14. Días de escuela, sangre y un pequeño Mikaela

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Narra Shinya

Le confesé mis sentimientos, mis verdaderos sentimientos. No directamente y no le dije todo, pero esperaba que aunque no fuera correcto los entendiera. Desde que ella llegó, ese día a la casa Hiragi, los días dejaron de ser oscuros y aburridos, reí sinceramente junto a ella y por una vez en mi vida pude sentir que tenía a alguien. Ella conocía hasta mis deseos más oscuros y mis lados más horribles, conocía mi pasado y no me juzgo. Era la única con la que en realidad podía ser yo, pero no podía estar con ella.

Por eso aunque solo dijera

— "Shinya"

No le reproché. En su abrazo pude sentir que había algo más <¿Tal vez me estoy volviendo loco?>. Era imposible que estuviéramos juntos, por más que yo lo quisiera. Había más de una razón y yo me las sabía todas. De alguna forma comprendí porque Mahiru me rechazó desde el primer encuentro y un poco de como se debía sentir Guren. Siempre lo había envidiado, pero esta sensación, de no poder estar con la persona que quieres es horrible. El deseo de comprobar la fuerza de Guren creció. Mi única oportunidad para estar con ella, era aliarme con la casa Ichinose para destruir a la casa Hiragi, pero no iba a hacerlo si su cabeza era tan débil como se hacía ver Guren.

¡Buenos días Shinya! — me dijo Ryo, mientras entraba al departamento de los Mikasa.

Ellos me dieron llave, para no estar con la cuestión de que el ascensor solo se abre con la llave o desde el depto. Yo vivía en el piso bajo ellos.

¡Buenos días Ryo! — dije sentándose en la mesa de desayuno, mientras Ryo hacía el desayuno.

¿Qué tal va la escuela? — preguntó, terminando de poner la mesa.

Ah, aburrida, pensé que sería más entretenido.

— Dímelo a mi, no tengo nada que hacer allí. Soy un genio. — dijo Ryo haciendo ademanes con sus manos, lo que le hizo ver gracioso. Ryo si que era arrogante, pero en ese son que te da risa a pesar de que todo lo que diga es cierto. — pero he descubierto varias cosas interesantes desde que estoy... y las chicas amigo... Solo por tener mi apellido.... es ridículo. Digo, sé que soy extremadamente apuesto, pero a veces me avergüenza como se presentan frente a mi.

— Veo que esas son las ventajas de no estar comprometido.

— Upps... sí, lo siento.

Ryo era bastante hábil con la cocina, a diferencia de Quiteri. Estaba convencido de que si no fuera un príncipe mitad-vampiro sería un excelente chef/idol/ingeniero.(Sí, Ryo también es un nerd como su hermana). El desayuno lucía delicioso como todos los días, daba gracias que los Mikasa convencieran a mi padre de dejarme vivir con ellos, vivir con mis hermanos sería un infierno, solo extrañaba a Shinoa la pequeña y traviesa Shinoa.

¡Buenos días! — Quiteri se sentó junto a mi en la mesa, lo que hizo que me pusiera nervioso por nuestra conversación de ayer. Ella lucía algo tranquila, como si nada hubiera pasado, pero yo no pude ocultar mi expresión.

Ryo se sentó frente a nosotros y empezamos a comer en silencio.

¿Porqué están tan callados? — preguntó Ryo luego de unos minutos de estar mirándonos fijamente con curiosidad. — Todos las mañanas están todos alegres, hablando sin parar, discutiendo por cualquier cosa ¿Se pelearon o qué?

No ha pasado nada Ryo. — le contesto Quiteri.

No me lo creo, este... — me señalo.— Habla hasta por los codos y tú Qui, lo reprendes a cada rato. — Ryo se sirvió jugo— Bueno, si están peleados arréglense, no me gusta verlos así, además están pasando muchas cosas raras... nadie sabe cuando va a morir.

Dark Blood (Owari no Seraph) Shinya x OC [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora