Censurado

Capitulo 26

CHRISTOPHER

 
—¿Qué jodidos haces en mi habitación? —cuestiono viendo a Logan revisar el estante donde guardo documentos y proyectos.
—Necesito las cuentas del mes anterior de la academia.
—¿Para qué?
—Tú solo dámelos, Christopher.
—¿No deberías estar follando a alguna menor de edad, papá?
Logan respira hondo, como si estuviera rogando y aclamando por un poco de paciencia. Él no puede realmente creer que yo se lo dejaré fácil, no merece una vida fácil, lo amo, pero soy honesto y trato de devolverle la misma mierda que él arroja hacia Landon.
—Christopher, ¿puedes tan solo darme lo que te estoy pidiendo?
—No lo tengo acá —miento—, puedo conseguirlo para ti el lunes.
—¿Por qué no puedes ir ahora mismo a buscarlo?
—Porque tengo planes, y esperar no te hará daño. ¿Cierto?
Logan respira hondo, me da un ligero asentimiento con su cabeza y sale de mi habitación. Sonrío, pasará mucho tiempo para que vea ese libro de contabilidad.
Ciertamente tengo planes, esos planes incluyen a una muñeca rusa histérica que cada vez se mete más en mi cabeza. Tn, la hermosa y sorprendente Tn.
Mi celular suena y suspiro cuando veo que se trata de Joel, a quien dejé a cargo el día de hoy.
—¿Malas noticias? —pregunto, mientras me quito la camisa y comienzo a vendar mis manos, decidiendo hacer un poco de boxeo.
—La celopata se ha reportado como enferma...
—¿Qué hay de malo en eso? —digo y termino de vendar mis nudillos izquierdo.
—Que ella vino, notó que tú no estabas, actúo raro y luego simplemente se reportó como enferma y se fue.
Presto más atención a lo que Joel dice. Sospecho que debo hacerlo.
—Muy bien, ¿qué es lo que quieres decirme?
—Que si yo fuera tú, revisaría los alrededores, no se sabe si una loca está por tus alrededores.
No puedo evitar reír ante la manera en la que Joel lo dice, si por Joel fuera, Jocelyn estaría ahora mismo en un centro siquiátrico recibiendo ayuda de profesionales, él asegura que algo realmente no está bien con ella.
—Tú te ríes, Chris, pero solo te advierto.
—De acuerdo, estaré al pendiente, gracias, Joel. ¿En la tienda todo va bien?
—Todo va estupendo, al menos Savannah es un poco más normal, no mucho, pero algo es algo.
Río una vez más mientras finalizo la llamada. A pesar de que me río tomo el tiempo de mirar por la ventana de mi habitación y no percibo nada extraño por los alrededores, así que me encojo de

hombros, conecto el iPod a las cornetas y con One Republic sonando en mi habitación camino hacia mi saco de boxeo.
[...]
Aplico solo un poco de loción a mi cuello, procedo a colocarme la chaqueta de mezclilla sobre la camisa blanca que llevo y creo que luzco decente para una primera cita.
Muy bien, Chris, vamos por la primera cita y luego vamos por más.
No puedo evitar sonreír, mientras tomo mi billetera y las llaves, tanto de la casa como la de mi auto. Es un alivio que al llegar a la
planta baja de la casa, Logan no esté follando, de hecho Logan no está presente.
La casa simplemente está en silencio, un silencio que antes no solía existir.
Me aseguro de dejar las puertas cerradas y camino hasta mi auto, pero a mitad de camino me detengo ante la sensación de ser observado. Miro a mi alrededor y todo es silencio, lo cual solo lo hace más escalofriante.
Sigo mi camino y subo al auto, enciendo el motor y me encargo de encender las luces y el susto que me llevo es tremendo, cuando frente a las luces de mi auto se aparece Jocelyn. Carajo, ella me ha
dado un susto de muerte.
Llevo una de mis manos a mi pecho, quiero asegurarme que sigo vivo y no me dio un infarto. Ahora que tengo tiempo para calmarme doy paso a la ira mientras bajo de mi auto y la enfrento.
—¿Qué haces acechando mi casa? —le reclamo evidentemente molesto, esta mujer está cruzando las líneas de una manera que acaba con mi paciencia.
Ella me ve con sus ojos marrones claros, incluso, tiene la desfachatez de lucir enojada, lo cual es absurdo.
—¿Te verás con una perra?
—¿En serio, Jocelyn? ¿Esto es malditamente en serio? —digo, llevando mis manos a mi cabello con irritación, quiero sacudirla y hacerla entrar en razón—. No eres mi novia.
—Porque tú me dejaste, Chris, tenemos química. Tú y yo somos perfectos juntos.
—«Tú y yo» no existe —le recuerdo mientras nos señalo—, déjame en paz.
—Chris solo...
—¿Estás o no estás enferma? —la interrumpo.
—¿Perdón?
—Te he preguntado que si estás o no enferma —le grito sobresaltándola—. Responde. —No, no, estoy bien, ¿por qué? ¿Quieres que nos divirtamos?

—No —le respondo firme—, estás despedida, te reportaste enferma y no lo estabas. Despedida, pasa por tu cheque de liquidación y arreglo de papeles.
—Christopher...
—Se acabó —digo, dándome la vuelta y azotando fuerte la puerta de mi auto una vez estoy en él.
Bajo la ventanilla del auto y la observo, estoy tan molesto que no me permito sentir pena por mi exnovia acosadora.
—Y deja de acechar mi casa o Logan te verá, y tú no quieres que Logan te vea, te lo aseguro.
Dicho eso, pongo el auto en marcha y trabajo en tranquilizarme, porque esto no puede arruinarme la noche, no cuando tengo tantas expectativas con esta cita. Jocelyn no puede arruinarla.
Durante todo el camino escucho música en alguna estación de radio, siguiendo las indicaciones que Tn me dio para llegar hasta su casa. Ciertamente la residencia está bien ubicada, por lo que me hago a la idea con rapidez de que Tn está bien
económicamente.
Me detengo frente a la casa con la descripción que ella dio y no puedo evitar reír ante la fachada de su casa. Su casa está pintada con los colores tanto de la bandera rusa que resulta ser la misma que la de este país. La locura se encuentra en que de un lado se representa la bandera de Rusia y del otro la del Reino Unido. Es bastante divertido de ver.
Su casa resalta entre todas las anodinas casas de colores pasteles, y me gusta, no hay manera de perder de vista una casa como esa.