Dark Blood (Owari no Seraph) Shinya x OC [Completa]

40. Mi razón para vivir

Narra Quiteri

Estar con Shinya, fue simplemente maravilloso, como si de alguna forma encajáramos perfectamente, como si estuviéramos hechos el uno para el otro en todo sentido. Pero me dolía todo el cuerpo y cuando digo toto, es TODO, estaba más que agotada. A pesar de su amabilidad, Shinya era literalmente un tigre.

Abrí mis ojos para encontrarme con sus almendrados ojos azules, que tanto me gustaba ver.

—Buenos días, princesa. — me sonrió confiado.

Parecía no estar para nada cansado ¿Cómo es que yo soy el ser mitad vampiro y él que el humano luce con tanta energía?.

—Pareces un acosador. — me tape con las sábanas, pues el aire acondicionado puso mi piel de gallina.

—¿Así llamas a tu novio? — dijo danto suaves caricias a mi pecho que me estremecieron al instante. —Pues este apuesto acosador, tiene ganas de... — bajo su mano lentamente por mi cuerpo hacía mi zona, produciendo corrientes eléctricas que recorrían mi ser.

—Shinya, estoy cansada. — detuve abruptamente su mano antes de que llegara.

—Quiteri... — puso cara de perrito suplicante.

—Shinya, ya lo hemos hecho 4 veces ¿Qué no estas cansado? — me volteé hacia el otro lado y cubrí mi cabeza con las sábanas.

—No se supone que yo me debo cansar primero que tú— me abrazó fuertemente por detrás.

—No sé, como se supone que sea, pero esta que esta de aquí ... no puede más.

—Mmmmmm— gruño y destapo mi cara, para luego tomar mi mentón con su mano y hacerme mirarlo. Aún después de hacer el amor con Shinya no dejaba de ruborizarme cuando hacía o decía ese tipo de cosas. — ¿Solo una vez más?

—Si lo hago una vez más, voy a morir. — le dije seriamente, él se rio. — Es enserio Shinya, yo siento las cosas prácticamente al doble...

—¿Sí? — se colocó sobre mí y destapó mi parte inferior de las sábanas. — eso suena interesante.

—Ufff— no pude evitar gemir cuando succiono mi cuello. Esperaba que mi regeneración, hiciera que eso no dejara marcas. Sería muy vergonzoso si alguien lo viera.

—Uyuyui, pero es que si te quedan fuerzas. —dijo luego que me coloqué ágilmente sobre él.

Shinya empezó a besarme ferozmente.

<Este hombre es insaciable ¿En qué carajos me he metido?>.

Él se sentó sobre la cama llevándome consigo y lo abrace con mis piernas. Nuestros torsos estaban separados solo por una sábana.

—Ufff, Quiteri. — jadeo fuertemente cuando le mordí el lóbulo de su oreja.—Jamás me cansaré de esto.

Estaba tan cerca de su cuello que no lo pude evitar y le hinqué los colmillos. Yo no sabía que esto se podía sentir aún mejor, pero el placer se duplico.

—Quiteri, súbete — su comentario me convirtió en un tomate, al notar a que se refería. Él tomo el último preservativo que quedaba en la mesa de noche y se lo puso.

Levanté un mis caderas para hacerlo, cuando dos tonos diferentes de celulares sonaron.

—Mmmmm— gruño Shinya, pero al igual que yo tomo su celular y contestó.

—Quiteri, ¿Dónde diablos has estado?

—No me grites, Ryo—nii.

—Te tiré un par de perdidas ayer y las dejé pasar, pero ya son las 10am y no ha habido señales de ti. ¿Dónde carajos estas?