Capitulo 73

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TN

—¡Perra, vuelve a la tierra! —exclama Dina, arrojándome las cartas al rostro, le frunzo el ceño.
—¡No seas molesta! —digo ordenando las cartas. Dina y Jessie se observan.
—Tn, ¿estás preocupada o algo? No estás siendo la misma perra divertida —murmura Jessie encendiendo un cigarrillo, debería decirle que mamá odia que fumen dentro de su hogar, pero lo dejo pasar.
—No, solo estoy en mis días —miento, bueno, si estoy en mis días pero eso me da igual, no soy una loca en mis días, pero es una buena excusa para justificarme sin tener que dar respuesta de mi poco animo—. Quiero que la abuela perra se vaya a Rusia cuanto antes.
—Esa vieja es el infierno hecho realidad —asegura Jessie inhalando de su cigarro—, no entiendo cómo llevas una semana soportándola.
—No es fácil —aseguro bastante complacida de que ella haya salido con el resto de las rusas, papá está trabajando—, estoy cansada de escucharla llamarme basura inglesa.
—Oye, los ingleses no somos basura —se queja Dina—, de hecho, somos personas sofisticadas.
No puedo evitar reír ante el exagerado acento británico que imita Dina.
—Además, todo el mundo quiere que sus hijos lleven nombres y apellidos anglosajones, sean de donde sean—sigue Dina.
—¿En dónde aprendiste lo qué significa la palabra «anglosajón»?—cuestiona Jessie.
—A veces eres tan maldita que quiero apuñalarte con una cucharilla —murmura Dina. Jessie y yo no podemos evitar reír —pero hablando muy en serio, Tn, tú solo dime y yo la empujo por las escaleras, fácilmente puedo fingir que fue un accidente.
—O yo las asfixio con una almohada mientras duerme —se ofrece Jessie—. Ella es una mujer muy descortés, ni siquiera es una viejita rechoncha a la que pueda encontrar adorable. ¿Cuántos años es que tiene esa vieja?
—58 —murmuro—, por algo mi abuelo la dejó y huyó con una gimnasta.
—Nada bruto tu abuelo, solo pobre de él, apuesto a que esa vieja era del tipo de mujer que en el sexo ordena «métela bien», «métela como un hombre», «hazme correr maldito inútil», «¿no sabes acaso dónde está mi maldito punto G?, busca bien basura blanca» —despotrica Jessie haciéndonos reír—. Solo imagina lo traumático que llegaría a ser para tu abuelo. —Te diría lo traumático que resulta imaginar a mis abuelos tener sexo, pero ya sabes que no conocí al abuelo, él huyó de ella antes de que yo naciera.

—La moraleja es que tú solo dinos y nosotras la desaparecemos sin levantar sospechas —asegura Dina guiñándome un ojo.
—Gracias, pero por ahora solo esperaré a que se vaya.
Son dos horas después cuando Dina y Jessie se van, dejándome sola en la casa. Como un emparedado de mermelada de fresa junto a una gaseosa de naranja.
El silencio y quietud del lugar comienzan a enfermarme, razón por la que quito mi camisa dejando el torso desnudo, tomo mi celular y con una mano tapo uno de mis senos, capturo la foto y la observo.
Es algo realmente increíble que sin planearlo la luz proveniente de no sé dónde hace que no quede totalmente a la vista el seno que no cubre mi mano. Me gusta la foto.
«Un poco de inspiración para estos días que están resultando ser una mierda, sonríe hombre caliente». Presiono enviar con una sonrisa.
Como extrañaba enviar esas fotos calientes a Chris. Me coloco de
nuevo mi camisa.
Mientras espero su respuesta subo al otro piso y no puedo evitar entrar a la habitación de mis padres. Por muy extraño que parezca, la habitación de mis padres es un lugar que muy pocas veces visito,
no me siento cómoda en ella.
Tarareo una canción mientras esparzo los perfumes de mamá, comparando sus olores y terminando tosiendo ante el olor dulzón.
Tomo una de sus cremas que resulta que huele a frutas agradables.
Cuando abro el cajón de joyas de mi madre, niego con la cabeza, la mujer sí que tiene joyas, papá sí que la consiente, aun cuando ella puede ser algo mala con él en ocasiones.
Mi celular suena, lo tomo y es una imagen de la mano de Chris presionándose sobre su entrepierna a través del jean, muerdo mi labio leyendo sus palabras.
«Algo está comenzando a levantarse» río y guardo el celular. Ya luego le responderé.
Abro uno de los cajones, río al encontrar ropa interior que podría pertenecer a una modelo, pero de nuevo, mamá luce como una modelo. Cierro el cajón y abro otro encontrando esta vez bóxers, inmediatamente lo cierro, ¡iugh!, no quiero ver la ropa interior de papá. Poco a poco me vuelvo cada vez más curiosa y desobediente revisando todos los cajones, incluso, encuentro el de recibos y pagos importantes. Hago de cuenta que no descubrí un cajón con

vibradores y juguetes sexuales, necesito sacar esa imagen de mi cabeza.
Abro el cajón de la mesita de noche con curiosidad.
—Uhm... Fotos —digo entusiasmada sacando el cajón y dejándolo sobre la cama.
Hasta dónde tenía entendido, siempre me tomaron muy pocas fotos de pequeña, mamá dice que no era una niña bonita, pero papá me mostró una y definitivamente yo era una niña bonita.
Encuentro las fotos de mamá embarazada y sorprendentemente alguna de ellas en la parte de atrás dicen palabras dulces de su
propia letra, no puedo evitar sonreír, sobre todo ante lo que parece una ecografía donde se lee: «Hoy descubrimos que eres una niña cariño, estamos esperándote Tn».
—Mira, parece que sí me quería —murmuro, pasando todas las fotos de su embarazo. Anastasia, al parecer, siempre ha sido una mujer hermosa.
Comienzo a encontrar una serie de fotografías de mí de pequeña y, dejando la modestia muy lejos, me tomaré el atrevimiento de decir que era una bebé que patearía el trasero de cualquier bebé, era adorablemente hermosa.
—¡Oh, pero que bella la pequeña Tn! —digo riendo y viendo la foto de cerca—, mi cabello era más claro, pero si parecía una muñequita.

CensuradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora