Mi gente... mi tribu... ahora vivo en la nación enemiga, visto su ropa y soy un importante miembro de la corte Real... esto se considera traición pero en mi caso no era así, todo esto lo hacía por ellos, por mi gente; sin embargo ahora ya no pertene...
Estaba muy ocupado organizando algunos detalles de mi trabajo cuando uno de mis sirvientes llegó muy preocupado a hablar conmigo. No quería ser interrumpido pero se veía muy urgente así que lo dejé pasar.
Sirviente: ¡¡Su Alteza!! ¡Es la general Nerea!
Zuko: ¡¡¡¿Qué?!!! ¡¿Qué sucede con ella?! -le dije preocupado-
Sirviente: ¡La general acaba de llegar de los campos de entrenamiento bastante herida y acompañada de uno de los soldados! Pidió verlo en cuanto entró en el Palacio.
No me contesté nada a mi sirviente y de inmediato me levanté para ir a ver lo que estaba pasando. Caminé a la salida que quedaba más cerca de los campos de entrenamiento y a medio camino me encontré a Nerea con un chico.
Una parte de mi estaba feliz de verla porque hacía días que no lo hacía pero mi alegría se fue en cuanto vi que estaba realmente herida y al parecer de manera muy grave. Su ropa estaba algo sucia y los bordes estaban algo quemados.
No lo dudé y de inmediato fui hacia donde estaba Nerea y ayudarla. No sabía quien era el chico pero tampoco me importaba porque para mi era más importante ver como estaba Nerea.
Zuko: ¿Qué te pasó? -le pregunté preocupado- mi sirviente llegó muy preocupado diciendome que querías verme.
Nerea: ... Zuko yo -no pudo ni terminar la frase porque parecía dolerle mucho el cuerpo-
Zuko: No te muevas, podrías empeorar tus heridas... ¿y quién es él? -dije mirando al chico-
Nerea: Es uno de los nuevos soldados que llegaron del Reino Tiera.
Zuko: ¡¿y por qué dejas que te ayude si no lo conocemos?! Quizá tenga malas intenciones -le dije algo molesto-
Me paré al lado de Nerea y la cargué en modo Princesa para llevarmela rapidamente de ahí.
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Nerea: ¡¡Espera!! Al menos deja que le de las gracias por traerme hasta aquí -me dijo seriamente-
La miré sin decir nada como si con la mirada pudiera preguntarle "¿por qué quieres darle las gracias?" y ella me entendió.
Nerea: Porque el me ayudó a llegar hasta aquí... solo quiero agradecerle -me dijo mirandome como si me rogara-
Merodac: No hace falta que me de las gracias General... usted nos salvó de ese rayo a mis compañeros y a mi...
Zuko: ¡¡¡¿Un rayo?!!! -le reclamé- ¿A qué te refieres con un rayo? -dije enojado acercandome al chico-
Nerea: ¡Zuko! No es su culpa, deja que yo te lo explique...
No le hice caso a Nerea a pesar de que estaba haciendo de todo para llamar mi atención mientras la cargaba, yo seguí acercandome de manera amenazadora al chico esperando su respuesta. Pero el chico no me decía nada y mientras yo caminaba en su dirección el caminaba hacia atrás con miedo.
