Agua...
Tierra...
Fuego...
Aire...Hace mucho tiempo las cuatro naciones vivían en armonía... pero todo cambió cuando la nación del fuego atacó. Sólo el Avatar maestro de los 4 elementos podía detenerlos, pero cuando el mundo más lo necesitaba... desapareció, después de 100 años el Avatar volvió como un maestro aire llamado Aang. Aunque sus habilidades para controlar el aire eran grandiosas tenía mucho que aprender antes de poder salvar al mundo.
Lamentablemente... el Avatar no pudo hacerlo, aunque logró dominar los cuatro elementos no pudo detener a la Nación del Fuego y eventualmente ésta ganó la guerra, capturó al Avatar y esclavizó a las otras 3 naciones. Sin embargo no todo estaba perdido... en el Reino Tierra la ciudad de Ba-Sing-Se aún no había sido dominada por la Nación del Fuego, su inmenso muro gigante había protegido a la gran metrópolis; del lado de las tribus del Agua, la Tribu Agua del Norte seguía luchando por su libertad pero sus esfuerzos eran en vano, la Nación del Fuego era muy poderosa y cada vez que atacaba le dejaba daños muy graves... daños que tardaban demasiado tiempo en ser reparados, si las cosas seguían así la Tribu Agua pronto caería y sería esclavizada.
El mundo entero le temía la Nación del Fuego, ya habían exterminado a todos los nómadas aire así que ¿Qué les impediría acabar con las demás naciones?... Nada.
Cuando el Avatar volvió, el Príncipe de la Nación del Fuego fue enviado para capturarlo. Tardó 3 años, pero al final regreso con el Avatar y desde ahí ya no se le volvió a ver... todas las esperanzas del mundo estaban puestas en el Avatar, pero había sido capturado y el exiliado Príncipe Zuko había regresado a la Nación del Fuego con él, pues solo así lograría recuperar el honor que había perdido. El honor que tanto deseaba.
Eso pasó hace aproximadamente un año, en ese poco tiempo el mundo y la vida de todas las personas dio un giro inesperado, ya nadie podía vivir en paz. La Nación del Fuego estaba cazando a cualquier persona que manejara algún elemento que no fuera el fuego, ya sea maestros tierra o maestros agua, eso me hacía sentir miedo ya que... yo soy una maestra agua, y no cualquier maestra agua sino una de las mismísimas princesas de la Tribu Agua del Norte.
Jefe tribal: ya te lo dije Nerea, debes casarte con alguno de estos pretendientes que escogí para ti.
Nerea: papá no quiero casarme, aún soy muy joven.
Jefe tribal: -suspira- Vamos hija, es por tu bien y por el bien de la Tribu.
Nerea: no creo que la tribu dependa de que yo escoja a alguien con quién casarme -dije rodando los ojos-
Jefe tribal: Nerea, Yo sé que aún eres muy joven, sólo tienes 17 años y por esa misma razón quiero protegerte. La Nación del Fuego está atacando a la Tribu Agua del Norte y no pienso dejarte sola... quiero que tengas a alguien que te cuide, un maestro agua que sea capaz de protegerte, por eso necesito que te cases -me dijo casi suplicándome-
Nerea: Padre, eso no hace falta. Yo soy una maestra agua y uno cualquiera, soy la mejor maestro agua de la tribu y del mundo me atrevería a decir también. No necesito protección yo misma puedo protegerme -dije refunfuñando con los dientes-
Madre (Marina): hija, nosotros sólo queremos lo mejor para ti, si te casas no tendremos que preocuparnos por tu seguridad, alguien más ya estará a cargo de eso. Además, mira estos jóvenes ¿Acaso no son guapos?
Volteé al frente, desde mi trono Real hecho de hielo en el gran salón pude a ver a todos los candidatos para casarse conmigo, sin embargo, no podía creer lo que mi madre me estaba diciendo, ninguno de ellos era guapo y solo me miraban como queriendo quedar bien con mi familia para ser los escogidos y así obtener un mejor estatus en la Tribu.
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Nación Tribal
RomanceMi gente... mi tribu... ahora vivo en la nación enemiga, visto su ropa y soy un importante miembro de la corte Real... esto se considera traición pero en mi caso no era así, todo esto lo hacía por ellos, por mi gente; sin embargo ahora ya no pertene...