Dark Blood (Owari no Seraph) Shinya x OC [Completa]

58. Su naturaleza es nuestro mayor problema

Narra Shinya

Siempre he sido un buen tipo: amable, divertido, no pierdo la paciencia fácilmente. Soy tranquilo, sensible, llevadero, todo lo bueno que se imaginen porque así me criaron, para ser perfecto y plantar mis buenos genes en mi prometida, pero... también soy una máquina de guerra, un asesino, un pervertido y sobre todo un masoquista.

Cuando era pequeño solía imaginarme miles de escenarios en los que moría por el rechazo de Mahiru. Eso antes de conocerla a ella, a Quiteri. Mahiru me dejó de interesar y ella se ganó todo mi interés sin siquiera esforzase por ello. Me enamoré de ella. No necesitaba torturarme mentalmente por ella. Mi vida ya era una tortura siendo ella la mejor amiga de mi prometida y la prometida de Kureto. Contra eso si no podía competir, si quería vivir. Volví a atormentarme reviviendo el día de su muerte y dejé de hacerlo cuando supe que estaba viva, pero ahora...

Como el masoquista que soy me levanté al no sentir su cuerpo a mi lado y caminé hacia la habitación en la que esperaba que no estuviera. Sabía que no debía abrir la puerta, se daría cuenta si estaba allí, incluso ya debió haberse percatado de que estoy en el pasillo. Sus sentidos de vampiros son ridículos.

Risas sinceras, como reía con él y no conmigo, como conversaban tan tranquilamente y sabrá Dios que hacían los dos solos dentro. Yo mismo busque atormentarme de esta forma.

Confiaba en Quiteri, sé que no sería capaz de hacerme algo malo, pero que no fuera yo el que estuviese con ella en este momento y la hiciera reír, me carcomía por dentro y volví al viejo hábito.

Me senté en el suelo recostándome en la puerta y empecé a imaginarme miles de escenas donde ella descubría que él era mejor tipo que yo y me dejaba por Guren, por supuesto yo moría por eso.

—Shinya — la puerta se abrió haciéndome caer bajo la su pijama, Qui me miró asombrada, pero calmada. —Cariño ¿Estas bien?

—¿Qué sucedió, Quiteri? — la voz de Guren se escuchó a fondo. —Ah, eres tú — uso un tono arrogante.

<Maldito. Cómo si ya me hubiera ganado>

—¿Shinya? — Quiteri si arrodillo a mi lado al ver que yo no me levantaba y acomodó mi cabeza en sus piernas, luego empezó a sacudir sus manos sobre mi cara. Posiblemente al ver que yo no reaccionaba o decía nada. —Oye, ¿Qué te sucede?

<Ella esta actuando tan normal, como si no acabara de salir de la habitación de él.>

—Estabas con él —ella me miró como si acabara de decir una estupidez pero para mi no lo era. — ¿Por qué estas con él, a altas horas de la noche?

Ella miró a Guren y luego regreso la mirada a mí. Suspiro.

—¿Qué estabas haciendo con él, Quiteri? — parecía un loco celoso, pero no podía evitarlo.

—Shinya, Guren es mi amigo...

—Un amigo que está enamorado de ti.

—y de ti

—No estoy para bromas...

—Peleas matrimoniales, fuera de mi habitación — bufó Guren.

—Cállate, todo esto es culpa tuya — dijimos Qui y yo a la vez.

No se si era por la tensión o porque mañana posiblemente moriríamos a manos del tío de mi novia, pero los tres soltamos una carcajada.

—¿Podemos hacer las paces? — dijo Qui intentando no atragantarse de la risa. —Los tres, no es momento para estar así.

—Yo estoy tranquilo — dijo el idiota de Guren. —es él quien busca pelea.