Nación Tribal

"La Roca Hirviente" Parte 1

Narra Nerea

Después de contarle a Zuko mi idea de liberar a un par de prisioneros que me tenían preocupada desde hacía mucho aceptó formar parte de mi plan. No se veía convencido y me repetía que era una idea bastante peligrosa, aún así le rogue tanto que no se pudo negar.

Salir de ese lugar fue tan difícil que me pregunto porque entrar fue tan fácil, casi que no me costo nada hacerlo. Zuko me llevó de regreso al Palacio y por fin mucho después de media noche nos quedamos dormidos. Me abrazo por detrás sosteniendo firmemente mi estómago en el que ya se notaba ligeramente mi embarazo; supongo que no podía abrazarme de frente porque sería más difícil e incómodo para ambos.

Él le pidió a su padre un par de días libres con la excusa de que quería pasar más tiempo conmigo pero como acababamos de regresar de unas vacaciones forzadas a la Isla Ember fue difícil que aceptara.

No aceptó su petición en toda la semana y vaya que fue insistente, Zuko tenía trabajo acumulado y ahora que el Consejo de Guerra tenía un miembro menos debido a que yo estaba temporalmente retirada por mi embarazo creo que su carga de tareas era incluso mayor.

Trataba de ayudarle con lo que podía pero parecía preocuparle más mi embarazo que su trabajo, nunca me dejaba ayudarle así que cuando se quedaba dormido en el escritorio aprovechaba para terminar su trabajo pendiente.

Por las tardes como no tenía nada que hacer solía dar vueltas por el Palacio o ir a visitar al Tío Iroh, las cosas entre él y yo nunca cambiaron, solo se pusieron un poco tensas cuando me enoje con Zuko pero ahora todo estaba perfecto. Cuando alguna de esas cosas pasaba como caminar fuera en los patios o salir del Palacio, Zuko se aseguraba de que mi guardia personal me cuidara todo el tiempo, como el no podía hacerlo entonces me dejaba al cuidado de los chicos que habíamos escogido para eso.

Si algo odiaba en esta vida era sentirme inútil y que los demás tuvieran que cuidarme pero dejaba que lo hicieran porque solo así Zuko estaba tranquilo. Platicaba con ellos y aunque nuestra relación no pasaba más allá de lo laboral debo admitir que pasaba un rato tranquilo y agradable con los chicos de mi guardia.

La primera vez que volví a verlos después de mi ataque fue un poco extraño, se enteraron que estaba embarazada y eso los impresionó mucho, me trataban como si fuera de cristal o fuera a romperme y eso no me gustaba, hoy en particular al terminar el día estaban por irse cuando le pedí a Merodac que se quedara para hablar con él, parecía extrañado pero no se negó.

Nerea: Yo amm... quiero agradecerte.

Merodac: ¿Agradecerme? ¿y eso por qué?

Nerea: Creo que debí hacerlo hace mucho y lo siento por eso. Tu me salvaste ¿no es así?

Parecía asombrado pero no porque no supiera de que estaba hablando sino que parecía que no quería que yo le dijera esto. Volteo hacia otro lado para evitar mi mirada pero eso solo hizo más evidente su intento de evadir el tema.

Merodac: No sé de que me habla Princesa...

Era curioso, cuando hablaba con Zuko sobre cosas que nos ponían nerviosos y alguno de los dos desviaba la mirada el otro jugaba para encontrarla de nuevo; era algo entre el y yo y eso me gustaba, pero con otras personas era totalmente lo opuesto, si me evadian pensaba que me estaban faltando al respeto y eso no me gustaba. Aún así hice el intento de calmarme.

Nerea: El día que me atacaron fuiste tu quien desvió el último ataque de Mai, por eso no logró matarme... te arriesgaste a usar tus poderes ¿no es cierto?

Lo pensó por un momento y luego asintió una sola vez dandome la razón.

Merodac: Si fui yo Princesa.