(Corregida)
Ella llegó para cambiar muchas cosas, en especial su vida. Él nunca pensó que una mujer como ella lo haría sentir así, y ellos jamás imaginaron que terminarían juntos.
La historia puede cambiar, algunos serán felices, otros no tanto.
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Padre e hijo
Regulus jamás pensó sentirse tan nervioso como en esa ocasión.
Había terminado de vestirse y ahora caminan a de un lado de su habitación a otra mientras jugando con el anillo familiar, no sabía si los nervios eran porque por primera vez llevaría a una acompañante a la fiesta o porque esa misma noche tendría una reunión para hablar sobre el asunto de unirse a las filas del Señor Tenebroso y no había hablado aún de eso con Emmily y no sabía cómo iba a reaccionar. Quizás eran ambas.
Detuvo sus pasos solo cuando alguien toco a su puerta, se quedó parado en medio de su habitación y miró hacia la puerta con el ceño fruncido, no esperaba que nadie fuera por él, habían acordado una hora y también estaba habiendo tiempo para que diera esa hora.
—Adelante —dijo acomodando su camisa.
Orión apareció del otro lado de la puerta y lo primero que hiso, fue darle un vistazo a la habitación de su hijo —la que entraba a su habitación más seguido era Walburga—, después enfocó su vista en su hijo.
—Pereces nervioso —cerró la puerta detrás de él y se quedó ahí parado. Regulus pasó la lengua por sus labios y asintió con la cabeza ligeramente.
—Sólo un poco, padre —confesó.
—¿Puedo saber por qué?
—Por lo que vaya a pasar esta noche.
Fue el turno de Orión de asentir con la cabeza y, después de pensarlo un momento, camino hasta sentarse en la orilla de la cama del menor.
—¿Es por qué llevaras a la chica o por la reunión?
Regulus lo observo, frunciendo ligeramente el ceño por aquel acto, pues no solían tener esas pláticas muy seguido, eran contadas las veces que las tenían, pero, aun así, se sentó a su lado, son verlo.
—Por ambas —miró sus manos y se atrevió a preguntarle eso que le rondaba en su cabeza, en otras situaciones se lo preguntaría a Sirius—. Padre ¿Crees que Emmily aún quiera estar junto a mí cuando se entere de lo que quiero hacer?
—Si realmente te quiere como lo demostró aquella tarde, tendrá que aceptar tus decisiones y apoyarte en todo, así como tú también tendrás que apoyarla. —Lo miró y por un momento quiso ponerse de pie y salir de la habitación, pero no lo hizo, en su lugar puso una mano sobre el hombro de su hijo, dándole un ligero apretón y haciendo que lo mirara a los ojos—. Realmente te importa mucho esa jovencita ¿no es así?
