El delicioso aroma proveniente de la cocina, apresuro su despertar. Su estómago gruño y se levantó. Caminó adormilada hasta la cocina, donde se sostuvo con sus brazos en la pequeña isla.
— Buen día, preciosa.
Shinya se giró al sentir la presencia de Qui. Aquello se había vuelto una especie de rutina ellos, todas las mañanas. Él la saludaba con un delantal sobre su uniforme militar, una espátula en mano y una enorme sonrisa. Ella tapaba su boca tras un bostezo, los ojos semicerrados del sueño y apenas sosteniéndose sobre la isla.
— Buenos días, Shinya. ¿Qué cocinas?... Huele muy rico.
— Desayuno alemán, tú sabes salchichas y esas cosas...
Qui salió de la isla dejando ver a Shinya su pijama del día de hoy, un camisón de satén y encaje rojo vino que llegaba solo hasta los muslos dejando ver parte de sus bragas. El albino de solo verla se acaloro y se quedó estático. Qui tomó un vaso, abrió el refri, se sirvió agua y lo cerró. Shinya no pudo evitar mirarla nuevamente de arriba abajo. Ella lo miró con curiosidad mientras bebía agua, pues lo notaba extraño.
— Qui, báñate y ponte ropa. No puedes andar así por allí. — intento sonar tranquilo, pero su voz lo delataba.
Para Shinya contenerse con Qui cada día era una osadía. Luego de ese beso en su oficina intentaba mantenerse al margen por ella, pero ella cada vez se lo hacía más difícil.
— Tengo ropa, mamá Shinya— protestó.
— No, eso no es ropa. Anda y vístete bien y no me digas así. No soy tu madre. — una arruga de frustración apareció en su frente.
— Déjame comer primero, luego iré a bañarme.
Shinya dejó la espátula en su mano y el vaso de la chica en el mostrador, tomo las muñecas de Qui con una mano y la puso contra la puerta refrigerador. Ella subió el rostro y lo observó confusa. Él la seguía mirando con frustración, ambos chicos se sofocaron por la cercanía.
— No estas entendiendo Qui. — sacudió su cabeza para tranquilizarse, pero no pudo evitar ver las piernas blancas de la chica y acariciarlas con delicadeza < Tan suaves>. — No puedes pasearte por allí así.
La voz del albino era profunda y seductora. Sus dedos rozaron la pierna de la chica hasta llegar a sus muslos, causándole escalofríos a la rubia.
— Shin...ya, ¿Queeeee estássss hacieeeendoooo?
— Vístete, por favor. — suplico, <No puedo tratarla así, no es cualquier chica> se reprochó.
< ¿Por qué está diciendo eso, con esa cara?> pensó ella alterada. Su mente era un completo desorden. Shinya cumplió con llevarla al hospital y traerla a casa, y vigilar su alimentación diariamente donde Tada Isshiki se volvió su cómplice; pero mantenía una distancia extraña entre ellos e inclusive se comportaba extraño.
—Qui, se te ve absolutamente todo. — su mano subió a acariciar la mejilla de la chica y fue bajando por su cuello, hombros y se detuvo cerca de su pecho. Ella se estremeció con cada roce. — y no se cuanto más me pueda controlar.
— Buenos días....
Ambos chicos se separaron rápidamente al escuchar la voz de su amigo, Guren había entrado al departamento para desayunar con ellos como lo hacía todas las mañanas.
— ¡Guren! ¿Qué haces aquí? — preguntó Shinya regresando a su tono habitual.
— Para desayunar, como todas las mañanas.
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Dark Blood (Owari no Seraph) Shinya x OC [Completa]
Fiksi Penggemar~Una pequeña historia de amor en medio de una gran catástrofe. ~ ¿Cuántos secretos puede guardar una persona, una familia o el mismo mundo?. Ella guarda muchos, pero no porque quiera, simplemente no puede desobedecer sus lazos de sangre. Inclusive...