Capítulo 73 "La foto"

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Ya había pasado un mes desde aquel beso. Confirmamos nuestra relación a los tres días. Estábamos hablando por Whatsapp sobre que Cheeto parecía llevarse muy bien últimamente con una chica, y empezamos a fantasear sobre cómo se lanzaría nuestro amigo, y se me ocurrió preguntarle qué clase de relación era la nuestra.
Recuerdo que nada más enviarle el mensaje, me arrepentí, no sabía por qué se lo había preguntado. Pero la sensación de haber cometido un error desapareció cuando me respondió: "Tú eres mi chica. MI Furby. ¿Con eso te respondo a la pregunta?"
Casi pego un grito tras haberlo leído, pero me contuve. Realmente no me podía creer que él sintiera algo hacia mí, ni siquiera afecto. Pero era algo real, porque al día siguiente me besó como nunca y de forma inesperada. No fue un beso tan intenso como el otro, pero sí con mucho sentimiento. En ese momento fue cuando comprobé que de verdad le gustaba. Y casi me da algo de la alegría. En serio, se me aceleró el corazón de la adrenalina que sentí.
Sin embargo, no solíamos darnos besos en la calle y quedábamos, principalmente, en la casa de alguien. Quizás nos escondíamos un poco. Yo porque tenía miedo de que la gente nos juzgara-sé que suena estúpido, pero no podía evitarlo-y él porque... Bueno, supongo que en parte se avergonzaba de estar saliendo con alguien menor de edad. No le culpaba, la verdad.
Pero bueno, mientras que siguiésemos juntos, me daba igual. Además, siempre que que estábamos juntos, nos lo pasábamos genial, no había silencios incómodos, siempre nos hacíamos reír el uno al otro... Era muy bonito. Al menos para mí.
Ese día era sábado y habíamos quedado en un bar-por variar, oye- y luego iríamos a casa de Eli, que nos había invitado por primera vez.
Me puse unos vaqueros largos, una camiseta de Charmander, que me la había regalado Rubén, y unas botas negras. Cogí una chaqueta y mis cosas y salí de casa.
No le había dicho a mis padres que estaba saliendo con el youtuber, pero supuse que ya lo sabían. No sé cómo, pero siempre acababan enterándose de todo. Pero mientras que no me dijeran nada... Bien.
Por suerte, el bar quedaba a una manzana de distancia de mi casa, así que ni si quiera tuve que coger el autobús.
Al llegar, descubrí que era la única que faltaba.
-¡Llegas tarde!-exclamó Alex, indignado.-Qué falta de respeto, por favor.
-Ay, de verdad.-me crucé de brazos y levanté la cabeza.-Perdona por llegar tarde por estar preparándote un regalo, pero mira, ya no te lo doy.
-¿U-un regalo?-cuestionó poniendo los ojos en blanco.
Me senté entre él y Rubén, con Mangel y Eli al frente. Cheeto no había podido venir porque había quedado con la chica de la que os he hablado.
Estábamos fuera y hacía fresquito, pero era soportable.
-En realidad, era mentira.-dije divertida. Rubén se rió y Alex se enfurruñó.-Lo siento.
Le di unas palmaditas en la espalda mientras que Mangel negaba con la cabeza y dijo:
-No se juega con los sentimientos de mi Alexby, eh.
-¿Cómo? Perdona pero Alex es mío.-saltó el rubio, quien estiró los brazos para acariciar la cara de Alex, por lo que casi se cae encima mío.
-Oye, no.-negué con dureza.
Todos me miraron extrañados e intrigados. Seguro que pensaban que me había sentado mal. Rubén me miraba sin saber qué decir. Cuando iba a retirar las manos de Alex, dije:
-Y Rubelangel, ¿qué? Perdona, pero Alexbius no puede ser.
Estallamos en risas, rompiendo la tensión que yo había creado sin querer.
-¡DEJA DE ROMPER ILUSIONES, ¿VALE?!-gritó el enano, haciendo que un par de personas se volvieran escandalizadas, como si hubiese aparecido un dinosaurio de la nada.
-Ssshh, a callar.-exigió Eli, que miraba su móvil tranquilamente.
