Mi gente... mi tribu... ahora vivo en la nación enemiga, visto su ropa y soy un importante miembro de la corte Real... esto se considera traición pero en mi caso no era así, todo esto lo hacía por ellos, por mi gente; sin embargo ahora ya no pertene...
Después de lo que pasó en el salón del palacio de la Tribu, no sabía que pensar... siendo sincera mi madre nunca me había tratado bien pero tampoco me había dicho cosas tan horribles cómo estás.
Mi padre en cambio siempre amo que yo fuera una maestra agua, como en la familia Real de la Tribu del Agua normalmente no había miembros que fueran maestros agua, era realmente conveniente que yo pudiera hacer agua control; pero aún que le gustará que yo fuera una maestra Agua nunca me valoró... nunca me felicitó por mis logros en el agua control o mis avances en las técnicas especiales, eso era frustrante, todo mi esfuerzo no valía nada... la única que realmente me apreciaba era Yue, mi hermana.
Yue no era una maestra agua pero me ha contado en varias ocasiones que le hubiera gustado ser una; según ella así su vida sería más fácil y podría mantener el linaje de la familia Real de la Tribu Agua del Norte como maestros agua. También me dijo que así sería más fácil para ella cocinar y reparar las paredes de nuestra casa que está hecha de hielo sólido; oírla decir eso siempre me alegra el día.
Después de tanto pensarlo al fin me decidí por salir del palacio para caminar y despejar la mente, tomé mi abrigo y salí. Unos minutos después de pasear por la Tribu aún me sentía vacía por dentro, muchas de las chicas jóvenes que veía por el camino me felicitaban por los excelentes combates de hace una horas, otras me decían que si podía hacer algo para cambiar el hecho de que las mujeres tenían prohibido usar el agua control para luchar y que de ese modo cualquiera ya sea hombre o mujer pueda aprender todas las técnicas que quiera. Sus halagos y peticiones me hicieron sentir bien y me levantaron un poco el ánimo pero en el fondo me seguía sintiendo mal... me sentía como si no tuviera nada que hacer en este mundo.
Cuando llegué a la entrada de la Tribu que conecta con el océano decidí dar la vuelta y en lugar de salir de la Tribu subí a el glaciar del lado derecho que rodeaba la Tribu (no sé si recuerdan en la serie de avatar que la Tribu Agua del Norte estaba como hundida en un glaciar gigante y que tenía dos bloques de glaciar a los lados, bueno en el bloque del lado derecho es en a dónde fué Nerea)
Cuando llegué a la cima del glaciar me quité mi abrigo y pude sentir las fuertes brisas de aire en todo mi cuerpo, mi cabello se estaba moviendo con el viento y a pesar de todo no me importaba el frío, de hecho siempre me había gustado. Este era el lugar al que siempre venía cuando me sentía frustrada o tenía muchos problemas. Demasiadas ideas cruzaron por mi mente y no pude evitar decir
Nerea: No puedo creer que a mis 17 años aún me sienta inútil.
Nerea: -suspira- creí que a esta edad ya sería una mujer felíz... pero creo que eso jamás pasará.
Nerea: Amo ser una maestra Agua con todo mi ser, nací para serlo... no pienso dar mi brazo a torcer solo porque mi familia no está de acuerdo... aunque acepto que su opinión si es importante para mí.
Nerea: En fin -suspira- mejor dejo de pensar en eso. Últimamente no he practicado demasiado mi agua control, debería ponerme a practicar un poco después de todo quiero llegar a ser la mejor maestra agua del mundo.
Me quité la ropa hasta solo quedar en vendas, me encanta el frío así que no tenía mucho problema por no usar demasiada ropa.
Usé mi agua control para hacer un espejo no muy grande y ver mi reflejo. Lo tomé y me miré... realmente era una mujer hermosa pero jamás me había gustado que la gente pensara que por ser bella no era inteligente o tenía otras habilidades. Di un suspiro y empecé a practicar mi agua control.
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