Dark Blood (Owari no Seraph) Shinya x OC [Completa]

15. Una visita inesperada en mi habitación

El agua estaba cálida. Usé un hechizo de protección para no desangrarme y así evitar ir a la enfermería. En algunos días, las heridas se curarían solas. La enfermería, el hospital... estarían demasiado llenos, luego de la masacre de hoy. Los 600 estudiantes de primer año habían sido reducidos a 180... solo los más fuertes sobrevivimos.

— ¡Ahhh, han pasado muchas cosas locas hoy! — me sumergí en la tina.

El baño estaba delicioso, se sentía bien, el agua tibia en todo mi cuerpo. No quería salir de allí, se sentía tan cómodo... <¿Dónde estará ella?>. ¿Habrá sido casualidad, una suerte o algo planeado?. Quiteri fue la única estudiante de primer año que no estuvo allí, por eso la podrían interrogar a ver si era la traidora. Me preocupaba un poco, ella era fuerte pero sí los hechiceros más fuertes del Mikado No Oni iban tras ella, podrían capturarla fácilmente en su estado actual.

— Espero que este bien. Ella lo estará. — mire el techo del baño.

Salí de la tina, me seque y me coloque la toalla en la cintura, con una toalla más pequeña me revolví el cabello. Aún así gotas de agua caían de este hacia mi cara. Salí por la puerta del baño a mi cuarto...

— ¿Qué carajos te paso Shinya?

Mire al frente con sorpresa, tenía días sin escuchar esa dulce voz dirigirse a mi. Quiteri estaba recostada en mi cama mirándome fijamente, pero ya no con enojo, con preocupación. Vestía un pantalón corto de dormir y una camiseta que ponía "Sweet Dreams". 

Me palmee el rostro. <¿Estoy soñando?>. Las únicas escenas donde esto ocurría era dentro de mis sueños, yo semidesnudo recién salido del baño y ella esperandome en mi cama. Debía estar soñando.

— Eres un terco... mueve y vístete para atender tus heridas.

No. No era un sueño, ella estaba allí. En mis sueños normalmente ella decía todo lo contrario, no pedía que me vistiera. <¿Me había perdonado?>. Esa vez realmente estaba enojada. Me alegraba de que su mirada fuera más suave, no quería que volviera a mirarme como ese día.

— Kureto me contó lo que paso en la escuela, fue una masacre...

— Ah, Kureto... — tenía que mencionarlo. — sí, fue una masacre.

Fui al guardarropa y saque un pantalón largo de pijama. Quiteri no me quitaba los ojos de encima. Estaba analizando cada una de las heridas de mi torso, para atenderlas lo mejor que pudiera. Ella es así.

— ¡Eh, Qui! — le dije algo nervioso.

El hecho de que yo estuviera semidesnudo frente a ella. Los dos solos en mi habitación, me ponía algo tenso. Había soñado con esto tantas veces, pero sabía que no pasaría nada en la vida real. Por su rostro desconcertado, parece que no se había percatado de la situación en la cual estábamos. Quiteri a veces es así, lenta en este tipo de cosas. (No crean que soy un pervertido, simplemente soy un chico y ella es una chica. Una chica muy linda y la chica que me gusta ¿Cómo no iba a estar nervioso?). Normalmente yo actuaba calmado y relajado con todo el mundo aún en la peor situación, pero Qui... ella siempre me ponía en estas situaciones extrañas en las que yo no sabía que hacer o sentir, aunque intentara actuar calmado frente a ella para que no lo notase por dentro me comían los nervios.

— ¿Qué paso? — me preguntó extrañada.

— Voy a quitarme la toalla para ponerme la ropa... o es que ¿A caso te interesa verme desnudo?... bueno más desnudo de lo que ya estoy — le dije en tono coqueto intentando sonar tranquilo, pero la verdad es que no estaba nada tranquilo.