Capitulo 42

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Narra Zuko

Durante los días siguientes a nuestro regreso a la Nación del Fuego Nerea y yo estuvimos sumamente ocupados. Con nuestros deberes normales ya era mucho trabajo pero ahora teníamos aún más trabajo por los preparativos de la boda.

Según me lo había dicho mi padre, Azula era quien estaba a cargo de la organización de la boda; ella había pedido esa reapinsabilidad y mi padre sin negarse aceptó. Es Azula, ella obtiene todo lo que quiere.

Aún así se requería la opinión de la pareja en cuestión para los detalles oficiales y opcionales. Por eso cada cinco minutos tenía que hacer una pausa en mi trabajo para contestarle, no sé si Nerea esté igual que yo porque hasta ahora no la he visto, pero me he enterado que también tiene tanto trabajo como yo.

Como Nerea es la general a cargo de las estratégias de guerra ha estado haciendo muchos planes para ayudar a los pueblos de la Nación del Fuego. Por ahora no hay planes de guerra por eso la pusieron a cargo de esos pequeños problemas. La situación es que hay muchos problemas en la Nación del Fuego y su trabajo es demasiado.

Quería una pausa para ambos así que la invité a cenar con la excusa de que discutiríamos algunos detalles para la boda.

A penas había podido hacer un hueco en mis tareas de toda la semana así que aproveché la oportunidad.

Le dije que la esperaba al atardecer en el comedor... o al menos esa fue lo que le pedí a mi sirviente que le dijera.

En cuanto acabé mis deberes me cambié y fui al comedor. Se me había hecho un poco tarde así que me preocupó haberla dejado esperando.

Al llegar me di cuenta de que ella aún no estaba pero no tuve que esperar ni dos minutos para verla entrar por la puerta. Parecía un poco apenada por la hora así que me dijo.

Nerea: Lo lamento su Alteza, estaba tan ovupada que no me di cuenta de la hora. De verdad lo siento -me dijo haciendo una mini reverencia-

Zuko: No importa, yo también llegué tarde así que no te preocupes -le dije de buena manera-

Ser amable no era lo mío pero Nerea se dió cuenta de lo que quería lograr así que me sonrió.

Por un momento todo el cansancio de estos días desapareció. Era como si su sonrisa me hubiera devuelto las ganas de vivir.

Nerea: ¿Puedo sentarme?

Zuko: Claro.

Ella estuvo a punto de sentarse en la silla que quedaba justo en frente de mi en la otra cabecera de la mesa, pero quedaba bastante lejos por lo que antes de que lo hiciera le dije.

Zuko: Sientate aquí -le dije señalando la silla junto a mí-

Nerea se acercó y se sentó junto a mí.

Zuko: Me alegra verte -le dije de modo serio-

Nerea: Si, a mí también... yyyy ¿Por qué querías verme? -me preguntó de manera inocente-

Zuko: ¿Por qué la pregunta? ¿Acaso no puedo ver cuando quiera a mi...

Me quedé pensando un momento que decir. No sabía exactamente que éramos después de regresar del viaje. En Ba Sing Se habiamos acordado finjir ser pareja pero ya no estabamos ahí así que lo dude un poco.

Nerea: ... Amiga? -dijo completando mi frase-

Zuko: Si... mi amiga -le respondí un poco triste-

Después de eso ninguno de los dos dijo nada hasta que el cocinero nos trajo nuestra comida. Era pato tortuga asado al estilo de la Nación del Fuego, uno de mis platillos favoritos.

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