Capítulo 14 "Fuerita de acá."

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No escuché nada. Ni un grito, ni un disparo... Nada.

Abrí los ojos poco a poco, y vi que Yanara seguía temblando de miedo ante mí, desangrándose. Observé cuidadosamente la pistola.

Se había encasquillado. Por una parte me alegraba, ya que no había matado a la chica, pero por otra parte me puse aún más nerviosa, pues tenía que volver a intentarlo.

Suspiré frustrada. Tal vez todo esto no era necesario... A lo mejor con una simple carta de amenaza habría bastado...

Miré fijamente a Yanara, que parecía a punto de desmayarse.

Acaricié la pistola, meditando la posibilidad de salir corriendo y abandonarlo todo. Pero eso suponía dejar a las criaturitas con mi problema, y no podía hacer eso, jamás me lo perdonaría.

Una chica de pelo moreno y un poco más alta que yo se adelantó entre la multitud.

-Andrea, ¿estás segura de todo esto?-preguntó dulcemente. Creo recordar que se llamaba Rocío, y era argentina.

-¿Qué? Claro, ¿por qué lo preguntas?-dije insegura.

Encogió los hombros.

-Si lo estuvieses, ya la habrías disparado y ahora mismo habría un cadáver en el suelo.

Miré a otro lado, avergonzada.

La chica de pelo azul resopló y vino hacia mí, arrancándome de las manos el arma.

-¿Qué haces?-pregunté tratando de quitarle la pistola, pero se aferraba a ella como si su vida dependiese de ello.

-Si tú no eres capaz, lo tendré que hacer yo, ¿no crees?-dijo irónicamente.

-¿Y por qué tú?-protestó un chico moreno de dieciocho años.

-Porque soy la más atrevida de aquí, evidentemente.-dijo dando vueltas con el dedo a la pistola.

El chico soltó una risa falsa y se abalanzó sobre la chica.

-¿Qué haces?-gritó la del cabello azul mientras abrazaba con todas sus fuerzas el arma.

-¡Déjamela, tú eres una gallina, no te atreves!-exclamó el otro mientras tiraba fuertemente de la chica.

Ambos forcejeaban, y yo no paraba de mirar agobiada el arma; parecía que en cualquier momento iba a salir una bala disparada y alguien saldría herido.

-Por favor, parad.-supliqué.

Sin embargo, no me hicieron caso.

Mis nervios y rabia iban aumentando, así que exploté.

-¡Basta!-grité.

Todos se volvieron hacia mí, incluidos los que se estaban peleando.

-Dámela.-ordené a la chica.

-Pero...-protestó.

Le dediqué una mirada fulminante, intimidándola.

Ella, asustada, me la devolvió.

-Gracias.-dije irónicamente.

Agarré la pistola y se la arrebaté.

Me miró enfadada, pero volvió al grupo, junto con el chico, que parecía fascinado, pero yo le ignoré.

Me coloqué de nuevo frente a Yanara, que yacía en el suelo con los ojos cerrados y tumbada. Al principio dudé de si estaba viva, pero un movimiento en su mano me delató lo contrario.

Me volví a concentrar al máximo, olvidándome de todo lo que estaba a mi alrededor.

Golpeé ligeramente la pistola para asegurar que no se encasquillara, y apunté hacia la chica, que ya pasaba de todo.

La revolución (ElRubiusOMG)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora