Por la tarde, Rubius subió un nuevo vídeo. Llena de furia, lo abrí. Jamás había sentido algo así, jamás había sido capaz de hacer aquello por alguien, pero... es lo que tiene estar enamorado.
El amor te impulsa a hacer cosas que nadie haría en su sano juicio. A veces puede ser bueno, otras malo... Pero en este caso yo consideraba que era bueno.
El vídeo trataba sobre "Octodad" y Yanara se pasó todo el tiempo diciendo tonterías, como que si esos iban a ser sus hijos, que si se iban a acostar todos los días, que si no sé qué... Mi odio hacia ella crecía por segundos, su falsedad me ponía muy nerviosa. Y lo peor es que los ojos del youtuber estaban llenos de ternura, nunca los había visto tan iluminados. Me obligué a pensar que era porque pasaba demasiado tiempo delante de la pantalla.
Sin embargo, los de Yanara estaban llenos de oscuridad... Aunque su color azul cielo dijese lo contrario, yo percibía sus intenciones... Tal vez nadie más lo hiciese, pero yo sí. Sabía que iba a hacer daño a mi youtuber favorito. Y no lo iba a permitir.
Ya había repasado el plan a la perfección. Sólo me faltaba encontrar una cosa. Y, como hacían ya todos, entré en Internet y busqué. Tardé diez minutos más o menos, pero lo encontré. Apunté aquella información, que era lo más importante del plan y se lo mandé a todas los del fandom. Aunque no viese sus caras, me los imaginaba detrás de las pantallas. Llenos de felicidad y de placer... Aunque lo que íbamos a hacer no era muy... legal, por decirlo así, era necesario. Probablemente penséis que exagero, pero no. Ya entenderéis por qué.
Jamás hacía cosas malas salvo que fuese completamente necesario. Y salvar la vida de Rubius era muy necesario.
Me mostré fría durante toda la tarde y mis padres se estaban preocupando.
-Andrea, ¿estás bien?-preguntó mi padre sentándose a mi lado en el sofá.
-Sí, ¿por qué lo preguntas?-respondí mientras revisaba mis mensajes.
-No sé, te noto algo distante...
Dejé el móvil en la mesa y le miré a los ojos. Pude ver cierta preocupación el ellos debido al ceño fruncido.
-Papá, en serio, no me pasa nada. Tan solo es que estoy un poco estresada por tantos exámenes.-era cierto, estaba en época de exámenes.
-Ah, vale.-suspiró.-Tranquila, seguro que apruebas.-dijo guiñándome un ojo.
Yo sacaba bastantes buenas notas y todos mis compañeros me respetaban por eso.
-Pero deja el móvil un rato, anda.
Empujé a mi padre haciendo que se cayera al suelo. En vez de enfadarse, se rió y se levantó. Cuando salió del salón, sin antes dedicarme una sonrisa, volví a coger el móvil y seguí con mis cosas.
Al día siguiente se lo comenté a Laia, para saber si iba a formar parte del plan. Necesitaba saber cuánta gente iba a acudir.
-No sé... Me gusta ElRubius, pero... ¿tanto como para hacer eso?-alzó una ceja.
Encogí los hombros.
-Ya me conoces, sabes que sería capaz de hacer cualquier cosa por él. Y no creo que sea para tanto, ya que su vida está en peligro.
-No exageres.-dijo resoplando.
-Es cierto. Pero tengo la sensación de que solo lo puedo ver yo.-expliqué mirando al suelo, evitando una grieta para no tropezarme.
-Tal vez porque eres la chica que está más enamorada de él.-me dedicó una mirada risueña.
La miré con una sonrisa. Cada vez que mencionaba mi amor por él algo dentro de mí se estremecía y sacaba mi lado tierno. Aunque no solía dar muestras de afecto, lo hice. Le di un abrazo, agradeciendo que fuese mi amiga.
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La revolución (ElRubiusOMG)
Fanfiction¿Nunca os habéis preguntado qué pasaría si Rubén Doblas Gundersen, más conocido como ElRubius, tuviese novia? ¿En cómo reaccionarían las fans hembras? ¿Se alegrarían por ellos o... prepararían un plan? Andrea, una chica de catorce años con un vacío...