La revolución (ElRubiusOMG)

~Introducción~

El lápiz se deslizaba ágilmente sobre el papel de dibujo, delineando los ojos de Miley Cyrus. Me encantaba dibujar.

"Cacatúa, es una cacatúa" sonó.

Sí, tenía a Rubius como tono de notificación. También lo tenía como tono de llamada, cada vez que me llamaban sonaba la canción de "Tengo un cuerno de mamut". Eso entre amigos estaba bien, nos echábamos unas risas, pero imaginad la cara de mi familia cada vez que me llamaban.

Cogí el móvil y vi que tenía una notificación de twitter. Rubius había subido un vídeo. Comenté en su tuit, aunque sabía que no me iba a responder.

Como no tenía nada que hacer, pinché en el vídeo. Era de minecraft, así que supuse que iba a ser divertido. Pero en el vídeo apareció algo de más, algo nuevo: una chica con el pelo teñido (pues sus raíces eran más oscuras) de rubio y ojos azules. En resumen: una Barbie.

Su mirada escondía algo, no me fiaba de ella, pero decidí seguir viéndolo.

Rubius empezó con su "Muy buenas, criaturitas del señor" y, acto seguido, presentó a aquella chica.

"Esta es Yanara, mi novia. Portaos bien con ella" dijo guiñando un ojo mientras la chica sonreía ampliamente. Una sonrisa falsa.

Si hubiese sido cualquier otro chico del que estuviese enamorada, habría roto a llorar, dejando que mis esperanzas se desvanecieran como las ganas de estudiar en una cálida tarde de verano. Pero mi amor por él era demasiado fuerte, llevaba demasiado tiempo esperando alguna oportunidad para conocerle, y a ser posible, para salir con él, aunque eso era más difícil, ya que me sacaba diez años... Pero al menos quería ser su amiga. Y como ahora se había echado novia, prestaría menos atención a sus fans. Y no lo iba a permitir. Iba a luchar por ese amor costara lo que costase.

Paré el vídeo y observé fijamente a Yanara. Su cara era fina con los pómulos elevados y sonrojados. Era guapa, había que admitirlo.
Pero tenía algo extraño. La forma en la que miraba al youtuber era extraña, no había amor en sus ojos, había... ¿Deseo? ¿Lujuria? No lo sabía, pero desde luego no lo miraba como si de verdad lo quisiera.

¿Que cómo sabía eso? Pues no sé, esas cosas simplemente se saben. Se puede ver a kilómetros cuando a alguien le gusta una persona.

Le di de nuevo al play y, mientras observaba la skin de Rubius moverse,  comencé a pensar en un plan, y una pérfida sonrisa se dibujó en mi cara. Menos mal que estaba sola en mi habitación, pues llegan a verme mis padres y se habrían pensado que estaba loca. Aunque puede que lo estuviese.

Salí de YouTube y me metí de nuevo en Twitter. Comencé a mandar mensajes privados a prácticamente todo el fandom que conocía o que me seguían.

Poco a poco iba recibiendo respuestas, algunas un poco groseras, pero la mayoría estaban de acuerdo conmigo.

Seguro que os preguntáis que por qué no me alegraba por ellos, que fui una egoísta, y tal vez tengáis razón. Pero cuando sintáis por alguien lo que yo sentía por aquel youtuber, lo entenderéis. Entenderéis que por el amor se es capaz de hacer cualquier cosa.

—¡Andrea!—grito mi madre.—¡La cena!

Dejé mi móvil en la mesa para que no escuchasen los "cacatúa" continuamente y me dirigí al salón, con la cabeza llena de planes que iban a ser llevados a cabo en unas semanas...