Dark Blood (Owari no Seraph) Shinya x OC [Completa]

61. Los serafines, ángeles y dioses

Narrador

En la cocina se encontraba Guren con una sonrisa en sus labios que no se había borrado desde la noche, buscaba algo para desayunar mientras sin darse cuenta tarareaba una canción de Jazz...

—Buenos días, Germán.

El chico se quedó estático al escuchar la voz del albino, se sentía mal por lo que había hecho a espaldas de su amigo, pero no se arrepentía. Hace mucho que lo estuvo esperando un momento como ese con la rubia.

—Shinya — la saludó, sin mirarlo y sirviendo dos tazas de cafés.

Una para él y otra para el albino. Al darse la vuelta se percató de la sonrisa radiante de su amigo.

—Estas muy feliz... — Shinya tomó la taza de café de las manos del pelinegro.

<¿Y este por qué tienen esa sonrisa de idiota?>

—Tú también — Guren dio un sorbo a su café.

—Bueno, digamos que puede notar por que lo estoy... — dijo orgulloso refiriéndose a las marcas territoriales tan notables que le había dejado la rubia, inclusive sobre la camiseta blanca transparentosa.

—Sí, lo noto ... esta algo violenta — sonrió para sí mismo.

<¿Por qué esta tan feliz?> se preguntó Shinya ante el comentario de su amigo, pero lo olvidó pues anoche había tenido una de las mejores noches de su vida.

—Oh, mami Shinya. Papi Guren ¿Qué hay de desayunar? — Shinoa llegó cantarina junto a su escuadrón sentándose todos en la mesa de la cocina.

—¿Por qué me llamas así?— ambos adultos.

—Quiteri-nee-san los llama así.

—Sí, sí... — asintió Yoichi.

—Que eran los padres del grupo — Mitsuba.

—No me digan así — protestó Guren, pero en el fondo le gustaba que le dijeran papá.

—Les dije que no les gustaría — Kimizuki.

—Nee~ niños, ya enojaron a papi Guren — Shinya, que no le molestaba que le dijeran así solo le molestaba si Quiteri lo hacía, aunque no le hacia nada de gracia tampoco que le dijera papi a Guren.

—Buenos... — Quiteri entro a la cocina y se quedo mirando como ambos chicos estaban parados uno al lado del otro como si nada, se coloró por y puso nerviosa. — días...

Dio media vuelta y se procedió a irse, pero Mikaela la detuvo.

—¿y ahora qué te pasa?

<deja de leerme la mente, Mikaela> se quejó mentalmente.

—¿A mí?— se señalo a si misma — Nada, nada...

—Eh, parece que la princesa y el niño bonito se divirtieron anoche. —Ferid llegó junto a Crowley y ambos notando las marcas tanto en ella como en Shinya y el olor a sangre casi fresca. Además de que anoche no pasaron desapercividos para ningun chupasangre los gritos con el nombre del niño bonito.

—No me llames niño bonito, Barbie — soltó Shinya, el apodo no le molestaba pero no le agradaba el vampiro.

—¿Por qué no vienes y te diviertes con nosotros? — se acercó Crowley a ella. — Un vampiro es mejor que un humano...