Capitulo 71

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Entro en el despacho del taller mecánico sin devolver los saludos que me ofrecen. Logan está sentado tras el escritorio y me observa con sorpresa y curiosidad mientras cierro la puerta tras de mí.
—Jocelyn Preston.
—¿Perdón? —pregunta desconcertado viendo cómo me inclino en su escritorio.
—Jocelyn Preston.
—¿Quién se supone que es esa?
—Esa es la absoluta loca obsesiva que has dejado entrar en la academia, papá.
Él parece estar pensándolo, finalmente sonríe y asiente con la cabeza, como reconociendo el nombre. Quiero sacudirlo con fuerzas.
—Sí, ya sé de quién hablas.
—¡Oh, qué bien! Ahora explícame cómo la dejaste entrar en la academia.
—En la academia nosotros no discriminamos, hijo.
—¿Me estás jodiendo? Tienes una doble moral muy grande. ¿Cómo es que te sientas y dices que en la academia no se discrimina cuando ni siquiera puedes ver a tu hijo a los ojos cuando esta frente a ti en la academia? ¿Eres realmente loco?
—¡Más respeto, Christopher! —pasa una mano por su rostro—. ¡Ya no sé qué es lo que maldita sea quieres! Todo el tiempo exiges y exiges, vives recriminando todo. ¡Solo dame un respiro! Acabarás
asfixiándome.
—Si yo te asfixio tú, malditamente, me estás ahorcando. ¿Tienes idea de lo pesado que es cargar con toda tu mierda? Soy tu hijo no tu maldito padre. Has aceptado a una loca en la academia y, peor aún, a mitad de curso. ¡Eso no se puede hacer!
—Ella sabe convencer.
Cierro la boca con rapidez mientras lo observo, lo sobresalto cuando golpeo mi puño en el escritorio haciendo caer unos lápices y calculadoras, como si él las usara.
—¡Te la tiraste! —grito furioso—. Te tiraste a la maldita loca de mi ex. ¿Qué en el jodido mundo está mal contigo? ¡¿Por qué haces algo como eso?!
—Yo... Yo no sabía que era tu ex...
—Aún si no lo sabías ¡Es una niña! Tiene solo 20 años, por Dios, tú le duplicas la edad con unos años más. ¡Tienes 47 años! ¿Por qué lo haces? ¿Quién coño eres?
—Hijo... —intenta tocarme pero me alejo.
—No me toques, me asqueas, ya he terminado contigo, has caído muy bajo —digo entre dientes, joder, incluso siento mis ojos humedecerse—, ya no puedo seguir justificándote, no puedo. Me niego a creer que eres el mismo hombre que amó a mamá no puedo ni siquiera dejar que me toques. No te reconozco. No puedo seguir viendo cómo te sometes a este castigo auto impuesto ¿Realmente deseas ser odiado? Pues lo estás consiguiendo, yo realmente estoy cansado, no puedo cuidarte más.

—Chris, hijo...
—No puedo, realmente no puedo —niego con mi cabeza—, una cosa es cuidar los negocios pero cuidarte a ti es imposible. Tú no quieres que te cuiden, tú quieres destruirte, quieres estar una y otra vez en la misma mierda. ¿Cuántas mujeres vas a tirarte antes de aceptar que eso no te ayuda a superar la muerte de mamá? ¿Cuántas veces vas a rechazar a Landon para convencerte de creer que ser gay
está mal? ¿Cuántas veces deberé recoger tu mierda justificando el hecho de que te amo? ¡No puedo!
—¿Crees que no me odio? ¿Qué no odio toda esta mierda, Chris? ¿Crees que no odio estar perdido sin Janet? ¿Qué no odio que mi bebé, mi Landon, sea lo que es y no pueda aceptarlo? ¡Hay algo en
mí que no me permite aceptarlo!
Niego una vez más con mi cabeza, no estoy dispuesto a estar más tiempo acá.
—Estás enfermo, papá, y no voy a salvarte.
Sacudo mi cabeza saliendo del lugar, no voy a darle la espalda a los negocios, pero tampoco voy a intentar justificar una vez más la actitud de Logan, me he rendido con él, finalmente entiendo que cuando perdí a mi madre también perdí a mi padre.
[...]
Respiro hondo apagando el auto, miro hacia la peculiar y pintoresca gran casa de Tn. No sé si ha sido buena idea dejarla
pasar todo el día de ayer con su enojo antes de venir finalmente a disculparme.
Quizás también el retraso de las disculpa se deba a que pasé gran parte del resto de mi día golpeando el saco de boxeo y cuando eso no fue suficiente fui con Erick al gimnasio. Justo ahora cada músculo de
mi cuerpo duele, se siente como si quemara ante cada movimiento, pero eso sirvió para drenar la frustración y molestia, aún conservo parte de ella, pero puedo controlarlo. Bajo del auto y camino hacia la casa de Tn, solo espero que su
mamá, que parece detestarme sin conocerme, no me corra o cierre la puerta en la cara.
Presiono el timbre aun cuando percibo una discusión detrás de la puerta. Estoy dispuesto a irme pero la puerta se abre y la misma belleza de cabellera rojiza que apareció al final de la primera cita con la muñeca, abre la puerta. La prima rusa de Tn.

Sin duda la prima rusa es hermosa, pero me gusta la belleza de Tn, no cambiaría a Tn.
Ella solo se queda viéndome, me da un repaso y lame sus labios haciendo que me remueva algo incómodo. Sus ojos grises se abren mucho mientras enrosca uno de sus dedos alrededor de un mechón
de su cabello.
Esta chica es una experta en seducir hombres, es una suerte que conozco este tipo de juegos y no pienso caer.
—Disculpa, ¿está Tn?
—Uh... Tn estar ocupada, tú y yo podríamos... ¿Hablar?
—No creo que podamos hablar, pero me gustaría que...
—Sería interesante... Tú y yo...
—Piérdete —dice la voz de Tn llegando detrás de su prima — retrocede Kattia.
La prima de Tn hace una mueca dándome una mirada extraña y balanceándose en sus pies.
—Será mejor que entres Kattia, ahora.
Kattia resopla me da otra mirada y entra pisoteando muy fuerte a la casa. Tn la sigue con la mirada antes de girarse hacia mí.

CensuradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora