos toca a notros servir esta vez —Walburga sacón su varita y apuntó hacia los platos, que comenzaron a flotar y a servir la comida, para después colocarse frete a los lugares de cada uno.
Los seis comían ensilencio, los más jóvenes metidos en sus pensamientos, los cuales eran losmismos: saber que era ese collar y porque era tan importante para él SeñorTenebroso.
