Golpeé la puerta de Rubius. ¿Cuántas veces habría ido ya a su casa? Seguro que pensaba que era una acosadora, pero bueno, ¿qué se le iba a hacer? Podía vivir con ello.
Serían eso de las doce (había madrugado para ir a casa de Wouter), así que supuse que mi amigo estaría levantado para poder darle la noticia de que podía volver a abrir su canal.
Abrió la puerta y descubrí que iba vestido normal, con una camiseta de su propio logo y unos vaqueros.
—Por fin vistes de forma decente.—dije graciosa.
—¿Pero qué dices? Si yo visto mejor que tú aunque lleve pijama.—repuso en tono superior y adoptando una pose de diva.
Me reí y entré en su casa, la cual estaba un poco más recogida de lo normal.
—¿Te has vuelto más limpio de repente?—pregunté mientras me sentaba en el sofá.
—La verdad es que ha sido mi madre, que me ha visitado esta mañana.—respondió avergonzado.
Le miré con reproche y golpeé suavemente el sofá, para indicarle que se sentara.
El chico me hizo caso y se sentó a mi lado. Demasiado cerca, diría yo, así que me levanté y me coloqué en frente suyo para darle la noticia.
—Tengo una noticia.—anuncié, y él frunció el ceño.—Ya puedes volver a abrir el canal sin ningún problema.
—¿Eh? Si lo vuelvo a abrir, ese idiota de Wouter matará a mi madre.—repuso con énfasis.
—Dijo que la mataría si no le hacías publicidad, no si abrías de nuevo el canal. Y te digo con total seguridad que puedes seguir subiendo vídeos sin hacerle publicidad a Wouter.
Rubius me miró con sorpresa y abrió ligeramente la boca.
—Pero... ¿Cómo sabes que no le hará nada a mi madre?—cuestionó no muy convencido.
—Porque me he encargado personalmente de que no vuelva a acercarse a ti ni a tu familia.—contesté con cierto orgullo.
Saqué mi móvil y puse la grabación para que escuchase la parte en el que admitía que le había amenazado.
—Quedé en que si no volvía a hacerte nada, no le denunciaba.—dije.
Observé su cara. Me miraba con desconcierto, y parecía que no sabía qué decir.
—Pero ¿cómo? ¿Te lo encontraste por la calle?—preguntó asimilando la información.
—No tengo tanta suerte.—indiqué.
—Entonces... ¡¿Fuiste a su casa?!—exclamó alertado.
Asentí con la cabeza y sonreí. Pero Rubius no se lo tomó tan bien como yo esperaba, y se levantó bruscamente del sillón, haciéndome retroceder.
—Fuiste a su casa.—susurró lentamente sin apartar los ojos de mí. —Sin avisarme.
—Eh... Sí. —afirmé algo acongojada.
El chico inspiró profundamente y se rascó la nuca.
—¿Pero tú estás loca o qué te pasa? ¡Has ido a su casa sola! ¡Podría haberte matado!—gritó llevándose las manos a la cabeza.
—Sé defenderme.—repuse.—Y no soy tan idiota como para ir sin un cuchillo.
—¡Y vas con un cuchillo, encima!—dijo exasperado.
—Mira, tú no controlas mi vida, ¿vale? ¡Encima que me preocupo por ti y arriesgo mi vida sólo para que puedas abrir el puñetero canal de YouTube, me lo pagas así! ¡Gritándome y llamándome loca!—grité acercándome a él para causarle más efecto.
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La revolución (ElRubiusOMG)
Fanfiction¿Nunca os habéis preguntado qué pasaría si Rubén Doblas Gundersen, más conocido como ElRubius, tuviese novia? ¿En cómo reaccionarían las fans hembras? ¿Se alegrarían por ellos o... prepararían un plan? Andrea, una chica de catorce años con un vacío...