"La Roca Hirviente" Parte 2

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Narra Nerea

Ya había anochecido y estaba dando una última revisión por los pasillos de la prisión, se supone que pronto sería hora en la que las celdas se cierran por la noche y todos los prisioneros ya están en sus celdas.

Caminaba observando que nadie me viera, era la zona este de la prisión y aunque no solía haber muchas personas revisando por aquí no pensaba bajar la guardia. Un error y podría ser nuestro fin.

Di un último vistazo antes de entrar en un celda en particular y cerrar la puerta tras de mi.

Nerea: ¿Pudiste encontrarlo?

Zuko: Sé donde está.

Me sentí aliviada, no llevábamos ni un día aquí y ya habíamos logrado dar con nuestro objetivo. Caminé más adentro de la pequeña celda para estar más cerca de él y que nadie pudiera escuchar nuestra conversación.

Nerea: ¿Cuál es su celda?

Zuko: Está dos pisos arriba de aquí, cerca de la esquina que da al patio.

Me emocioné por lo rápido que Zuko había logrado conseguir información, me acerqué y me lancé a sus brazos dandole un abrazo de la emoción.

Nerea: ¡¡Qué emoción!! Podremos verlo pronto -dije muy feliz-

Zuko: ¿Te emociona verlo? -me dijo sin entender mi reacción-

Nerea: He sido prisionera de la Nación del Fuego en el pasado, no estuve en circunstancias tan malas como las de esta prisión pero sé que no es nada agradable... por eso quiero darle su libertad.

Me sonrió con una expresión más suave pero es Zuko... no sonreía demasiado.

Zuko: Bien, mañana veremos que hacer.

Me separé un poco y lo miré a la cara confundida.

Nerea: ¿mañana?

Zuko: Si, ya es demasiado tarde. No podemos ir ahora.

Nerea: ¡¡Claro que podemos!! Soy guardia y puedo decirle que salga de su celda con cualquier excusa.

Zuko: No eres guardia, solo estás vestida como uno.

Nerea: Oye eso duele -le dije con una mueca de disgusto pero con ternura porque sabía que tenía razón-

Zuko: Si, a mi tambien me dolió cuando me dijiste que no parecía mujer, "que estaba muy plano por delante y por detrás" -respondió como si estuviera ofendido-

Estalle de risa al escucharlo porque era absurdo que se enojara por eso. En ese momento escuchamos pasos y una voz gritando por la zona.

"¡¡Todos dentro!!"

Zuko de inmediato me abrazó con fuerza tapando mi boca para no hacer ruido y se pegó a la puerta por debajo de la rejilla que dejaba ver el interior de la celda, al parecer para que no nos vieran. Se veía preocupado y concentrado en escuchar el exterior por si es que alguien venía.

Un guardia revisaba las celdas para asegurarse de que los presos estuvieran en ellas y no faltara ninguno. Al llegar a la nuestra se detuvo porque no vio a nadie dentro.

- ¡Hey! Esta está vacía. ¡¡¡Falta un preso!!! -gritó el hombre-

Pensé lo peor y la preocupación combinada con miedo se apoderó de mi. Zuko aún cubría mi boca pero se levantó del suelo de inmediato dejandome allí escondida detrás de la puerta.

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