Capitulo 60

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Como riendo por lo bajo ante la manera en la que Erick observa a Jessie, quien finge no darse cuenta de la mirada de cachorro que él le envía. Dina está escuchando muy atenta lo que Chris y Steven dicen acerca de unos cálculos y teorías que, apuesto, ella no tiene idea pero que finge entender.
Landon me observa detenidamente, por lo que volteo mi rostro para devolverle la mirada, él sonríe.
—¿Sabes que encontraron un bóxer en la pequeña piscina del piso donde nos hospedamos? —me pregunta con una sonrisa divertida.
—No, no sabía, qué locura... —doy un bocado a mi desayuno.
—Sí, qué locura...
—Sí, locura total.
—Me pregunto, ¿cuántos fluidos vaginales y semen dejaron tú y mi hermano en la piscina?
Me atraganto con un trozo de tostada comenzando a toser, Landon palmea mi espalda sin dejar de sonreír.
—Eso pensé, mucha acción —luego se inclina hacia mí—. ¿No te duele la vagina de tanto llevar?
—¡Oh, cielos! ¿Qué pasa con la discreción? —murmuro muy bajo y él ríe.
—¿Tú dijiste que éramos mejores amigos no?
—Tienes una lengua venenosa, Landon.
—Una muy buena lengua, Tn—me asegura riendo y concentrándose en su comida.
No puedo evitar reír y negar con mi cabeza. Cierto, tuve una noche muy activa y siento ciertas molestias en mi entrepierna, pero valió la pena.
Este es el comienzo de un tercer día del festival que promete ser igual de asombroso como los otros dos anteriores.
[...]
—Tu mamá un día de estos va a quemar todas tus camisas —murmura Jessie dando una calada a su cigarrillo, Landon captura una foto de mi camisa—, «la lengua se hizo para lamer y saborear», eres bastante creativa de hecho.
Me encojo de hombros en respuesta, sintiendo la mano de Chris en la parte baja de mi espalda mientras bebe un fuerte vino francés, hoy particularmente hay muchos franceses, mi cerebro ha deducido que por cada día hay dispensas de licor de países específicos.
—A mí me gustan sus camisas —murmura Chris entrando en la conversación.
—Sí, porque seguramente haces cada cosa que dice la camisa—, dice Jessie terminando su cigarrillo y entrecerrando sus ojos hacia Erick, quien conversa con una despampanante francesa. Me parece divertido el hecho de que luzca molesta alguien está celosa.

—Todos ligan menos yo —musita Dina frunciendo el ceño, viendo de igual manera a Erick.
—Bueno, eso no puedo refutarlo, amiga —digo palmeando su espalda porque Joel y Steven de alguna forma están coqueteando en algún lugar con unas chicas. Aunque Steven no parece muy a
gusto.
—¿Si alguien te besa dejarás de lloriquear? —cuestiona Landon pasando una mano por su cabello para despejarlo de sus ojos.
—Sí, lo prometo.
—Muy bien —dice Landon tomando su barbilla y presionando su boca sobre la de ella.
Jadeo con sorpresa mientras parece que la besa con intensidad, escucho a Chris reír. Jessie y yo observamos con sorpresa y un poco de envidia, demonios, ¡me encanta!, es el hermano Vélez que
quiero de manera sexual y romántica, pero cualquiera quiere besar a Landon aunque sea una vez, incluso yo. Landon en algún momento la libera, Dina lo ve con sorpresa y él solo se encoje de hombros antes de sonreír.
—¡Maldito! ¡Tú sí que sabes cómo mover la lengua! —dice Dina con alegría—. Mierda, sabes malditamente besar.
—Gracias, es bueno que halagues mis habilidades de besuconas —dice Landon—, ya obtuviste un beso de este viaje, ya puedes dejar de lloriquear y quejarte.
—Justo ahora quiero tener un pene para ser tu prototipo —dice Dina riendo—; oye, ¿no quieres ni siquiera intentar con una mujer?
—Dina, lo he hecho con chicas —dice Landon encogiéndose de hombros y caminando lejos de nosotros de manera despreocupada.
—Joder, él no puede soltar esa bomba y huir —dice Dina comenzando a seguirlo.
Volteo a ver a Chris con curiosidad.
—¿Es bisexual? —cuestiono confundida.
—No, Landon es curioso —responde encogiéndose de hombros y dándome un beso breve que acaba por hacer que Jessie nos deje solos.
—Bueno, pensé que Landon era como un ángel.
Chris se encarga de reír mientras toma mi mano y nos guía hacia el área de comida, he notado que Christopher realmente come mucho, debería ser obeso.
Llegamos hasta un puesto de comida para nada sana pero que huele delicioso; esperamos ser atendidos. Chris deja pequeños besos en mi cuello, no puedo evitar sonreír al tiempo que él enreda
desde atrás sus brazos en mi cintura. Que cursis estamos siendo. —¿Te he dicho que la pasé maravilloso anoche, la madrugada y al despertar? —murmura y la chica que está delante de nosotros se voltea a vernos, se sonroja. Eso le pasa por chismosa, ¿qué clase de

mundo es este donde mi novio y yo no podemos hablar de sexo abierta y públicamente?
—Eso es porque me tuviste sin ropa.
—Eso es porque se trata de ti.
—A veces eres tan dulce que quiero bañarte en vinagre para que no seas tan cursi, pero entonces me doy cuenta que me encantas de ese modo y que te estoy odiando por volverme una tonta dulzona.
—Eres tan tierna —dice rebosando sarcasmo, lo cual me hace reír—. Joder, esta cola no avanza, tengo tanta hambre.
—Tú siempre tienes hambre.

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