(Corregida)
Ella llegó para cambiar muchas cosas, en especial su vida. Él nunca pensó que una mujer como ella lo haría sentir así, y ellos jamás imaginaron que terminarían juntos.
La historia puede cambiar, algunos serán felices, otros no tanto.
❝Quien no conozca la reacción de mis demonios, no debería darse la tarea de provocarlos❞
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Un pequeño desahogo
Aquella noche, la sala común estaba tranquila, muchos habían decidido irse a dormir temprano, Emmily estaba sentada en una de los sillones leyendo, a su lado estaba Susan, en esos días se habían hecho amigas, no tan cercanas, pero si podían platicar plácidamente, así como con Anna, con Ester sentía algo que no le agradaba del todo, pero también solía tener algunas platicas.
Regulus estaba al otro lado de la sala, sentado en una mesa acabando sus deberes y sin saber bien porque alzaba la vista para ver en dirección a la castaña.
Los de su casa no se la habían puesto fácil, muchos le hacían comentarios desagradables, mientras que otros comentaban que tal vez ella volvía a limpiar su apellido, aunque estaba difícil. Pero quien más hacía comentarios desagradables era Severus Snape, a lo que Emmily simplemente trataba de ignorar, no darles importancia a sus comentarios ni a los de nadie.
Pero esa noche fue el detonante de su paciencia. Emmily alzó la vista al sentir otra sobre ella, como todos los días. Snape le miraba como siempre, con desprecio.
—¿Cuál es tu problema conmigo? —preguntó en voz alta para que le escuchara, provocando que toda la sala común la viera.
—¿Me hablas a mí? —comentó el pelinegro con desprecio en su voz.
—¡No, le hablo a la estatua que está a tu lado! —contestó con sarcasmo— Claro que te habló a ti y si tienes algo que decirme, solo dilo y ya, que odio a las personas que se andan con rodeos.
—¿Quieres saber cuál es mi problema? —ella asintió con el ceño fruncido— Pues no confío en ti, eres tan arrogante como el estúpido de tu primo...
—Escúchame —Emmily dejó su libro a un lado, se levantó y camino hacia él, enojada—, en primera no quiero que me vuelvas a comparar con James, pero no soy igual a él, en segunda, yo no tengo la culpa de los traumas que te provocó el idiota de mi primo, y en tercera... ¡Ahgg! —se quejó cuando Snape la tomó del brazo con brusquedad acercándola más a él.
Instintivamente Regulus y Susan se pusieron de pie, pero el menor de los Black pudo ver algo diferente en la mirada de la castaña por el agarre, algo como ¿miedo?
—Quiero que quede entendió una cosa —murmuró Snape con odio muy cerca del rostro de Emmily—, tu no vas a venir aquí y decirme que hacer... — lo siguiente que sintió fue un ardor en su mejilla. Emmily le dio tan rápido la cachetada que no le dio tiempo de reacción, solo soltó el agarre en el brazo de la chica, que cambió su expresión de nuevo a una de enojo.
