Dark Blood (Owari no Seraph) Shinya x OC [Completa]

60. Los viejos y nuevos tiempos

Narra Shinya

Cosas raras pasaron entre más cerca estuvimos de la residencia Ichinose...

Debería de estar acostumbrado, puesto que cosas raras siempre acontecen a lo largo de mi vida.

Lo primero fue en el auto, donde el pervertido insinuó que mi chica no es lo que parece, es peligrosa y yo me debía encargar de drogarla.

Lo segundo, al pasar por el portón principal de los Ichinose: el serafín de Yu se apodero de él y de alguna forma Qui y Mika se encargaron de noquearlo.

Y lo tercero, sucedió cuando bajamos de los autos:

Todos estábamos mirando alrededor, aliviados de haber sobrevivido al tío de mi novia. Qui estaba sentada en la capota del auto, mientras le pasaba al inconsciente de Yu a Mikaela y luego ella bajó. No se quedó viendo los alrededores como todos los demás, según tenía entendido ella ya había vivido aquí cuando fue la prometida del idiota, pero estaba inusualmente callada, a diferencia de los demás.

—¡Cállate! — dijo repentinamente, ganándose la mirada de todos.

—¿? — Mikaela la miró con el ceño fruncido.

—Nada, nada... — le respondió haciendo con señas de restarle importancia.

Siempre he estado acostumbrado a escucharla hablar sola, por sus demonios. Así que le reste importancia. Como todos, volví a la conversación de ¿Qué haremos ahora?. Al parecer había algo aquí que debíamos hacer, pero primero descansaríamos unos días, cuando Yu se despertara veríamos eso y luego no sé. Fruncí el ceño al ver al pervertido mirándome, mientras intentaba ocultar sus labios con una mano y con la otra señalaba a Quiteri, la miré estaba en el aire... "Drógala" leí en los labios del vampiro.

—¡YA TE DIJE QUE TE CALLES! — esta vez lo gritó fuerte.

Ella nos miró nerviosa, tal vez ante la atención de todos. Me acerque a ella, ya me estaba preocupando se veía ¿asustada?, y eso si no era normal.

—¿Te sucede algo, cariño? — ella me miró inexpresiva.

Estando cerca de ella, me percaté de que uno de sus ojos ya no era rojo... era esmeralda.

—¿Te sientes bien? — Guren se acercó a ella y lo miró de la misma forma.

—¿Quiénes son ustedes? —preguntó completamente seria.

—¿Eh? — Guren.

¿Qué clase de broma es esta?.

—Quiteri... — puse una mano en su hombro.

Ella parpadeo dos veces, sus ojos volvieron a la normalidad, bueno a ser ambos rojos.

—Lo siento, voy a chekear el perímetro — dijo antes de pegar un salto lejos de nosotros.

—Crowley, síguela —Ferid.

—Yo iré — dije sin entender que estaba pasando y la verdad no quería dejar a solas a mi novia con el tipo que declaro que la complacería mejor que yo.

—Niño bonito, nunca podrás alcanzarla — me dijo Ferid y en eso Crowley me mostró una sonrisa soberbia y se fue tras ella.

—Tsk— sabía que tenía razón, Quiteri desapareció en la nada y un vampiro tenía más posibilidad de rastrearla por su olor.

—Cuando vuelva, tienes que hacer el trabajo que te asigne...

—¿Desde cuándo das las órdenes aquí?