Dark Blood (Owari no Seraph) Shinya x OC [Completa]

25. Guren a veces es de ayuda en el amor.

Quiteri se separó abruptamente de Shinya. Había sido un simple beso en los labios, que duro unos cuantos segundos, pero ella estaba completamente alterada. Su rostro estaba colorado y mostraba confusión. Shinya la mirada complacido y tenía una vanidosa sonrisa, aunque solo hubiese sido un beso de lo más inocente.

— Shinya... —dijo colocando su brazo entre ellos, apartándolo más.

— ¿Qué pasó Quiteri? , ¿porque me apartas?... — contesto él algo confundido.

De todas las chicas que había besado, nunca nadie lo había apartado de esa forma y ella ya lo había hecho dos veces. < Por lo menos esta vez no salió corriendo> pensó.

— Es hora... — miró hacia abajo avergonzada. — deberías irte.

— ¿Eh? — él peli plata la miró aún más confundido. — ¿Qué es esto? ... Sé que también lo disfrutaste. — al ver que ella no decía nada y que lucía algo alterada, quiso aligerar el ambiente y dijo lo primero que se le vino a la mente — Solo fue un beso. Un beso inocente.

Quiteri al escuchar eso lo miró desconcertada. < ¿Solo fue un beso? > las palabras resonaron en su cabeza varias veces. < ¿Eso fue para él?>. Es cierto que ya se habían dado uno de esos besos antes cuando eran adolescentes, pero para ella fue diferente, ella no se sintió así. Ella no entendía lo sucedido desde la noche anterior y él sonaba como si no fuera la gran cosa. < Si es así, ¿Qué es lo que quiere conmigo?>.

— No es la primera vez que nos damos un beso. — continuó él intentando aligerar el ambiente, él no entendía porque ella estaba actuando tan extraño. La actitud de Shinya le quito la vergüenza e hizo que se empezara a enojar — No fue la gran cosa.

— Shinya... Vete por favor... — Quiteri lo miró entre tristeza y furia.

La mirada de la chica era tan intensa que Shinya se preocupó, pero no entendía que pasaba < ¿Qué fue lo que dije mal?>.

— Quiteri...

— Shinya... — lo miró fríamente y de forma más intensa. — Vete. Déjame sola.

— Está bien, pero pasaré más tarde a ver como sigues — dijo serio el chico sin entender aún que pasaba, pero entendiendo perfectamente que se debía ir— Puedes usar el teléfono de pared si necesitas algo, mi número esta allí. Llámame si necesitas algo.

Ella no dijo nada y Shinya salió por la puerta completamente aturdido.

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Toc. Toc. Luego del toque, abrió la puerta para encontrarse a un Guren dormido en su escritorio. En otra ocasión Shinya hubiera tomado un marcador y le hubiera dibujado un bigote y un par de lentes en el rostro, tal vez un par de pecas y un sol, pero esta vez no estaba de ánimos. No entendía que acababa de pasar. Pensó que había avanzado un poco con Quiteri, pero parecía todo lo contrario.

Le lanzó un libro directo a la cara, pero Guren lo agarro justo antes de que le pegará.

— Pensé que hoy me libraría de ti. — le dijo Guren serio.

— ¿Qué pasa Guren?... Nunca podrás librarte de mí, estamos destinados a estar juntos. — le dijo Shinya en tono burlesco.

— ¿No deberías estar cuidando a la princesa? — preguntó Guren, mientras Shinya se sentaba en el sofá frente a su escritorio.

— Ah pues, que te puedo decir... — sonrió apagado — Supongo que mi compañía no era de su agrado.

— Tú compañía no es del agrado de nadie.