Tambores de guerra

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Bakugou permaneció por breves instantes en su lugar mientras era acechado por ese ser de las arenas, el cual estaba ignorando ante la severidad de saber que ocurría con esa niña. No iba a estar ahí para huir y perder energías evitando los ataques de ese monstruo, su opción más viable era acabar con él.

Se giró hacia aquel ser que la pequeña castaña había definido como Noumu teniendo una postura hostil para contrarrestar su próximo ataque, la niña inmediatamente pausó su huida al ver las intenciones que seguían firmes en Katsuki.

—¡Espera! ¡De verdad no puedes matarlo! —Regañó preocupada observando como ese sujeto se impulsaba a atacar. —Serás condenado.

La niña miraba con horror cómo iba a suceder ese enfrentamiento, sin embargo, las botas de Katsuki frenaron con dificultad en la arena al notar como Stain se interponía en su camino para rebanar una de las piernas del Noumu.

La bestia de piel oscura chilló retrocediendo unos pasos sujetando su herida con su otra mano.

—No puedes matarlas, pero sí dañarlas para hacerlas retroceder —explicó el azabache levantando su bufanda para ocultar su boca mientras agitaba su arma para que salpicara la sangre en la arena en medio círculo y limpiara el filo.

El Noumu gruñó entre alaridos que podían entenderse como lamentaciones, posteriormente se sumergió entre la fina arena dando indicios de que se retiraba con una contundente derrota al perder una de sus extremidades.

Stain resopló con poco esfuerzo para guardar su sable, segundos después miró de reojo a Katsuki y la pequeña que se acercaba con una faceta entre sorprendida e indignada.

—¿Qué era esa cosa? —Cuestionó Bakugou a la defensiva, cada vez más notaba un alto grado de conocimiento de ese entorno al druida.

—Noumu —respondió con una pausa prolongada sin intención de explicar más allá, sin embargo ante la insistente mirada pulcra y severa en los ojos escarlatas del rubio decidió continuar. —Seres corrompidos que perdieron su conciencia, pueden ser tanto humanos u otra raza de los clanes. No puedes-... —fue interrumpido por la voz aguda que aproximaba.

—¡No puedes matarlos en el desierto o sus cuerpos no se purificarán! —Exclamó la niña. —Se levantaría un pecado en tu alma, tendrías un severo castigo.

—¿Incluso peor que perder la vida? —Cuestionó Bakugou reprendiendo a la infante que titubeó a ello sin poder responder.

—En cualquier caso... gracias por salvarme —susurró tímidamente girando hacia otro ángulo, segundos después levantó su rostro para mirar a Stain. —¿Eres uno de los vendimiados de noumu? ¿Y tú... no eres de por aquí verdad? —Preguntó eso último a Bakugou.

—No, solo ya había estado aquí antes, conozco los noumu y lo que hay que hacer con ellos —exclamó Stain. —Estamos de paso.

—Entiendo van hacia el oasis Naboto, entonces vamos al mismo camino —exclamó con emoción dando un par de saltos. —¡Yo vivo ahí!

Bakugou giró de reojo confundido hacia Stain.

—Existe una civilización que reside ahí, ¿acaso pensaste que era un sitio verde inhabitado? Es demasiado bueno para ser un tesoro olvidado en el desierto.

—Esperaba algo así cuando dijiste que este lugar estaba bifurcado de cualquier viajero o explorador —respondió altivo resguardando su idea. —Entonces, ¿quién eres y qué es lo que hacías en medio de la nada exponiéndose a esas cosas? —cuestionó a la pequeña la cual solo respingó aferrando el morral entre su pecho y sus hombros.

—Buscaba algo... —mencionó aun en desconfiada a los forasteros. —Soy Mahoro.

 —Soy Mahoro

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Clan de Lobos [BkDk]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora