Narra NereaYa habían pasado tres días desde que los soldados me llevaron a la prisión de la Nación del Fuego. No me han dado mucha comida y ni hablar del agua, como saben que soy una maestro agua no pueden arriesgarse a darme más agua de la que necesito para vivir porque podría intentar escapar o atacarlos. Aún así la poca que me daban tenía un sabor demasiado amargo, no me gustaba pero era lo único que había para beber así que la tuve que tomar.
El tiempo aquí se me pasó muy rápido, tal vez sea porque estuve inconsciente un día entero por usar demasiado mis poderes. Al parecer puedo hacer sangre control en cualquier momento y en cualquier lugar pero mi agua control aún no es tan fuerte como para soportar usar esa técnica cuando no hay Luna llena.
Hoy se se supone que el Señor del Fuego me va a dar la respuesta a la propuesta que le hice, tengo miedo porque no sé si la va a aceptar o la va a rechazar y volver a atacar a mi Tribu.
Me tiene tranquila saber que por ahora todas las personas en la Tribu están bien, pero lo que me preocupa es que yo no estoy allá para ayudarlos a luchar o a formar estratégias. Yo sabía que mi plan de venir a negociar la paz era muy arriesgado porque si no salía bien entonces dejaría a mi Tribu sin su mejor arma, osea yo... pero si el plan sale bien y la Nación del Fuego acepta este acuerdo de paz mi gente vivirá bien por un largo tiempo... sin guerra... sin problemas... y también tendrían un buen futuro... no importa que para eso yo tenga que salir sacrificada.
No me importa que pase de ahora en adelante conmigo, solo sé que sin importar que, yo habré intentado hacer un cambio por el bien de mi Tribu.
Cuando aún estaba pensando en todas las posibilidades para mi plan pude oír como alguien se acercaba a mi celda, sus pisadas eran suaves pero firmes, así que esa persona definitivamente no es el guardia, que me vigila o el que me trae la comida, conozco sus pisadas... es otra persona.
Desde mi celda no se veía hacía afuera así que no podía ver quién era, solo me quedaba esperar a que entrará para saberlo. Esa persona se detuvo y comenzó a hablar con el guardia, no pude entender de lo que estaban hablando porque no se oía bien, pero pocos segundos después la cerradura comenzó a moverse y la puerta de mi celda se abrió.
La primera persona que entró fue el guardia que estaba cuidando mi celda pero la persona que venía atrás de él realmente me dejó sorprendida porque jamás pensé que vendría en persona a sacarme de aquí, esa persona... era el Príncipe Zuko.
Tenía puesta una capa con gorro que cubría su cara, como si quisiera ocultarse para que no lo vieran.
En cuanto lo vi puse una cara de asombro y rareza porque no esperaba verlo. Me asusté un poco y dí medio paso hacia atrás.
Zuko: ¿Qué pasa, te sorprende verme?
Nerea: Y-yo
Zuko: Puede retirarse, yo sé cómo hacer que me obedezca sin causar problemas -le dijo al guardia-
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Nación Tribal
RomanceMi gente... mi tribu... ahora vivo en la nación enemiga, visto su ropa y soy un importante miembro de la corte Real... esto se considera traición pero en mi caso no era así, todo esto lo hacía por ellos, por mi gente; sin embargo ahora ya no pertene...