Dark Blood (Owari no Seraph) Shinya x OC [Completa]

9. Los Celos De Kureto y Shinya

Gracias a Shinya, fue fácil fingir mi resfriado hasta que desaparecieran mis rasgos vampíricos. Lo que sí fue difícil fue no hincarle los colmillos en ese cuello al Hiragi.

Shinya y yo nos hicimos cercanos, a pesar de su aptitud que me fastidiaba compaginamos bien, era un buen chico, excepto por una cosa...
Todas las semanas me jugaba una broma pesada, tenía que estar pendiente todo el tiempo de: no caer en el lodo, de baldes agua o pintura preparados para empaparme, de no despertar con el rostro pintado, que mi shampoo fuera shampoo y cosas peores que es mejor no mencionar. Lo peor es que Ryo se había aliado con él para jugarme un par de bromas. De la nada, también se volvieron cercanos.

Nuestra relación con los Hiragi se estaba estrechando, Ryo incluso se hizo bastante cercano a Kureto. No era como una amistad pero sí una relación de respeto mutuo.

— No estas concentrada hoy, querida. —dijo serio Kureto mientras me atacaba directamente con su espada. Tenía razón.

Kureto y yo, entrenábamos casi todos los días después de escuela y los fines de semana. Se hizo bastante bueno en poco tiempo, podía decir que en poco alcanzaría a su hermana.

— Estoy preocupada, cariño. — dije mientras chocaba mi espada contra la suya una y otra vez.

— ¿Qué te tiene tan nerviosa? — preguntó enmarcando una ceja en su semblante hostil.

— Pues, que has mejorado bastante rápido. — sonrió con suficiencia. — Tengo miedo de que me lastimes. — lo esquive girando para luego volverme a encontrar con su espada.

— No mientas, querida. —dijo mientras intentaba derribarme con su pie.— Además no lastimaría tu hermosa cara.

— Eso no quita de que puedas lastimarme algo más. — le puse un hechizo en la frente. "Boom"

—Tienes razón. — dijo a mi espalda. Había esquivado el hechizo. — Te tengo.

Kureto tenía su espada en mi cuello y con su otra mano me sostenía por la cintura fuertemente pegando mi cuerpo al suyo. Estábamos demasiado cerca.

— Estas distraída. — dijo serio.

Kureto era mucho más alto que yo pero pude sentir el aire de su boca llegar a mi oído lo que me puso nerviosa, pero por alguna razón sentía que lo hizo a propósito.

— ¿Qué te tiene tan distraída, querida? — dijo aún sin soltarme y pegándome más contra él.

<¿Por qué está haciendo esto?>.

Mire levemente a mi alrededor viendo si alguien nos estaba observando. No vi a nadie. Nada. No entendía porque estaba haciendo esto. No fingíamos cuando estábamos solos. Kureto y yo habíamos mejorado mucho en la actuación de la pareja feliz, todos en la casa, los sirvientes, las casas aliadas y los miembros del Mikado pensaban que lo éramos. Bueno, casi todos Ryo y Shinya sabían que fingíamos y Mahiru de vez en cuando sospechaba pero a veces pensaba que solo eran sus ansias de drama. Igual Mahiru estaba muy ocupada con la secta, de la cual había obtenido algo de información gracias a ella.

— Ku...reto. — dije inquieta. — Estamos muy cerca. — y era cierto podía sentir perfectamente su cuerpo tras mí. Pude sentir como la sonrisa aparecía en sus rostro.

— Estoy seguro de que no es algo que te moleste. Al fin y al cabo eres mi prometida

<Qué egocéntrico>. Bajo su espada, pero no soltó mi cintura.

— ¿Qué estas intentando decir? — le pregunté seria, no me estaba gustando a donde iba esto.

— Lo que quiero decir, es que...— Kureto tiro su espada y con esa mano acarició mi rostro. — Ya llevamos unos 3 meses juntos y aún no hemos hecho nada.