Me llevé las manos a la boca, incapaz de creerme lo que había visto. No podía ser... Rubén jamás haría eso... ¿o sí?
Negué con la cabeza y amplié la imagen. Sí, definitivamente era él. Cogido de la mano con una chica. Ambos estaban sonrientes y caminaban tranquilamente por Gran Vía.
Es que era una imbécil. ¿En serio me había creído que le gustaba? ¿Por qué me había hecho tantas ilusiones? Era obvio que jamás se fijó en mí. Peor entonces... ¿por qué me besaba? ¿Por qué me abrazaba? ¿Por qué estaba conmigo?
Tiré un cojín furiosa al suelo, tratando de no llorar. Volví a mirar la pantalla y tuve ganas de tirar el móvil por la ventana, pero era demasiado valioso como para eso. Además, no podía volver a ser la antigua Andrea... tenía que controlar mis impulsos.
Inspiré profundamente y exhalé. Me calmé un poco, pero no lo suficiente como para no estar tensa.
Lo primero que tenía que hacer era averiguar quién era esa chica. Busqué un poco más por Twitter, pero todos estaban confusos, era una chica completamente desconocida, ni siquiera habían encontrado su cuenta.
Me bajé al suelo llevándome una mano a la frente. Lo único que podía hacer era preguntarle directamente a Rubius. ¿Pero me podía fiar de él? Yo le quería mucho, y él siempre había estado allí para ayudarme y apoyarme, a pesar de las numerosas peleas que habíamos tenido. Al fin y al cabo, algo parecido pasó con esa tal Aroa, al final sólo había sido un malentendido.
Sí, se lo iba a preguntar. Aún confiaba en él, era mi novio y mi ídolo. Todos se merecen al menos una oportunidad para explicarse.
Pero más le valía no mentirme.
Justo cuando iba a llamarme, mi madre me dijo que la cena estaba preparada, así que no me quedó más remedio que mandarle un mensaje diciéndole que quería hablar con él a solas y en persona.
Al poco me respondió y quedamos en mi portal al día siguiente. No lo sé con certeza, pero estaba casi segura de que él estaba preocupado.
A ver cómo se lo decía...
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Al día siguiente, a eso de las 12 de la mañana, me vestí rápidamente con lo primero que vi, cogí mis cosas (incluyendo el móvil con la foto), salí de mi casa y bajé por las escaleras.
Cuando estaba nerviosa me movía mucho, así que preferí bajar los 6 pisos a pie en vez de coger el ascensor, así me descargaba un poco.
Al llegar a la planta baja, vi que Rubén estaba esperando con una sudadera negra de espaldas a la puerta. La abrí rápidamente y le agarré de la ropa para meterlo en el interior del edificio para así evitar que la gente le viera.
El movimiento le pilló completamente por sorpresa, por lo que casi se cae, pero conseguí equilibrarle mientras cerraba la puerta con la otra mano.
—Dios, que susto me has dado, pensaba que me iban a violar.—dijo apoyándose en la pared mientras respiraba agitadamente.
—Eres un exagerado.—sonreí ligeramente mientras me acercaba a él.
—No te creas, eh, que ya he tenido malas experiencias.
—Claro, como eres tan sexy, ¿no?—cuestioné en tono irónico, aunque sí que lo era.
—Tú deberías saberlo mejor que nadie.—replicó mientras hacía una pose de diva.
Me reí cuando, de repente, me acordé de por qué le había llamado. Ya me estaba distrayendo con su sensualidad.
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La revolución (ElRubiusOMG)
Fanfiction¿Nunca os habéis preguntado qué pasaría si Rubén Doblas Gundersen, más conocido como ElRubius, tuviese novia? ¿En cómo reaccionarían las fans hembras? ¿Se alegrarían por ellos o... prepararían un plan? Andrea, una chica de catorce años con un vacío...