-Pero bueno, ¿estáis todos contra mí hoy o qué? Habéis pactado, ¿no? Es eso, ¿verdad?-protestó Alex inclinado sobre la mesa.
-Noo, si te queremos mucho.-indicó Rubius alargando la "o".
-Le querrás tú. -dije echándome hacia atrás. Alex me dirigió una mirada de odio.
-Un día me voy a vengar de todos vosotros.
-Eh, eh, a mi Andrea ni la toques.-el rubio me rodeó con los brazos el cuello. Aunque ya estaba acostumbrada a que me abrazara, seguía sin evitar sonrojarme levemente.
-Ojo ciudado, que se nos pone macho peludo.-exclamó Eli alzando las manos con una sonrisa.
-¡Eh!-protestó.
-SALSEOO.-gritó el catalán a la vez.-AND I WILL ALWAYS LOVE YOU...-empezó a cantar a todo pulmón Mangel.
-¡CALLAOS YA!-exclamamos Rubén y yo a la vez, pero no nos hacían caso.
Cada vez más gente se estaba dando la vuelta y nos miraba mal. A mí eso me daba igual, lo que no quería es que nos echaran del bar.
-Ya verás como nos echan.-susurré divertida al que tenía a mi lado, que seguía abrazándome. Yo había movido la silla para acercarme más a él y poder apoyar mi cabeza en su pecho.
-Nah, la gente se acaba acostumbrando a nosotros.-replicó. Estaba tan cerca que sentí si aliento rozando mi frente.
Vi cómo un camarero de pelo moreno y con alunas arrugas se acercaba a nosotros con cara de cabreo.
Le pegué una patada a Alex. Este me miró enfadado, pero le ignoré y le indiqué con la cabeza el hombre que venía. Inmediatamente, se calló y mandó a los otros dos callarse también, pero no hicieron caso.
-La madre que los parió.-murmuró echándose en el respaldo de la silla y cubriéndose la cara con la mano.
-RUBIUS Y ANDREA BAJO UN ÁRBOL, SE...
-Perdonad-dijo el camarero, interrumpiendo la canción de Eli y Mangel.-, pero la gente se está quejando de vuestro alboroto. ¿Podriaís bajar el volumen de la voz? Si no es así, nos veremos obligados a echaros.
Todos asentimos y nos disculpamos. Cuando se hubo ido, estallamos en risas de nuevo, pero esta vez controlando un poco más.
-Tenía cara de besugo.-indiqué secándome una lágrima.
-¿Cómo es un besugo?-cuestionó Rubén.
-¿No sabes lo que es un besugo?-exclamé llevándome las manos a la cara y alejándome de él.
-¡Tío, eres un inculto!-dijo Alex.
El rubio levantó las manos en señal de rendición e hizo un puchero.
-¡Yo no he hecho nada, no me matéis!
-No me vuelvas a hablar, Rubiuh, ni me esperaba esto de ti...-negó con la cabeza Miguel, a la vez que Eli decía:
-Me has decepcionado.
Me reí y le expliqué cómo era:
-Pues los besugos... Em... Ya sabes, tienen esa cara de...
Me di cuenta de que no sabía tampoco cómo era un besugo. Fail.
-Mierda.
-¡Tú tampoco sabes cómo es un besugo!-protestó mi novio levantándose ligeramente de la silla.-VENGANZA.
Los otros tres le corearon-sin gritar-y empezaron a protestar.
-¿ENTONCES CÓMO ES UN BESUGO?-cuestioné dando una palmada en la mesa, por lo que casi derramo un vaso.
-Pues...-empezó Eli, pero desvió la mirada al suelo mordiéndose el labio.
-No voy a dar explicaciones a quien no se las merece.-inventó Alex.
Mangel permanecía callado, haciéndose el loco.
Me levanté de la silla con las dos manos apoyadas en la mesa. Alcé un pulo y exclamé:
-VENGANZA.
Se empezaron a reír a lo loco mientras me sentaba de nuevo.
-Algún día nos vengaremos...-me susurró Rubén al oído. Le miré con el ceño fruncido, no sabía a que se refería, pero él sólo me guiñó un ojo y sacó otro tema de conversación.

La revolución (ElRubiusOMG)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora