Capítulo 45 "Siesta en la playa"

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Maratón 3/3

Luis P.Q.V

Me desperté siendo zarandeado por alguien. Abrí los ojos sobresaltado y sentí alivio al ver que la responsable de los zarandeos era Andrea. La chica más perfecta que había conocido nunca. Sí, me gustaba, ¿algún problema? Aunque seguramente a ella no le gustase… Iba a decirle lo que sentía por ella a solas, me daba igual que no fuese correspondido, tan sólo quería que lo supiese antes de irse, pero debido a que se iba a quedar otra semana más, me lo callé. Era lo mejor para los dos.

Sonreí al verla, pero tenía cara de preocupación. Me erguí y me di cuenta de que seguíamos en la playa. ¿Me había quedado dormido?

—Nos hemos quedado dormidos.—dijo alarmada Andrea. Eso respondió a mi pregunta.

—¿Qué hora es?—pregunté, aún adormilado.

—Las dos de la mañana.—respondió.

Me levanté rápidamente seguido de la chica y me sacudí la arena.

—Vámonos.—dije.

—¿En serio? No lo había pensado.—dijo irónica.

Sin hacer caso a su comentario, la cogí de la muñeca y ambos corrimos hacia el hotel. Durante la carrera nadie habló, pero eso era mejor, ya que así tardaríamos menos en llegar. No estábamos muy lejos del hotel, pero se me hizo eterno el camino, principalmente porque apenas había luz y eso le daba un aspecto siniestro… No me sorprendería que apareciese Chucky por una esquina o que Slenderman nos matase. Por suerte, nos quedaban unos pocos metros.

Ya dentro del hotel, paramos un rato a descansar.

—¿Cómo nos hemos podido quedar dormidos?—preguntó Andrea, no sabía si divertida o exasperada.

Me encogí de hombros.

—Porque somos idiotas.—respondí mirándola con una sonrisa.

Esta se ruborizó y desvió la mirada.

—Será mejor que subamos.—indicó.

El único recepcionista que había en la entrada nos miró asustado y asombrado a la vez.

—Buenas noches.—dije amablemente, provocando la risa de mi compañera.

Subimos al ascensor y paró en la planta 5, mi planta.

—Bueno… ha sido divertido, ¿no?—preguntó sonriente la chica.

Me reí y le di un beso en la mejilla antes de irme.

—Buenas noches.—me despedí.

Me había dado la vuelta, pero sabía que Andrea se había tocado la mejilla sorprendida. Sonreí sin querer.

Llegué a mi puerta y me paré. No sabía qué hacer. ¿Estarían despiertos o no?

Por suerte, tenía una llave, y la introduje con precaución, haciendo el mínimo ruido posible. Se abrió con un “click” y entré, no sin antes quitarme los zapatos para que mis pisadas no se escucharan.

Todo estaba oscuro, así que tuve que guiarme por mi memoria. La puerta de mis padres estaba cerrada por suerte, así que me dirigí a la mía aliviado.

Esperaba encontrarme con Eli durmiendo, pero no estaba. Fruncí el ceño. ¿Estaría buscándome?

—Hola.—saludó una voz familiar.

Me giré sobresaltado y vi a mi hermana apoyada en el marco de la puerta con su pijama de Pokémon.

—Hola.—saludé, aun recuperándome del susto.

La revolución (ElRubiusOMG)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora