Narra NereaCuando era niña no tuve una infancia fácil. Recuerdo que mi madre me amaba al principio pero en cuanto descubrió que yo era una maestra agua con talento natural comenzó a tratarme muy mal.
Jamás entendí porque cambió tanto de repente, yo no tenía la culpa de ser una maestra agua así que no tenía porque culparme a mí.
En cuanto supe que podía hacer agua control me sentí muy feliz, podía controlar pequeñas gotas de agua y en ocasiones incluso un poco de nieve. No era una experta haciendo agua control así que la cantidad que podía controlar era muy poca.
Me sentí muy emocionada cuando me dijeron que podía ir con el maestro Paku a aprender agua control porque de verdad quería aprender a controlar mi poder. Cuando llegué no me dejaron tomar la clase, me dijeron:
En esta Tribu está prohibido que las mujeres aprendan el Agua Control para luchar. Si quieres aprender puedes ir con las curanderas para saber cómo usar tu poder para algo útil.
En ese entonces tenía cuatro años y el hecho de que dijeran eso me desanimó mucho. Pensé que sería buena idea aprender a usar mi Agua control para sanar así que me fuí a aprender con las sanadoras.
Las clases eran tranquilas y aprendí muchas cosas sobre el cuerpo humano y cómo funcionan los caminos de Chi. Solo había mujeres y eso era divertido pero yo era bastante tímida y casi no hablaba con nadie a menos que fuera necesario.
En esos momentos me sentía invisible en casa, mi madre no me prestaba atención porque se la pasaba con Yue enseñándole cosas de una "Princesa".
Yo también era una Princesa de la Tribu Agua del Norte pero como no era la primogénita no me prestaban demasiada atención. Mi padre siempre se sintió orgulloso de que yo fuera una maestra agua pero como siempre estaba ocupado con sus deberes de la Tribu apenas podía prestarme poca atención.
La única que me hacía caso era mi hermana Yue, a pesar de que tenía muchas más responsabilidades que yo, siempre se esforzaba por usar sus ratos libres para estar conmigo. Ella me platicaba sobre sus lecciones de Princesa y yo le platicaba sobre mis lecciones como sanadora.
Me era muy fácil salir de casa todos los días a tomar mis lecciones con las curanderas porque nadie notaba mi ausencia.
Después de un año me volví una experta sanando, mi progreso fue muy rápido porque tenía talento natural en el agua control. Ya no había más cosas que pudiera aprender y después de unas semanas me aburrí de volver a aprender cosas que ya sabía.
Todos los días veía a los chicos en los lugares al aire libre entrenando su agua control. Ver sus movimientos tan rápidos y fuertes me emocionaba.
Después de un tiempo empecé a faltar a mis clases de sanación y me quedaba sentada a lo lejos viendo entrenar a los chicos. No podía tomar lecciones con ellos pero al verlos entrenar también aprendía un poco.
Al principio ellos se sentían alagados de que una niña viniera todos los días a verlos, pero a mí solo me importaba aprender un par de movimientos para mejorar mi agua control.
Cuando empecé a memorizar algunos movimientos, comencé a tomar la clase a distancia. Trataba de imitarlos a lo lejos para que el maestro Paku no me viera porque si lo hacía me regañaría por desobedecerlo.
En cuanto esos chicos se dieron cuenta se enojaron mucho, yo no entendía porque, solo quería aprender a usar mi poder para ayudar a combatir a la Nación del Fuego.
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Nación Tribal
RomansaMi gente... mi tribu... ahora vivo en la nación enemiga, visto su ropa y soy un importante miembro de la corte Real... esto se considera traición pero en mi caso no era así, todo esto lo hacía por ellos, por mi gente; sin embargo ahora ya no pertene...