Capitulo 37

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Narra Nerea

Parecía ser un hombre vestido de negro con una máscara azul que cubría su rostro. Recuerdo haber escuchado de el alguna vez, era...... ¡El Espíritu Azul!

¿Acaso el me había salvado?

Nerea: ¿T-tu me salvaste? -le dije con la voz un poco temblorosa por no saber si de verdad podia confiar en el-

El solo se detuvo a unos cuatro pasos de mi y asintió una sola vez como respuesta.

Nerea: ¿Eres el famoso Espíritu Azul?

Y de nuevo la única respuesta que recibí fue una afirmación con un simple movimiento de cabeza. Para ser una persona que pelea tan bien es de pocas palabras.

Nerea: ¿Por qué me salvaste y porque tienes las espadas de mi novio? -le dije abrazando la espada que yo tenía de manera protectora como si le estuviera diciendo que no eran de el-

El Espíritu Azul solo inclino levemente la cabeza a un lado como si no entendiera lo que acababa de decir así que se lo expliqué mejor.

Nerea: Estás espadas son las de mi novio Lee que estaba conmigo hace rato, ¿Por qué las tienes tu? ¡¿Acaso lo atacaste?! -le dije poniéndome en guardía por si es que tenía que llegar a atacarlo-

Lo cierto era que aunque el Espíritu Azul me había salvado no podía confiar del todo en el porque era la primera vez que lo veía y debía cuidar mis movimientos para no cometer aún más errores.

Pero este hombre no decía ni una palabra así que cuando me puse en guardía para atacarlo solo dió un paso hacía atrás levantando las manos en señal de paz y dejando caer la otra espada de Zuko.

Entonces me di cuenta de que no era mi enemigo así que cambié mi postura y dejé de amenazarlo.

Nerea: ¿Por qué me salvaste?

Esa pregunta no era tonta pero preguntársela a una persona que no decía ni una palabra no era la idea más brillante que digamos.

Por esa razón no me contestó y poco a poco se acercó a mi. Al principio no le di importancia pero cuando estuvo a tan solo un paso de distancia entonces si me alarmé. Comencé a caminar hacía atrás tratando de evitarlo pero el tampoco se detuvo y siguió acercándose a mí. La calle no era eterna así que en un momento no pude seguir caminando hacia atrás y me quedé entre la pared y el Espíritu Azul.

Eso me puso realmente incómoda porque estaba a pocos centímetros de distancia de un hombre que no era Zuko.

Aunque para ser sincera si fuera Zuko me sentiría aún más incómoda porque el y yo no nos encontramos en nuestro mejor momento.

Me quedé casi congelada por unos segundos cuando el Espíritu Azul levantó su mano y tomo...... uno de los mechones de mi cabello.

Voltee a ver el mechón y noté que era más corto que los demás, fue cuando recordé que cuando lanzó la espada para liberar mi mano del ataque de los generales Dai Li; la espada cortó un mechón de mi cabello.

El Espíritu Azul se quedó viendo mi cabello por unos segundos y lo acarició con sus dedos como si lamentara habermelo cortado.

Nerea: Ah, no te preocupes, volverá a crecer pronto. Prefiero perder un poco de cabello a qué me capturen en el Reino Tierra -le dije con una sonrisa sincera-

Lo que le dije era verdad y sonreí porque no quería que se sintiera culpable por haberme hecho eso. Después de todo el me salvó.

Narra Zuko

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