Capitulo 129

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—¿Es usted el señor Christopher Vélez? —es todo lo que pregunta Tn en cuanto abro la puerta de mi casa, no puedo evitar enmarcar mis cejas hacia ella.
—Eso parece —me cruzo de brazos.
—Le enviaron un regalo.
—¿Lo hicieron?
—Sí, me enviaron a ser la mejor stripper que ha visto en su caliente vida por ser un universitario.
No puedo evitar reír con diversión, pero me hago a un lado dejándola pasar. Me quedo observando su culo que está cubierto con un short de cuero negro, de hecho, la camisa es un ajustado top de cuero, lleva mallas y unas botas de tacón impresionante. Cuando me sonríe me doy cuenta de que sus labios van de rojo y me está dando una mirada bastante entusiasta.
Esto tiene el aspecto de ser bastante interesante.
Séptima semana fuera del hospital, novena de haber despertado y me siento como el antiguo Christopher.
—¿Dónde quiere que se lo haga, señor Vélez?
—Donde usted guste, siempre y cuando me haga muchas cosas...
Tn nunca deja de sorprenderme, de algún modo siempre encuentra algo nuevo para dejarme fuera de juego durante segundos en donde intento imaginar de dónde vienen todas sus ideas para momentos en los que no me lo espero.
Ella lleva sus manos a su cabello, pasando sus dedos entre las hebras castañas. Sonrío haciendo una seña con mi mano para que prosiga, pero ella niega con su dedo índice.
—Necesito música, si voy a hacer mi trabajo, entonces debo hacerlo muy bien.
Río por lo bajo sacando mi celular, busco cualquier música y por algún motivo Moves Like Jagger es la canción que comienza a sonar.
—También debes sentarte.
—Seguramente eres la stripper más exigente y mandona de la agencia de la que vienes.
—Te prometo que soy la mejor de mi agencia.
Le doy una vista a su cuerpo en esas prendas de cuero ajustado, estoy contando el tiempo en el que me tardaré en quitárselo.
—Te creo, ahora, mi baile.
Ella comienza moverse al ritmo de la canción, estiro mis piernas y las abro, porque sé que pronto conseguiré una gran erección. Pasaré de estar semiduro a estar extremadamente duro, y lo último que deseo es estrangular a mi gran amigo pene.
No me sorprende que sea descarada pasando las manos por su cuerpo, es Tn después de todo, Tn diciendo ser una stripper contratada para mí.

El cierre de su top se encuentra de manera frontal por lo que mi atención está en sus dedos tirando de la cremallera. Lamo mis labios ansioso de ver lo que ya conozco muy bien.
Sonrío hacia ella cuando juega a subir y bajar el cierre.
—Vamos, déjame verte —pido juntando mis manos a manera de súplica, ella ríe y baja totalmente la cremallera.
Respiro lentamente y muy hondo. No hay sujetador. Todo está en su esplendor. No importa cuántas veces he visto los pechos
desnudos de Tn, siempre me gustará verlos, más si ella está bailando para mí.
La dejo bailar mientras se va desvistiendo y ambos reímos cuando se enreda con el short a la altura de sus tobillos haciendo que casi caiga. También reímos cuando se desespera quitando las mallas.
De hecho, río mucho cuando maldice diciendo que no soporta las putas botas de mierda, sus palabras, no las mías. Y es incluso más divertido cuando la canción termina y comienza a reproducirse lo
que debe ser la versión más lenta de la historia de Forever Young.
Para cuando ya está desnuda frente a mí, tengo mis ojos entrecerrados debido a la risa, ella cubre su rostro con sus manos.
—Joder, esto se veía más fácil. Olvida todo eso de yo siendo la mejor de la agencia.
—Pero si ese ha sido el baile más sexy que seguramente recibiré en mi vida.
—Hubo demasiadas fallas técnicas.
—Ven aquí, muñeca.
Ella camina hasta mí y la obligo a sentarse a horcajadas sobre mí, desnuda. Suspiro hondo, no puedo solo conformarme con tocar y lamer. Necesito lo siguiente, ir por más, hasta el final, hasta el fondo.
Acaricio con mi mano su espalda, ella se estremece, con mi otra mano retiro mechones de cabello de su rostro.
—Eres bastante caliente cuando te pones creativa.
—Tenía que ser mejor, pero es bastante bueno saber que te he excitado aún con las fallas técnicas —se inclina hasta mi oreja—, puedo sentirte.
Para dar credibilidad a sus palabras, se balancea y siseo por lo bajo. Ahora soy yo quien se inclina en su oreja.
—Yo también puedo sentirte, de hecho, estás estropeando mi pantalón —murmuro—, no creo que tanta humedad salga de la nada.
Ella ríe, yo también lo hago y la beso profundamente, de la manera en la que me gusta hacerlo, me separo un poco tirando de su labio superior entre mis dientes.

—Voy a hacerte el amor justo ahora. En este instante. No más contenerse. Estoy muy recuperado para hacértelo.
—¿Ahora?
—Ahora, más tarde, luego y después.
Me pongo de pie con ella todavía sobre mí, por lo que enreda sus piernas alrededor de mi cintura mientras me dirijo a las escaleras.
Sé que Logan no vendrá hasta la noche, podría hacérselo en el sofá, pero estoy lo suficientemente consciente aún para saber que los condones se encuentran en mi habitación.
—Ha sido mucho tiempo —murmura ella besando mi cuello—, estoy emocionada, se siente como que voy a perder mi virginidad adquirida en todos esos meses ¡Casi un año!
Río abriendo la puerta de mi habitación y cerrándola con mi pie.
La arrojo no muy delicadamente en la cama mientras saco mi camisa, pantalón holgado y bóxer. Tengo un breve momento en el que no recuerdo donde se supone que guardo los condones.
Odio los momentos como estos, en donde parece que por segundos estoy desorientado. 

CensuradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora