Andrea P.Q.V
Me despedí de Rubius con un abrazo y cerré la puerta de su casa. Tuvimos una buena mañana, quitando ese momento incómodo en el que le había contado lo de Jeremy. ¿Por qué lo había hecho? No me podía haber cortado, no, tenía que soltarlo, ¿verdad? Muy bien Andrea, eres lo más.
Recuerdo que al decírselo vi... No sé cómo explicarlo. Como si se hubiese desinflado al recibir la noticia. No me refiero a que se encogiera, sino a que, por un momento, toda su ilusión y alegría se había desvanecido.
-¿Estás bien? -le había preguntado. Él sacudió la cabeza y me sonrió. Pero era una sonrisa falsa, sabía de sobra cuándo sonreía de verdad.
-Sí, sí, es que me ha dado un lapsus mental de repente.-se rió. Sabía que no era eso, pero bueno. -Pues me alegro mucho, en serio. Pero como te haga algo...-entrecerró los ojos y extendió el dedo índice en señal de amenaza.
Nos reímos, pero ambos no nos sentíamos bien.
Sacudí la cabeza para espantar la escena ocurrida y me subí al autobús para dirigirme a mi casa.
Ya dentro, recibí un mensaje de Jeremy. Quería quedar conmigo.
Suspiré y apoyé la cabeza en el cristal. ¿Por qué había aceptado salir con él? Sí, me gustaba, vale... Pero a veces el amor se confundía con el cariño. Me sentía muy a gusto junto a él, pero no era lo mismo que con Rubius o con Luis.
Luis. Me vino a la cabeza de repente, hacía mucho que no pensaba en él. Quedamos en vernos, pero... Ni yo le llamé ni él a mí. ¿Se acordaría de mí?
Recordé lo mucho que habíamos pasado juntos. Tantas risas, tantos momentos divertidos... Recordé la primera vez que nos dimos la mano. Era tan cálida y tan agradable... Recordé su sonrisa, sus ojos, su amabilidad. Era el chico perfecto, ¿por qué lo dejé escapar?
"Por Rubius" me respondí, sin querer.
Apreté las manos en puños, clavándome las uñas en las palmas. Tenía que dejar esos pensamientos atrás, en ese momento estaba con Jeremy y ya está.
Él me comprendía, me ayudaba y me calmaba cuando perdía los nervios. Gracias a él hice nuevos amigos en el instituto. Él me presentaba a las personas y yo se lo agradecía con sonrisas, aunque nunca me pareció lo suficiente.
Y ahora era el momento de agradecerle todo lo que había hecho por mí.
Encendí de nuevo mi móvil y le respondí que quedábamos en el parque donde nos encontramos por primera vez después de que me salvara la vida.
Bajé del autobús maldiciéndome por todo lo que había pensado en el trayecto y me dirigí al parque.
Últimamente no hacía más que estar fuera de casa, y se supone que las Navidades están para pasarlas en familia... Me sentí un poco culpable, pero tampoco parecía como si mis padres me echaran en falta. Al principio se negaban rotundamente a que estuviese todo el día en casa de Rubius o Mangel, o incluso en el parque con mis amigos, pero al final entendieron que ya era lo suficiente mayor como para saber cuidarme sola y no aceptar caramelos de viejos con pinta de violadores... Vale, no.
Es igual, ese día iba a ser el último en estar fuera, al próximo me quedaría con mis padres. Mientras tanto, había que disfrutar de los últimos días en los que el frío era aún soportable.
Entré al parque y me dirigí al banco donde me senté llorando al ver que Rubius tenía novia. Bueno, según él, no era realmente su novia, pero me dolió mucho. Es por eso por lo que no quería salir con él, tenía miedo de salir dañada, o que él también fuese dañado. Sin embargo, parecía que a él le daba igual, quería intentarlo, era muy cabezota.
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La revolución (ElRubiusOMG)
Fanfiction¿Nunca os habéis preguntado qué pasaría si Rubén Doblas Gundersen, más conocido como ElRubius, tuviese novia? ¿En cómo reaccionarían las fans hembras? ¿Se alegrarían por ellos o... prepararían un plan? Andrea, una chica de catorce años con un vacío...