(Corregida)
Ella llegó para cambiar muchas cosas, en especial su vida. Él nunca pensó que una mujer como ella lo haría sentir así, y ellos jamás imaginaron que terminarían juntos.
La historia puede cambiar, algunos serán felices, otros no tanto.
❝Y pensar que todo esto comenzó con una sola mirada❞
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Quidditch
El primer partido del año llegó, Gryffindor contra Slytherin.
Desde la mesa de las serpientes, Emmily pudo ver a su primo, con el uniforme escarlata dando palabras de aliento a su equipo, regresó la vista a Regulus que hacía lo mismo, solo que sin tanta euforia como su primo. No pudo evitar comparar ambos uniformes y para ella, se veía mucho mejor el verde en el uniforme de Quidditch o, quizás, a Regulus le quedaba mejor. Inconscientemente mordió su labio inferior sin apartar la vista de su novio. Si sus amigas lo conocieran, le dirían que había corrido con suerte por lo atractivo que es.
Frente a ella, Susan rodo los ojos, pues ella era parte del grupo de mujeres que la detestaba por haber ganado la atención del menor de los Black, pero aun así le seguía hablando, se daba cuenta de lo buena que era en la mayoría de las clases y siempre que le pedía ayuda, la castaña se la daba.
—Si sigues así, voy a pensar que quieres comértelo —dijo ella trayendo a la realidad a la castaña— ¿Cómo son los uniformes de Quidditch en Ilvermorny?
Emmily frunció el ceño recordando y se encogió de hombros.
—Pues parecidos, por ejemplo, el uniforme de mi... antigua casa era de un color como entre verde y café, no me gustaba mucho —explico haciendo mueca—, los otros eran negro, blanco y amarillo. Los colores de aquí son mejores.
Antes de que dieran las once, todos comenzaron a irse al campo para tomar asiento. Mientras caminaba junto a las chicas, Emmily sintió que alguien la miraba, se giró para encontrarse con Sirius a pocos pasos.
—Hola cuñadita —saludo sonriendo, a lo que Emmily solo rodó los ojos y siguió caminando sin contestarle a Sirius, que paso por su lado, alcanzando a sus amigos.
Casi al llegar, Anna le dijo donde quedaban los vestidores y al ver a esa dirección, vio a Regulus en la entrada, así que le pidió a su nueva amiga que le apartara un lugar antes de ir hacia los vestidores. Regulus al notar su presencia, no pudo evitar sonreír y acercarse a ella para que no estuviera en la entrada de los vestidores, donde algunos de sus compañeros aún se estaban vistiendo.
—Vine a desearte suerte —dijo ella cuando su novio llegó a su lado— y espero y atrapes la Snitch antes que el buscador de Gryffindor. Hice una apuesta con mi primo.
—En ese caso, voy a esmerarme más. —Emmily se acercó para dejar un corto beso en sus labios, aquello hizo sonreír al pelinegro— ¿Y si me das otro un poco más largo? Pará la buena suerte.
—Te lo daré cuando ganen, espero y te sirva de aliento —le giño un ojo y sonrió de lado—. Ahora ve, que no pueden iniciar el partido sin los dos capitanes.
Regulus sonrió y caminó hacia el campo mientras Emmily subía las gradas para sentarse a un lado de Anna, que había conseguido asientos hasta frente. Después de que los capitanes se dieran la mano y que Madame Hooch diera las instrucciones el partido comenzó, todos gritaban, ya fuera para apoyar a su quipo o abuchear al otro mientras el comentarista narraba todo lo que pasaba en el campo.
La castaña pudo ver a su primo, realmente era un buen cazador, pero maldijo por lo bajo cuando anotó los primeros puntos para la casa de los leones, como se imaginó, todos comenzaron a abuchearlo y ella solo rio. Minutos después Slytherin anoto los primeros puntos para ellos, y así fueron; Gryffindor iba adelante con diez puntos de diferencia y Emmily sólo tenía su vista en Regulus que sobrevolaba el campo, esquivando las Blogger. Entonces Emmily la vio, la pequeño y dorada pelota alada apareció y la castaña comenzó a gritarle a su novio como si fuera a escucharla con todos los gritos que había.
Regulus, que aun sobrevolaba el campo, miró de reojo a dónde sabía que estaba su novia y la vio señalar cercas de los postes, se giró rápidamente y también vio la Snitch y sin pensarlo, fue a donde estaba para tomarla, solo que su movimiento repentino había llamado la atención del buscador de Gryffindor, que no dudo en seguirlo.
Slytherin había anotado otro tanto y al ver que ambos buscadores habían salido disparados pareciera que todo se detuvo. Todos estaban atentos a ellos dos, pendientes para ver quién la tomaba primero. De pronto se escucharon gritos por parte de las serpientes, Regulus la había tomado y volaba con el brazo alzando, mostrando la pequeña pelota entre sus dedos mientras los Gryffindor se lamentaban.
Emmily dio un brinco de alegría al igual que Anna y ambas se abrazaron, celebrando la victoria. Cuando Regulus bajó de su escoba, todos, jugadores y compañeros que ya habían bajado de las gradas, comenzaron a rodearlo para felicitarlo, así como lo hacían con los demás. Pero entre toda esa multitud pudo ver una cabellera castaña correr hasta él, que se abría paso y cuando estuvo cercas, se lanzó a sus brazos para abrazarlo con fuerza.
—¡Estuviste increíble, Reg! —dijo Emmily, viéndolo con una sonrisa y Regulus notó un brillo que no había visto. Realmente parecía feliz y le gustó ver esa sonrisa y brillo.
—Gracias y ya verás que... —Intento decir, pero Emmily le interrumpió cuando beso sus labios, pero de inmediato sintieron las mejillas arder cuando escucharon como los demás les hacían bulla por eso.
—Okey, tortolitos, ¡vamos a festejar que ganamos! —gritó Mulciber, comenzando a caminar hacia el castillo y todos los siguieron. Regulus entrelazó su mano con la de Emmily y caminaron un poco más atrás de los demás, hablando del partido y a lo lejos, la castaña vio a suprimo junto a sus amigos, qué los miraban con una mirada que no supo descifrar, pero tampoco le dio mucha importancia.
