Dark Blood (Owari no Seraph) Shinya x OC [Completa]

32. Despierto entre sus brazos

Narra Shinya

Ahhh me duele todo el cuerpo, tengo un dolor punzante en la cabeza y mucha sed. Este es un mal momento para ser albino, por ser tan claras mis pestañas el resplandor del sol entra fácilmente y molesta mis ojos.

— Que dolor tan horrible...

Pongo mis manos en la cabeza en un intento de apaciguar el dolor pero es imposible, me giro con la intención de evitar la luz directa, siento como reposo en una piel muy suave y abro mis ojos para encontrarme con la incuestionable silueta de una chica.

— ¿Qué diablos hice anoche?

Tengo una fuerte resaca y lagunas mentales, es la primera vez que sucede pues los demonios se encargan de recomponerte tras unas horas de borrachera, pero los síntomas no mienten.

— Veo que ya te despertaste... — dijo una voz femenina, la chica acarició mi cabello con suavidad.

< ¡Diablos, si Qui se entera. >

— ¿Cómo amaneces, Shinya? ¿Ya te sientes mejor?

Subí mi mirada analizando el cuerpo de la chica el cual solo estaba enrollado en una toalla ceñida. Conocía muchos cuerpos en el ejército, pero este era nuevo <¿Con quién me acosté y cómo es que me siento tan mal? ¿Por qué Byakomaru no me ha recompuesto?>. Al llegar a la sonrisa palidecí y al llegar a sus ojos ya no tenía dudas. Su piel blanquecina como la nieve, su fina nariz, cabellos dorados recogidos en una pequeña coleta y esos ojos color esmeralda.

— ¡Que demonios! — me levante asustado y me acorrale al otro lado del sillón.

Evité tanto esta situación y ¿Cómo llegué a ella? ¿Cómo?. Espera... mire a Quiteri se veía diferente, sus colmillos estaban levemente visible y tenía un aura de aún más perfección, estaba esplendida. No pude evitar un leve rubor, digo ella solo vestía una toalla, su busto sobresalía, su cabello que había crecido un poco en este par de meses estaba recogido y ese aire mañanero, todo la hacían ver jodidamente sexy. Oh no, aun debe haber alcohol en mi sistema y es de mañana. <Cálmate amigo, no sabemos que esta pasando>, le dije a mi cabeza inferior.

— No pasa nada entre nosotros Shinya... — dijo Qui riéndose, lo que me tranquilizó un poco. No quería no recordar haber estado con ella. — Anoche te dije que no me fueras a buscar porque llegaría tarde por el turno de noche, pero para mi sorpresa te encontré en mi sofá embriagado.

Mire a mi alrededor, definitivamente debía ser verdad lo que ella decía pues estábamos en su depto.

— ¿Y por qué solo estas en toalla?— no me molestaba la vista, pero era demasiado tentadora.

— Cuando salí de la ducha estabas teniendo pesadillas y llorando, solo hice lo de siempre. — contestó sin más.

En el pasado cuando tenía pesadillas, Qui acostumbraba a recostar mi cabeza en su regazó y realizaba un pequeño hechizo que mi familia le enseño para evitar pesadillas. Yo hacía lo mismo por ella, pues ambos sufríamos de pesadillas constantes en ese entonces.

— ¿Soñaste lo mismo de siempre? — preguntó.

Su actitud también era diferente, no estaba nerviosa ni nada por el estilo, su voz sonaba tranquila, superior y hasta puedo decir que se escuchaba un poco molesta.

— No recuerdo el sueño.

— Entiendo.

— Bien, anda a bañarte. Apestas a alcohol, hoy yo haré el desayuno.