Dark Blood (Owari no Seraph) Shinya x OC [Completa]

35. Shinya dice: Si Pierdes Me Alimentas

Shinya

Acorralar a Quiteri era divertido, pero decidí no insistirle más con mi pregunta. Con los días, su actitud cambio cuando estábamos solos y eso hablaba por ella. Ya no me trataba como a solo un amigo, era como si fuera mi novia pero sin aceptarlo. Con eso me bastaba, por ahora.

— Traje el almuerzo. — dije entrando a mi oficina.

Hace unos días regresó a trabajar conmigo. Ella estaba intentando colocar un libro en el último lugar del librero, lo que hacía que su vestido se levantara un poco dejándome ver sus muslos y el sexy sujetador de medias. < No sé cuanto pueda aguantar con ese nuevo uniforme>, todos sus nuevos conjuntos eran demasiado sensuales. < Realmente no sé que tiene Ryo en la cabeza>.

— ¿Por qué no comemos con todos en la cafetería? — sus lindos ojos me acusaban — tengo días sin ver a Mito.

< En la cafetería hay muchos hombres>. Sé que es inevitable que alguien la vea, pero por lo menos quería disminuir la cantidad de tiempo en que lo hagan.

— Porque quiero pasar más tiempo contigo, puedo decirles a las chicas que vengan a comer aquí.

— Esta bien... ¿Oye Shinya, te sientes bien? — se acercó a mi y me toco la frente. — Estas colorado.

< Es por ti tontita> no podía evitar sonrojarme cada vez que la veía y menos con su nuevo atuendo.

— Me siento un poco mal — fingí, puse la comida en la mesa y me senté en el sillón. — ¿No quieres cuidar de mí, cariño?

Tire de su chaqueta para que cayera sobre mis piernas. Ella puso una maravillosa cara de sorprendida y adquirio el color del cabello de Mito.

— Cre-o, queee te sientess muy bien.— intentó levantarse, pero la detuve e hice que se sentara nuevamente.

— No... de hecho me siento bastante mal. Creo que tendrás que alimentarme. — quería reírme, pero me mantuve serio. Su rubor aumentaba y su rostro se veía cada vez más divertido. — ¿Qué tal si me alimentas como esa vez que cuide de ti?

— No, pero que cosas dices. — empezó a moverse para zafarse, pero no la dejaría. Sostuve mi agarre con más fuerza.

— Estela, si sigues moviéndote así, sobre mí, puede que te arrepientas.

— ¿Eh?

Ella no entendía que estaba removiendo su trasero sobre mi pelvis. < Tan casta>.

— Nada, nada. Comamos. El menú de hoy es ramen, perfecto para mi malestar.

Quería seguir molestándola, pero tal vez me golpearía fuertemente y se iría lejos de mí. Me gustaba tenerla sentada sobre mí.

— ¡Shinya, no tienes ningún malestar!

— ¿Por qué no lo compruebas de mejor forma? — junte nuestras frentes, ella se quedo estática.

— Tal vez tienes la temperatura un poquito elevada, pero solo un poco. — dijo apenada.

< La tengo bien elevada por tí>, pero tengo que controlarme.

— Viste, Estelita... ¿me ayudas a comer?

— Si tienes la fuerza para sostenerme sobre ti, puedes comer tú solo.

— Así no es divertido... — me quejé infantilmente, sabía que ella no me daría de comer, pero igual era divertido molestarla. — Además, necesito mis manos para que no te me escapes.