Capítulo 24 "Una hora"

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-¡¿Por qué le disteis mi número a ese completo desconocido?!-pregunté furiosa.

Me había levantado al día siguiente y nada más despertar, les pregunté el por qué de darle mi número a Jeremías.

-Es que queremos que salgas con gente de tu edad...-dijo mi madre, tratando de tranquilizarme.

-¡Me da igual! ¡Me lo teníais que haber dicho antes!-protesté.

-Quizás te lo tendríamos que haber preguntado...-susurró mi padre.

-¡Pues mira, no se me había ocurrido!-exclamé irónica.-¿Y ahora qué le digo? ¿“Me caes fatal, no voy a salir contigo, tienes mi número porque mis padres creen que pueden controlar mi vida"?

-Eh, no te pases, Andrea, que lo hemos hecho por tu bien.-dijo mi padre, ya perdiendo los nervios.

-¿Por mi bien? ¿Ofrecerle alguna información mía a un desconocido es seguro?-pregunté desquiciada.

-Al principio no queríamos, pero al ver sus súplicas...-dijo mi madre mirándome fijamente a los ojos.

-¿Súplicas?-pregunté de nuevo, extrañada.

Mi padre asintió y mi madre me contó lo ocurrido.

-Cuando estabas con Miguel y Rubén, fuimos a darle las gracias por ayudarte, ya que estaba por ahí, y le dijimos que si quería algo, que se lo daríamos. Al principio se negó, pero luego se lo pensó, y nos preguntó si podríamos darle tu número. No estábamos dispuestos, pero nos contó que... bueno... que Rubén tomaba drogas y...

-¡¿Que Rubius toma drogas?!-exclamé interrumpiéndola.-¡Eso son tonterías! ¡Él jamás ha tomado drogas, ahora no toma y nunca tomará! Eso lo dijo para chantajearos. ¿De verdad le creéis?

-Déjame acabar, hija.-protestó.

Me crucé de brazos y la miré, esperando que terminase el relato.

-Obviamente, no le creímos, y él nos dio la razón, se lo había inventado. Le preguntamos por qué y nos respondió que realmente anhelaba tener tu número, quería contactar contigo porque...

Miré a mi madre forzándola a que siguiera.

-Porque le habías gustado.-terminó con una sonrisa.

¿Cómo? ¿Que le había gustado? Jamás había gustado a alguien... Sobre todo por mi carácter. ¿Por qué se fijó en mí? ¿Era verdad o en realidad sólo quería arruinarme la vida?

Todas esas preguntas pasaron vertiginosamente por mi cabeza.

Me senté en el suelo con las rodillas hacia arriba y apoyé mi cabeza en las manos.

Oí que mis padres de acercaban cuidadosamente, así que negué con la cabeza en señal de que no quería su compañía.

Después de un rato de indecisión de mis progenitores, acabaron yéndose de mi habitación, dejando que me ahogara en mi confusión.

En ese momento, sonó un mensaje. Me tiré de los pelos para castigarme por hacer lo que iba a hacer en ese momento: coger el móvil.

Revisé los mensajes y vi el último. Obviamente, era de Jeremías.

“Creo que me he confundido de número, lo siento si te he molestado, anónima persona. Un saludo."

Creía que mis padres le habían dado el número incorrecto. Me mordí las uñas para aclarar mis ideas.

La Andrea de antes se habría sentido feliz y habría dejado que Jeremías se desilusionase, pero... había cambiado.

Maldije mentalmente a los youtubers por cambiarme y empecé a escribir temblorosa.

“No, no te has equivocado. Soy Andrea. ¿Qué quieres?"

Al rato recibí su respuesta. Bufé y la leí.

“Menos mal, pensaba que tus padres me habían mentido por ser un desconocido... Quería quedar contigo en algún lado, ¿te parece?:)"

Una cosa era darle mi número y no dejar que se desilusionase y otra era salir con él. No. De ninguna manera.

Decidida, le mandé un no. Así de claro.

Al segundo, me escribió de nuevo. ¿Por qué no quería entender que me caía mal y que lo quería lejos de mí?

“Por favor... Aunque sólo sea una hora... Ni siquiera me conoces:("

“Por eso no quiero quedar, apenas te conozco." respondí.

Me levanté del suelo y estiré las piernas, ya me estaba cansando ese chaval.

De nuevo, leí su mensaje.

“Por favor, ¿tanto te cuesta? Es verano, somos jóvenes, nos gusta conocer a otras personas, ¿por qué no a ? Total, soy uno más... Sólo te pido una hora. UNA HORA. Por favor... Luego, si quieres, te olvidas dey te dejo en paz, ¿ok? Pero para eso tenemos que quedar."

La madre que le parió. Quería que me dejase en paz pero no salir con él. ¿Qué podía hacer?

Empecé a dar vueltas por la habitación con el móvil en la mano y pensando.

Llena de furia, al final le respondí.

“Vale. Pero recuerda: me dejarás en paz."

Ok:)"

¿Por qué me ponía una maldita carita feliz? Da igual.

Quedaría con él, pero trataría de ser lo más borde posible, para que dejase de estar interesado en mí.

<<No caigas en sus garras, Andrea, no caigas en sus garras…>> me repetí.

La revolución (ElRubiusOMG)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora