La revolución (ElRubiusOMG)

Capítulo 42 "El discurso"

AndreaP.Q.V

—Tenemos que hablar.—dijo desde el otro lado del teléfono.

Cuando se dice eso... es que algo malo pasa.

Me tensé y Luis lo notó, pues me miró preocupado. Yo sólo le sonreí.

—Dime.—indiqué.

Escuché un largo suspiro. ¿Qué pasaría? ¿Ya no quería ser mi amigo? ¿Se había cansado de mí?

Con todas esas preguntas rondando por mi cabeza, las lágrimas se acumularon en mis ojos.

—¿Qué pasa, Andrea?—me preguntó Luis acercándose.

Le puse mi dedo índice en su boca, en señal de que guardara silencio.

—Rubius... ¿estás ahí?—pregunté con la voz cortada.

Al pronunciar su nombre, el rubio abrió la boca asombrado. No pude evitar una pequeña risa.

—Veo que te lo estás pasando bien.—dijo por fin el youtuber.

—¿Eh? ¡No!—exclamé alarmada.
—Tranquila, ya te dejo de molestar.—dijo algo borde.
—Rubén, ¿qué pasa? Me estás preocupando...—trataba de no perder los nervios, pero me estaba costando.

Escuché que carraspeaba y miré a mi amigo, quien seguía sin reaccionar.

—Mira, Andrea, ya sabes que eres muy importante para mí...—esas palabras hicieron que mi corazón se ablandara.—Porque eres mi mejor amiga.—añadió.

Auch. Eso dolió. No sabía por qué, me encantaba ser su mejor amiga, ¿a qué vino esa reacción?

Sacudí la cabeza, haciendo que Luis reaccionara y pusiera su mano en mi espalda, como dándome ánimos.

—Y quiero lo mejor para ti.—siguió Rubius. Sentía un nudo en la garganta, pero lo ignoré. —Y por eso... quiero que tengas cuidado con quién estás.

—Rubén, ¿a qué viene todo esto?—cuestioné cada vez más preocupada.

—Lo digo por el chico de tu foto.—respondió... ¿celoso? No, habían sido imaginaciones mías.

—¿Quién? ¿Luis?—al nombrarle, el chico dio un pequeño brinco.

—¿Me conoce?—preguntó asombrado.

—Dile que no, que sólo por la foto.—indicó el del teléfono, algo borde.

—Solo por la...—quise decírselo, pero me interrumpió.

—Foto. Lo sé. Lo oigo desde aquí.—dijo el rubio algo abatido.

Le acaricié cariñosamente el brazo.

—También dile que se aleje de ti.—ordenó Rubén.

—¿Eh? Perdona, pero discrepo. Es mi amigo, no me voy a separar de él sólo porque...

—Perdón.—se disculpó interrumpiéndome.—Quería decir ahora, no quiero que escuche lo que te voy a decir.

—Ah...—susurré.

Iba a decirle que se fuera pero el chico asintió y salió de la habitación.

—Dime.—indiqué.

—Andrea, yo... Siento haberme puesto así.—dijo avergonzado.

—¿Cómo? ¿Arrogante, borde, superior...?—protesté enfadada.

—Ya te he dicho que lo siento...
—Mira, me da igual lo...—me callé repentinamente. No podía seguir la frase. Pensaba que había espantado a mi antigua yo, pero seguía ahí dentro, luchando por salir a la superficie.