Capitulo 76 (Final parte 2)

374 22 34
                                    


Narra Nerea

Mi situación no mejoró, Zuko y yo hicimos todo lo posible para que pudiera recuperarme pero no fue así.  Él se aseguraba de traerme mi comida personalmente, revisaba a los cocineros prepararla y apesar de eso seguía igual. Luego empezó a revisar a los comerciantes de comida para ver si el problema venía desde allí... y nada. Seguía igual o peor.

Me quitaron a Zarheo, tenían miedo de que pudiera llegar a contagiarlo justo como ya lo había hecho. Fue muy duro para él, quería estar conmigo y lloraba desconsolado cuando lo alejaban. También fue duro para mí...

Verlo así me mataba por dentro. Incluso empezó a dormir en una habitación diferente a la de nosotros, era un bebé y entendía que debíamos cuidarlo... pero también era mi hijo.

Faltaba poco para empezar con la invasión y yo no quería irme dejando las cosas como estaban.

Nerea: No quiero irme Zuko... no en estas circunstancias.

Zuko: Lo sé, yo tampoco quiero irme.

Nerea: ¿Qué pasará cuando ambos estemos fuera?... ¿Quién cuidará de él?

Zuko: Nos las arreglaremos, ya lo verás.

El cargaba a Zarheo lejos de mí, dormía tranquilo porque solo lograba calmarse cuando yo estaba cerca.

Nerea: ¿Podría cargarlo? -le rogue desde la cama-

Zuko: Claro.

Se acercó y me dió a Zarheo, yo lo tomé en brazos y lo miré aún dormidito. Era tan lindo y tierno que no podía dejar de mirarlo.

Nerea: Es absurdo, estoy envenenada no enferma. El veneno no puede contagiarse por cercania... No entiendo por qué no me dejan estar con él.

Zuko: Ya lo sé, por eso yo si te dejo verlo.

Nerea: Te lo agradezco tanto.

Nos quedamos en silencio un rato más, no queríamos despertar a Zarheo porque si me veía cargandolo no querría irse después. El silencio era como cualquier otro pero para nosotros estuvo lleno de huecos. Las cosas pintaban mal y aunque los dos lo sabíamos no habíamos hablado de ello hasta ahora.

Nerea: Zuko... si algo me pasa... por favor cuida de Zarheo. Es solo un bebé y no quisiera que... -no terminé, me interrumpió-

Zuko: No digas eso, eso jamás pasará.

Nerea: No lo sabemos Zuko -dije negando con la cabeza aceptando la realidad- quiero que me prometas que lo harás. Prométeme que lo cuidaras de todo y todos... por favor.

Me miró con los ojos clavados en mí, pero no estaba triste sino más bien... confiado.

Zuko: No pasará -acercó su mano a la mía y la apretó con fuerza- confías es mí ¿no es así?

Nerea: Siempre lo haré, sabes que sí.

Zuko: Entonces solo deja que ocurra -se acercó hasta esconder su cabeza en mi cuello y hablarme bajito al oido- cuando te lo diga estarás librada de todo esto.

No lo entendí,  ¿Cuándo él me lo dijera... saldría librada? Eso no tenía sentido.

Nerea: ¿A qué te...?

No pude replicarle porque empezamos a escuchar ruido afuera, seguro serían las sirvientas que a esta hora solían revisarme antes de dormir.

Le di nuestro hijo a Zuko rápidamente antes de que entraran y vieran que yo lo tenía. Se alejó de mi para que no vieran que estábamos tan cerca. Solo estaba envenenada, no estaba enferma o con algún virus contagioso pero al parecer creian que con solo tenerlo cerca podría contagiarle el veneno o algo así. Eso era absurdo, el veneno tiene que entrar en tu cuerpo digerido o inyectado, no por contacto.

Nación TribalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora