Narra NereaSalimos de esa prisión tan rápido como entramos y gracias a mis poderes logramos hacerlo sin levantar sospechas. En el camino de regreso fue Zuko quien impulsó el bote hasta llegar de regreso a la Nación del Fuego.
Al llegar de nuevo al Palacio nos dimos cuenta de que algunos sirvientes notaron nuestra ausencia pero en cuanto a los altos mandos... ni siquiera notaron que no aparecimos por ningún lado durante dos días.
Eso era un alivio porque entonces no tendriamos que dar excusas sobre dónde estuvimos, pero por otro lado nos sentíamos decepcionados porque no les importabamos.
El resto del día lo gastamos durmiendo, el viaje había absorbido toda nuestra energía y más la mía. Yo tenía que gastar energía por dos y eso no era nada lindo.
Zuko me abrazó toda la tarde y estabamos tan cansados que despertamos hasta el día siguiente.
Los días pasaron y tuvimos que volver a nuestros deberes. Era triste pero recordar nuestra aventura en la prisión era reconfortante. A veces Zuko y yo hablábamos de eso durante las comidas y nos la pasabamos riendo.
Aunque yo estaba embarazada tenía algunas tareas que hacer de vez en cuando, el Señor del Fuego no había sido amable conmigo apesar de mi condición. Mi deber era arreglar algunos desastres a lo largo de toda la Nación y aunque ya no me sentía tan enérgica como para ir de aquí a allá podía resolver esas tareas sin tener que salir del Palacio.
Menos de tres semanas después llegó un mensaje para el Consejo de la Nación del Fuego. Obviamente no fui a la reunión porque con seis meses de embarazo me encontraba temporalmente retirada de mi puesto. Aún así al volver Zuko me dijo cuál era la noticia, al parecer dos prisioneros habían logrado salir de la prisión de máxima seguridad en la Nación del Fuego.
La noticia alteró a todos los miembros del Consejo, en especial al Señor del Fuego, sin embargo Zuko y yo estabamos muy contentos de escuchar eso. Nuestro plan había funcionado y nos alegraba que ya no estuvieran encerrados.
Zuko: Dijeron que fue gracias a una rampa de hielo creada desde dentro de la prisión y que solo pudieron escapar ellos dos. Algunos otros presos también lo intentaron pero el calor del lugar derritio el hielo antes de que lograran salir. Fue perfecto.
Me ilusione con sus palabras... fue perfecto...
Así fue la cosa durante mucho tiempo, atendiendo deberes y cumpliendo tareas pero no podiamos quejarnos, teníamos trabajo pero aún así nos sobraba tiempo para pasarlo juntos. No fue fácil pero poco a poco fuimos recobrando la confianza en el otro, o bueno, yo estaba recobrando la confianza en Zuko porque en realidad yo jamás perdí la de él.
Nos la pasabamos tranquilos pero al anochecer... la cosa no cambiaba. Por alguna razón seguía sin sentirme del todo cómoda estando a solas con Zuko. La cosa no pasaba de un par de besos y abrazos pero no lo forzabamos. No sé si era por mi embarazo o por otra razón pero... me daba miedo acostarme de nuevo con él. Era irónico porque hace un par de meses no parabamos de hacerlo e incluso dejamos de dormir por esa razón; pero ahora me aterraba la idea de que las palabras que Mai me había dicho el día que me atacó fueran ciertas... que yo solo fuera un juego para Zuko.
Fuera cuál fuera la razón no me volvía loca pensando en esas cosas, la situación entre nosotros iba mejorando y eso era todo lo que me importaba.
Fue así como llegamos al septimo mes de mi embarazo que estuvo lleno de atenciones medicas. Me cambiaron la dieta porque el médico dijo que como ya estaba en mi último trimestre de embarazo debía estar lo mejor posible para cuando mi bebé naciera.
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Nación Tribal
عاطفيةMi gente... mi tribu... ahora vivo en la nación enemiga, visto su ropa y soy un importante miembro de la corte Real... esto se considera traición pero en mi caso no era así, todo esto lo hacía por ellos, por mi gente; sin embargo ahora ya no pertene...