Capitulo 104

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CHRISTOPHER

—Dijiste que nunca ibas a mentirme —dice Tn en cuanto me siento fuera de la tienda de música, enarco mis cejas hacia ella.
—¿Te he mentido en algo? —cuestiono algo confundido, y llevo mi gorra hacia atrás para sentarme sobre un muro. Es el momento de descanso de la tienda de CDS.
—Sí, no me dijiste que tu exnovia ha estado acosándote —señala, ubicando las manos en sus caderas. Chasqueo la lengua, cierto, no lo hice, ni siquiera sé por qué, quizás porque no le he dado importancia al asunto. Mi error.
Entrecierro mis ojos por el poco sol que hay y acomodo una vez más la gorra sobre mi cabeza hacia atrás. Ella espera pacientemente mi respuesta.
—No le he dado importancia.
—Bueno, quizás debas darle un poquito de importancia a que tu ex se desnude para ti en una oficina y te ofrezca sexo.
—¿Aun si no lo acepto?
—¡Aun así!
—Entonces, en ese caso lamento no habértelo dicho. No creí que fuera importante, soy idiota.
—Sí, lo eres.
—Te lo dijo Landon, ¿verdad?
—Él pensó que yo lo sabía.
—De acuerdo, igual he dejado las cosas claras con ella.
—¿Ella realmente lo ha entendido? —cuestiona, caminando hacia mí. Sube a mi regazo y se sienta a horcajadas pasando sus manos por mi cuello, inmediatamente rodeo su cintura con mis brazos—.Has conseguido a una exnovia terrible.
—Bueno, en un momento ella fue normal y dulce. Se dice que de cada mal rato se obtiene experiencia o algo así.
—Yo no seré loca si decides terminar conmigo, lo prometo.
—Pero es que ni siquiera planeo dejarte —digo, dejando un suave beso en su barbilla—, tendría que estar loco. Eres como lo que no buscaba pero necesitaba.
—Suena como una canción de Shawn Chris, no hagas plagio.
—De acuerdo, me atrapaste—concedo riendo.
—Ya Jessie tiene el pastel de Landon.
—Mi hermanito menor ya tiene 20 años, crecen tan rápido.
—Y tu novia también va a crecer en unos meses, en cinco meses y medio... ¿Sabías que nací en los primeros días de los ocho meses de gestación?
—No, no sabía, de hecho, no sé tú comida favorita.
—Tú.
—Yo no entro en el rango de comida —digo riendo. Ella muerde mi barbilla.
—Pero a ti puedo morderte y saborearte... Pero en serio —se hace hacia atrás con sus brazos rodeando mi cuello—, mi comida favorita es pollo a la parmesana, pero es porque muy pocas veces mamá lo

cocinaba y a mí me encantaba.
—Estás preocupada.
Ella suspira y libera sus brazos de mi cuello para proceder a recoger su cabello. Espero pacientemente a que comience a hablar, aún tengo algunos minutos libres antes de entrar de nuevo en la
tienda a trabajar.
—No he hablado con mamá desde el día que fui a verla, eso sería hace una semana y media —respira hondo—, no sé si está bien. ¿Qué pasa si se está volviendo loca? ¿Si no la están tratando bien?
—Pero ella también está con tu tía Katerina, y tú dices que es dulce.
—Lo es, pero entonces Calena también es muy buena manipulando.
—¿Qué más está preocupándote?
—Mis manos.
—¿Qué pasa con tus manos muñeca?
Ella me ve fijamente con esos ojos verde pálidos que resultan curiosos y hermosos, es un rasgo físico de Tn que me gusta.
—Siento que sí acabé con Analise, algo aquí —señala su cabeza—, algo en mis pensamientos me dice que la posibilidad es enorme. He estado teniendo sueños vagos, parecen más como recuerdos.
Cuando despierto siento culpa, no creo que estén mintiendo. Creo que realmente pude haber puesto fin a la vida de Analise.
La miro fijamente y atraigo sus manos hacia las mías. Quizás su mente está jugando con ella recreando escenas que considera coincidentes con lo que todos dicen que sucedió o tal vez realmente
sí sucedió. Pero estoy seguro que alguna explicación tiene que haber.
Después de todo es Tn, una chica alocada que maldice mucho pero que también tiene un gran corazón y grado de protección con las personas que le importan.
—Si ese es el caso, no creo que hayas decidido a los 7 años acabar con la vida de alguien. Quizás solo fue un accidente en caso de que sea cierto.
—No sé cómo sentirme al respecto.
—Quiero que hoy te relajes un poco en el cumpleaños de Landon. Deja descansar tu cerebro, sé que llevas días dándole vuelta a todo lo que sabes tratando de encontrar una solución. Pero por hoy solo disfruta.
—Sí —ella me besa lentamente, introduce su lengua en mi boca y luego de unos roces y succiones, se aleja—, ahora tú debes volver al trabajo y yo debo reunirme con papá.
—De acuerdo, ¿paso por ti?
—No, yo llegaré con Jessie, Dina y el delicioso pastel.

—Más deliciosa eres tú.
—Eso te ha hecho ganar un beso —indica antes de comenzar a besarme, un beso da paso a más besos, y parece que aún puedo tomarme unos minutos más antes de entrar a la tienda. Después de
todo son los besos de Tn.
[...]
—Este definitivamente es un buen auto, Landon.
—¡Lo sé! Digo, no es como si con este Logan va a ganarse todo el tiempo perdido por su homofobia. Pero, joder, no voy a fingir que no quiero este auto —palmea el techo—, lo amo, este es el verdadero amor de mi vida, voy a ponerle un nombre y todo.
—Ya veo —digo riendo—, no te está comprando, es un buen regalo.
—¡Tn tiene razón! Somos asquerosamente ricos y contra todo
pronóstico no diré «no me gusta tener dinero». ¡Me encanta! —da un par de saltos bastante entusiasta—, pero siento que también me lo he ganado, no soy solo un miembro de la familia. Ayudo en la
academia, soy atractivo, caliente y amable, incluso con las personas
comemierda que no merecen ni una media sonrisa.
—Sí, eso definitivamente te hace una buena persona.
—Sé identificar el sarcasmo, Chris —me informa haciéndome reír—. ¿Dónde está el regalo que vas a darme?
—¿Qué pasa con el clásico «tu presencia es el mejor regalo»?
—Eres mi hermano y no debemos mentirnos. Amo los regalos y tú eres el mejor dándolos.
Río, metiendo mi mano en el bolsillo trasero de mi pantalón antes de sacar cuatro boletos y unos pases que hace que Landon los arranque de mis manos.
—¡Joder! ¡¿Cuándo los comprastes?!
—Los aparté desde hace unos meses.
Landon me abraza con fuerza y palmea de una manera muy brusca mi espalda, luego ríe y se disculpa.
—¿Veré a todas estas bandas? —pregunta incrédulo—. Joder, son
grandes bandas. Casi todas las que me gustan.
—Oh, espera, casi lo olvido —saco dos boletos más de mi bolsillo—, parece que también tienes un concierto al que ir en Londres de...
—¡Shawn! Olvídalo, en este momento estoy amando más todos estos boletos que el auto, de hecho. ¿Cuál auto? —pregunta irónicamente

CensuradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora