Dark Blood (Owari no Seraph) Shinya x OC [Completa]

8. Guren Ichinose y la Princesa Moribunda

Sentí bajo mi cabeza algo entre suave y duro, y sobre ella algo tibio. Palpe arriba de ella.

<¿Una mano?>.

Tenía sed, pero mi paladar disfrutaba de un sabor familiar.
Abrí mis ojos de la preocupación al descifrarlo. Me había quedado dormida en el cuarto de Guren Ichinose porque me sentía débil. Frente a mi boca el dedo índice de Guren goteaba sangre roja y fresca. No pude evitar saborearla, a pesar de saber que no debía.

— Veo que ya despertaste, Quiteri

La voz familiar de Guren me hizo girar. Guren estaba sentado con las piernas alargadas en su futón y recostado a la pared, mi cabeza reposaba en sus piernas y una de sus manos acariciaba suavemente mi pelo.

— Babeas, princesa.

Me puse a examinar sus muslos en busca de baba.

— No deberías hacer eso. — una leve preocupación y risa se asomó en su rostro.

Me percaté de lo que estaba haciendo y puse los ojos en blanco, sobaba los muslos de un chico.

— te arrepentirás pronto...

—¿Qué clase de pervertido eres? — lo mire furiosa.

— Sigo siendo un chico. — se encogió de hombros.

— Iuuu, eres como un hermano para mí. Ese no es el caso...¿Qué fue lo que hiciste? — le pregunte inquieta.

— Tú fiebre era elevada, jamás te había visto tan débil. Claramente tenías tiempo sin probar una gota de sangre. — dijo serio mirando hacía el frente.

— Sabes lo que nos pasa si bebemos sangre humana. — dije sentándome bruscamente en la cama, mientras lo miraba acusatoriamente.

— Estoy al tanto, pero no podía dejarte así. No podía llamar a nadie para atenderte porque tendría que dar explicaciones y causaría problemas. Además que si te analizara alguien más que no fuera tu doctor, lo sabría. — solo lo miré enojada, Guren había hecho lo último que tenía que hacer en esta vida, darme a beber de su sangre. — No, me mires así. Solo fueron unas gotas, lo suficiente para que te mejoraras.

— Ahora se volverá un infierno.

— Míralo por el lado bueno, aún no me has atacado.

— Eso no quiere decir que no sienta claramente como bombea tu corazón sangre por todas tus arterias y venas. — Guren mi miró callado, no se arrepentía de su decisión.

— Era lo que tenía a mano, pero para lo próxima tendré sangre de vampiro guardada en mi refrigerador.

— Eso no fue gracioso, Guren.

— ¿Cuánto tiempo habías estado sin tomar?

— Alrededor de un mes.

— ¿Por qué llegaste tan lejos?

— Experimento cosas.

— ¿Qué tipo de cosas? — negué con la cabeza, no quería contestar. — Bueno, deberías dejar de experimentarlas.

— No crea que tenga tiempo ahora, que tengo que estar pendiente de no asesinar a nadie. — Guren me miraba como si eso no importara. — ya pronto amanecerá, debo irme antes de que alguien se dé cuenta de que no estoy y Ryo no pueda cubrirme. — Guren metió su mano en el bolsillo de mi pantalón y sacó mi teléfono, marcó.

— Anote mi número, pero lo guarde con otro nombre por precaución. Cuando lo veas sabrás que soy yo. Mantengámonos en contacto.

Asentí tomando el teléfono, no podía poner su propio nombre porque en esto momentos estaba viviendo en la casa Hiragi, su mayor enemigo.