Dark Blood (Owari no Seraph) Shinya x OC [Completa]

50. Nagoya, "Vinimos de visita cariño"

Narra Shinya

—Basta de nervios ahora, nos quedan dos minutos. — le dije al chico que se llama Yoichi, quien se estaba muriendo de los nervios.

Hace meses que no sé de Quiteri, cuando dijo que se alejaría de mí, no pensé que fuera así. Entiendo por qué lo hace, pero no me gusta. Ni siquiera estaba en la ciudad, no recibía ni una llamada, ni un mensaje, ni nada, solo sabía que estaba en la ciudad vampiro y eso no me tranquilizaba. Digo, sé lo que es, pero no me agrada la idea de que este rodeada de chupasangres y mucho menos cuando oficialmente nos declararan la guerra. Las gemelas volvieron hace mucho y no entendía porque ella no, cuando le preguntaba a Ryo por ella solo me decía que estaba bien.

<Mmm la extraño ¿Qué estará haciendo ahora?>

Desde lo de Shinjuku todo estaba tenso por aquí y ahora me encuentro en una misión suicidad con mis compañeros para variar y enseñándole al niño como se hace el trabajo. Esta misión es estúpida, perderemos demasiadas vidas...

—Esta es tu primera misión de francotirador ¿correcto?. Guren me pidió que te guiara. Así que te enseñaré ¿bien?. Primero cálmate, respira profundamente un poco.

—Sí, señor. — contesto como todo un soldadito, que tierno parece un corderito.

Le dije cosas hasta que se calmó, mientras yo buscaba al objetivo. Esperamos el momento para disparar...

—Buen chico, el de sombreo es Lucal Wesker. Nuestro objetivo.— le indique.

Esperamos a la hora para iniciar el ataque.

<¡Mierda, Malditos vampiros! >

Lucal Wesker se percató del ataque antes de que llegara, lo esquivo y devolvió a nosotros derrumbando la torre en la que estábamos.

—¡Fallamos! — grito Yoichi.

—No nos moveremos. Elimina tantos vampiros normales como puedas.— le dije tranquilo al chico, era lo que debíamos hacer para apoyar a nuestros compañeros.

El escuadrón de Shinoa y Makoto se las arreglaron para aguantar hasta que Yoichi y yo llegáramos, Yu lo lastimo con su espada y al final el noble se suicidó para no convertirse en nuestro ganado. Lo entiendo, yo también lo haría. Así como ellos nos tomaban para tener sangre, nosotros los tomábamos para hacer experimentos. Agradecía que no tuviésemos ninguna pérdida y aunque sabía que mis esperanzas eran en vano, aún tenía fe en que los otros equipos regresaran enteros.

No me molesta matar, ser un soldado, ser un subordinado o una máquina de guerra, pero no me gusta perder vidas inocentes y menos de buenos soldados, si perdemos los hombres del Escuadrón del Demonio de la Luna, que es básicamente los miembros de la casa Ichinose, no podremos completar las misiones siguientes y Guren se sentirá más mierda.

Ahora estábamos en el parque en el cual nos reagruparíamos con el resto. Los chicos estaban hablando mientras yo los observaba.

—¡Guren volvió! — anunció alegre Yuichiro, el hijo de Guren.

Guren y los chicos salieron de la estación del metro llenos de rasguños y moretones.

—¿Pudieron con el suyo? — le preguntó desafiante e iniciaron una conversación entre padre e hijo tsunderes.

Este chico es casi igual de idiota que Guren. Parecen llevarse bien y tener una buena relación. Conocí a Yu hace poco, por Kureto luego del loco incidente en Shinjuku donde el chico se puso algo loco. Guren no me dejó conocerlo antes, lo que me indignó. Digo, prácticamente soy como su otro padre.