Censurado

Capitulo124

—Él va a despertar, señor Vélez, míreme, por favor. Lo prometo, va a despertar.
El papá de Chris se mantiene sin moverse sentado en el sofá de la casa en el que hace siete meses atrás pasaba el rato con Chris. Ni siquiera puedo creer que realmente han pasado siete meses.
—Por favor, créame. Va a despertar. No puede dejar que lo desconecten, por favor. Va a matarme si lo hace —para este punto creo que es justo que use la manipulación.
Landon permanece en silencio a un lado, quizás porque está agotado después de haber pasado toda una noche llorando, no es difícil ver que Logan tampoco lo ha tenido fácil. Lo he visto marchitarse ante la pérdida de esperanza día tras día.
—Por favor, solo por favor no lo haga —me siento a su lado tomando su mano.
Finalmente, él alza la vista, sus ojos irritados y cansados, se ve mayor, como un padre agotado y cansado. Por favor, que no lo haga.
—Siete meses, siete meses de ver a mi hijo en una cama de hospital. Cuatro veces en la que su corazón se detuvo. No la está pasando bien, siento que lo estoy torturando, obligándolo a quedarse en un mundo al que no quiere volver. Lo estoy condenando a una agonía, a no dejarlo descansar. No quiero que se vaya, pero no quiero hacerlo sufrir más.
Siento ganas de llorar porque también lo he pensado, he llegado a pensar que somos lo suficientemente egoístas para no dejarlo irse, para no darle un descanso. Estamos aferrados a quererlo de regreso.
Me niego a creer que Chris no quiere volver.
—Por favor, solo un par de meses, por favor, solo eso. No pido más, esperemos un poco.
—No voy a dejar que Chris cumpla un año de ese sufrimiento —dice Logan—, vamos a dejarlo dos meses mas, solo eso. No haré sufrir a mi hijo.
Aprieta mi mano y se pone de pie perdiéndose en las escaleras, limpio mis lágrimas y observo a Landon, él niega con la cabeza.
—No va a volver, Tn, no va a hacerlo.
No quiero creerle, es por ello que por primera vez Landon y yo dejamos de hablarnos.
[...]
—No puedo creer que Landon y tú estén como..., distanciados.
—Landon ha dejado de creer, Jessie —murmuro mientras peino el cabello de Chris. Durante estos siete meses y medio, hemos adaptado esta habitación a un lugar más cálido—, creo que estamos

algo tensos.
—No pensé que él fuera a tardar tanto, Tn.
—No importa cuánto tarde, lo importante es que vuelva.
Paso una mano por su barbilla, sintiendo aspereza de su barba creciendo, deberían afeitarlo una vez más. Suspiro.
—Landon es mi mejor amigo en el mundo, nadie entiende mejor que yo cómo se siente no tener a Chris. Me duele que haya dejado de creer.
—Es su hermano, Tn, no debe ser fácil para él llevar siete meses y medio viendo a su hermano en estas condiciones, siendo una especie de sombra de lo que era. No quiere verlo sufrir, quiere que
descanse lo cual no puede verse como algo malo.
—Soy una egoísta, no me importa serlo. No quiero que lo dejen ir. Lo quiero aquí. Si eso de las almas gemelas realmente existe, entonces Chris es la mía. ¿Cómo superar no tener a Chris? Puedo seguir con mi vida, quizás conocer a alguien, pero entonces siempre estará Christopher, estaré pensando en él y cómo pudo haber sido nuestra vida juntos.
Beso la frente de Chris y camino hasta el pequeño sofá, sentándome junto a Jessie. No me gusta la mirada que me da.
—Sabes que podrías seguir adelante porque eres una mujer fuerte, no te estancarías y lo recordarías con todo ese amor que le tienes. No te mientas, una parte de ti quiere dejarlo descansar, una parte de ti está agotada y se siente como Landon, pero te sientes mal ante la
idea de pensar de qué te estás rindiendo.
Si él no vuelve, Tn, debes dejarlo ir. No es tu culpa, no te estás rindiendo. Solo lo estás dejando descansar.
Miro hacia la cama, me duele no negar las palabras de Jessie. Siento que estoy dividida en mis sentimientos.
No estoy molesta con Landon, Landon no está molesto conmigo.
Solo estamos tensos, tensos ante cual pueda ser el destino de Chris.
—Voy a viajar a Rusia —murmuro a Jessie—, dos semanas.
—¿Te vas? —cuestiona incrédula.
—No seas imbécil —digo, rodando mis ojos—, serán dos semanas. Tengo tres entrevistas en universidades y voy a conocer a mi abuelo.
—¿El que huyó con una gimnasta?
—Sí —río—, quizás también conozca a la famosa gimnasta que logró hacer escapar a mi abuelo de Calena. —Hablando de la psicópata maldita, ¿qué ha sucedido con ella?

—Aún está en esta clínica. Sigue teniendo dinero que quizás dure unos cuantos meses, antes de que deba ir a un hospital.
Papá fue demasiado bueno, si él no dice el número de cuenta de esa vieja, Calena estaría pasándola muy mal. Espero no verla nunca más.
—¿Solo dos semanas?
—Dos semanas, Jessie. Si decidiera irme de manera permanente las obligaría a hacerme la mejor despedida del mundo. Con desnudistas, chicos calientes, Shawn en ropa interior, modelos, todo caliente y espectacular para una chica caliente como yo. Jessie ríe y pasa su brazo por sobre mis hombros.
—Esa es mi perra rusa, por un momento sentí que te perdía.
—Nunca vas a perderme maldita. Estaré de por vida junto a ti.
[...]
No puedo creer que estoy en Moscú. Miro el cielo un poco soleado y luego el suelo.
Lo primero que me ordeno es no perderme pase lo que pase.
Es difícil no distraerme con la arquitectura, las estructuras así como las personas. No es muy diferente a una ciudad con sus
ajetreos, pero es Rusia y eso me sorprende.
Llegué hace dos días y desde entonces no dejo de maravillarme por cada cosa, incluso parece más divertido el hecho de hablar ruso en este país que en cualquier otro.
Finalmente llego hasta la pequeña universidad donde tengo una entrevista. Miro el folleto y luego la universidad. Puede que en el folleto hayan exagerado todo, pero aun así es una universidad
agradable a la vista.
Aliso mi vestido floreado y paso una mano por mi cabello. No sé si este sea el lugar donde pasaré mi vida universitaria, pero si en algo soy buena, es en las primeras impresiones.