Capitulo 8

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CHRISTOPHER

«¿Nos vemos en la academia?».
No tengo que pensarlo dos veces para darle una respuesta.
«Ahí estaré, hermano».
Cuando pulso Enviar siento una respiración en mi cuello y me sobresalto, al darme vuelta se trata de Jocelyn, al menos ella tiene la decencia de sonrojarse.
Aprieto mis labios, creo que todo ser humano tiene un límite, casi puedo imaginar mis manos en el cuello de Jocelyn mientras ruego que me deje en paz.
—Jocelyn, por favor, haz tu trabajo —pido en un siseo y creo que ella realmente capta que hoy mi límite para soportarla es muy poco.
Otra persona que está amenazando con acabar con mi paciencia es Savannah. Savannah fue contratada hace un mes y, desde entonces, me sonríe y me ve cómo si yo fuera alguna celebridad. Si hablo con ella, dará una risita tonta e intentará tocar mis brazos lo que hará que Jocelyn gruña, entonces habrá tensión y yo solo querré
degollarlas a ambas.
No recuerdo en qué momento mi vida se hizo tan compleja.
Al menos tengo a Joel y Steven, aunque Steven sea un auténtico cerebrito es alguien con el que puedo hablar y sabe de buena música, además, todos saben que soy un hombre inteligente, no me ando por las ramas de fingir ser un chico malo.
Toda mi vida supe que quería ser ingeniero, por tanto siempre supe que para ello debía ser muy bueno en los números y cálculos, no me conformé con ser bueno, me volví excelente, disfruto de ser de esas personas que saben utilizar el cerebro y analizan.
A las chicas sea cual sea la edad, suelen gustarle últimamente los chicos malos, pero lo siento, en mí encontrarán un fumador controlado, un hombre que piensa y que antes de llevarlas a la cama al menos las lleva a una cita.
Rompo los estereotipos.
Si tú ves mis pocos tatuajes dirás «él seguramente está peleado con el mundo», pero si me das cinco minutos para hablarte de algún tema importante del mundo entonces dirás «bueno, él al menos utiliza el cerebro».
Siempre he pensado que la belleza es un arma de doble filo, puede conseguirte lo que quiera, pero también crea prejuicios.
—¡Oye, Joel! —lo llamo ignorando la mirada de Savannah—. Saldré a encontrarme con Landon y resolver unos asuntos en la academia, estás a cargo. —¿Por qué no estoy yo a cargo? —cuestiona Jocelyn haciendo que Joel le dé una risa seca, el hombre sí que la detesta.

—Porque eres una mujer desquiciada y psicópata que quiere matar a cuanta fémina entre a esta tienda —le indica Joel caminando hacia la caja—. Ve tranquilo, Chris, yo cierro la tienda y te dejo el inventario.
—Gracias.
Confío en Joel, él está acá, incluso antes que yo, desde que tenía 16 años y mi madre vivía él está aquí, son años que le han otorgado esa confianza.
Las miradas de Jocelyn y Savannah están en mi nuca cuando salgo y seriamente siento escalofríos.
Jocelyn podría matarme y Savannah muy bien secuestrarme.
En el trayecto en el que debo ir hacia mi auto fumo el cigarrillo del día mientras mis dedos masajean mis sienes. Estoy muy seguro que Logan, conocido como mi padre, no ha pagado los servicios de luz y
agua de la academia, estoy seguro que yo tendré que hacerlo, al menos en ello tengo un poco de ayuda de Landon, es el único lugar en el que Landon puede meter sus manos y ayudar sin que Logan lo note.
Me recuesto contra mi auto y fumo tranquilamente porque es uno de esos pocos momentos en el que puedo relajarme. Sin planearlo, una imagen viene a mi mente y no puedo evitar sonreír; saco mi celular del bolsillo trasero de mis jeans.
Selecciono la última imagen recibida y mi sonrisa crece. Debo admitir que fue toda una sorpresa recibir un mensaje esta mañana, yo realmente ya me había mentalizado en olvidar los bonitos y
perfectos pechos de chica histérica, Tn, pero, entonces, ella me dio otro poco de su piel, su muslo y yo había entrado rápidamente en lujuria.
Yo puedo jurar que mi pene nunca había crecido con tanta fuerza y rapidez, incluso me asusté. Fue algo de otro nivel.
No es muy normal ponerse caliente tan rápido por una pequeña muestra de un muslo, pero que me condenen si no lo hice.
Creo que el efecto también estaba en sus palabras adjuntadas a la imagen, casi podía imaginarla con la mirada de lujuria con la que me había recorrido en la tienda.
Por un gran momento juzgué su inteligencia, porque bueno, ella está enviando su foto a un desconocido, bien yo podría ser un violador, pero le otorgué cierto punto cuando su rostro no figuraba

en la segunda foto, pero el daño ya estaba hecho, yo había visto su rostro en la primera.
Doy la última calada a mi cigarrillo y lo arrojo a la basura cercana.
Subo al auto y alejo la imagen de la chica, porque ahora debo concentrarme en mi hermano.
[...]
En cuanto bajo de mi auto y pongo un pie en la academia, los empleados comienzan a saludarme, secretamente creo que ellos
saben que una vez más vengo a hacerme cargo de los problemas, como que no han hecho arreglos en la nómina y ellos no han cobrado este mes.
Me dirijo hacia Beth, la dulce recepcionista que me ha visto crecer.
Le doy una gran sonrisa que me devuelve.
—¿Cómo está la mujer más bella que ha visto este mundo?
—Feliz porque mis dos galanes Vélez están aquí —dice mientras beso su mejilla de manera ruidosa—. Me alegra que estés por aquí Chris.
—Lamento haber tardado, pero estaba en los otros negocios. Ahora ¿puedes reunir para mí en un informe los tres problemas
primordiales para resolver?
—Claro, cariño, los tengo listo rápidamente.
—Gracias, Beth, paso por ello en una hora. ¿Te parece? —ella asiente con la cabeza y me da una sonrisa maternal que me encanta—. ¿Sabes en dónde está Landon?
—En la clase de baile de salsa con Jaime, volviendo a las niñas locas seguramente.
—Ya sabes, le gusta tentar —digo, guiñándole un ojo; al igual que mamá, ella fue una de las primeras en saber de las preferencias sexuales de mi hermano, y lo aceptó. Ambas se guardaron el secreto,
por eso la bomba fue de gran tamaño para papá cuando Landon lo hizo más público.
—Están en el salón 4.
—Gracias, Beth, paso en una hora.
Camino por el pasillo amplio, por lo que puedo ver las clases que se están impartiendo. En uno están bailando lo que mi madre alguna vez me indicó era flamenco, otro se trata de tango, me
detengo frente al de ballet.
Siempre me ha parecido que las chicas que practican ballet tienen la apariencia de pequeñas muñecas, son hermosas y cada
movimiento hipnotiza. Esta no es la excepción, una delgada chica de piel morena y cabello oscuro está sobre las puntas de sus pies, con los labios apretados dando vueltas.
Aun cuando luce frágil, también Luce fuerte.

CensuradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora