Capitulo 51

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Narra Zuko

Me quedé todo el día junto a Nerea esperando a que despertara…… pero no lo hizo.

De vez en cuando recibía informes de algunos soldados informándome sobre la situación en la costa, hasta ahora habían logrado atrapar a varias personas que eran parte de la resistencia pero no habían podido encontrar una forma de derretir todo el hielo, solo habían liberado a las personas arrestandolas para llevarlas a las prisiones que había en la Nación del Fuego.

Habíamos mandado a todos a prisiones diferentes, pero me asegure especialmente de qué tanto el Jefe Tribal como el maestro agua se fueran a la Roca Hirviente.

También ordené estrictamente que le dieran dosis de te amargo al maestro agua para bloquear sus caminos de chi y que no pudiera hacer agua control con el agua que rodeaba la prisión y pudiera escapar.

Mantuve al tanto a mi padre de toda la situación pero omití algunos detalles para que todas esas personas no salieron tan heridas o afectadas cómo podrían salirlo, yo sabía que mi padre era alguien despiadado así que preferí ocuparme de esto yo mismo.

Cuándo llegó la noche no quería dormir porque quería seguir cuidando de nerea y estar ahí si es que despertaba, pero el médico me sugirió que yo también debía descansar, ya habían curado mis heridas pero lo más recomendable era que recuperara las fuerzas.

Acepte solo cuando me dijeron que podía dormir en la misma cama que Nerea, después de todo así podría estar al tanto si es que despertaba, pero debía avisarle al médico cuanto antes si veía alguna mejora o si pasaba algo malo.

Me dolía pensar que la segunda noche que dormíamos juntos tenía que ser en estas condiciones.

Pasaron dos días más pero todo siguió igual, Nerea no despertaba y me mortifica a la idea de pensar que todo esto había sido mi culpa.

Las sirvientas de Nerea se encargaban de cambiarla tanto de ropa como de vendajes todos los días, el médico decía que eso podía ayudar a que sus músculos no se mantuvieran estáticos y no tuviera que necesitar rehabilitación cuando despertara.

A pesar de que mi padre se enteró de la situación no fue muy considerado conmigo y me siguió dando trabajo para mantenerme ocupado. Al principio me agradeció haber salvado a la Nación del Fuego y decía lamentarse por lo que le había pasado a Nerea, pero en el fondo sabía que no era cierto. A él solo le interesaba el hecho de que habíamos logrado capturar a varias personas del ejército enemigo.

Las cosas con Azula eran un poco diferentes pero seguían siendo malas, ella me dijo que no había tenido la intención de quemar a Nerea pero que tampoco se lamentaba por haberlo hecho, después de todo sigue sin considerarla parte de la Nación del Fuego.

No tenía razones para desconfiar de ella pues yo mismo había visto que su llama de fuego era para atacar al enemigo y Nerea término afectada porque esas chicas la pusieron en el camino.

Me dolía pensar en la idea de que cuando Nerea despertara nadie agradecería su esfuerzo, además de mi claro, por eso solicité una audiencia con el Señor del Fuego para hacerle ver algunos detalles y discutir otras cosas que podrían gustarle a Nerea.

Ozai: ¿Para que solicitaste una audiencia conmigo Príncipe Zuko?

Zuko: Quería discutir algunos detalles sobre la pelea en la costa cuando la resistencia quiso invadir la Nación del Fuego.

Ozai: ¿Qué detalles? -me dijo algo intrigado-

Zuko: Como ya sabrás Nerea logró hacer un enorme muro de hielo en el que se logró capturar a varios enemigos realmente útiles.

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