Clan de Lobos [BkDk]

Abismo

Las miradas llenas de aversión de uno al otro estaban cada momento intensificándose, era un hecho que la maldición que había arrojado Uwabami hacia ambos estaba dando el efecto que ella deseaba, requería robarles vitalidad para poder sobrevivir luego de aquella lesión que tenía desangrándose del vientre.

Observaba sin temor desde su misma posición, recargando su peso a una de sus manos y con la otra cubriendo su herida, no entendía precisamente como es que había forasteros por aquellos terrenos inhóspitos y llenos de misterios para ellos, aunque, lo relevante era curarse.

Esto era malo, demasiado malo, la mente de Izuku estaba nublada, no recordaba el propósito o porque se encontraba en un terreno montañoso cubierto de un manto nevado, el único razonamiento que tenía era derrotar aquella persona que le miraba con unos ojos llenos de fiereza e instinto salvaje de depredador.

Cerró su mano fuertemente al mango de la espada que colgaba en el cinturón, su posición de guardia había aumentado una vez que vió como el rubio daba un paso adelante con lentitud.

—Comiencen —alentó la mujer.

Ese fue el gatillo para que Katsuki se acercara a paso rápido sin problema por la nieve debajo de su calzado, saltó directamente hacia Izuku, el cual tuvo el suficiente reflejo para esquivarlo retrocediendo al tiempo que desenfundaba su arma; fue allí donde aprovechó a asestar el filo hacia Katsuki, éste ladeó su cuerpo enseguida dando sólo un leve rasguño a su cuello con una herida que comenzaba a sangrar.

Uwabami sonrió sorprendida por los agudos reflejos que manifestaban ambos a pesar del extremo clima que cubría sus cuerpos. Podía juzgar que el humano que estaba en plena lucha era alguna clase de guerrero de calibre por el movimiento con el que manejaba la espada, pero no tendría mucha oportunidad con el otro, el mismo Katsuki que sencillamente tenía un sentido más agudizado por no mencionar que la fuerza descomunal, si Izuku cometía un pequeño error, sería su tumba.

La cortadura que obtuvo en el cuello propició que Bakugou arrugara el entrecejo bastante cabreado, agachó su cuerpo para girar con el impulso y así darle un codazo en el costado a Izuku, cayó al suelo tosiendo por el vacío de aire que obtuvo ante la contusión en sus costillas. Katsuki ni le dio oportunidad de poderse levantar ya que lo volvió a arrojar de nueva cuenta metros adelante por una patada.

El grito agónico de Midoriya estremecía a la lamia que observaba satisfecha como con cada lesión que obtenía el chico su herida cerraba al igual que actuaba como analgésico ya que pudo levantar su torso de una buena vez para mirar con mejor detenimiento el espectáculo.

Un espeso calor recorrió la boca de Izuku, había comenzado a sangrar tras haberse mordido parte del labio tras el impacto de hace unos momentos, escupió parte del líquido para así intentar levantarse entre tambaleos por el dolor que yacía en su tórax.

El silencio con el que Katsuki se acercaba a él bajo esos ojos carmesís imponentes, eran suficiente para intimidar a cualquiera, sin embargo Izuku no lo estaba, el chico manifestaba un rostro en determinación y valentía de continuar con la lucha. En un vago desespero buscó un cuchillo que siempre llevaba consigo como acto reflejo tras ver como el rubio se acercaba en un salto sobre él, pero no estaba la funda a su espalda; su mano buscó a tientas en la nieve la espada que estaba siendo enterrada entre la misma, al encontrarla por fin, su cuerpo se movió como defensivamente levantando el arma.

Bakugou no tuvo oportunidad de evadir su caída y así obtuvo una lesión más por el filo que había cortado su brazo izquierdo, desgarrando parte de la manga del saco que portaba y tiñendo una porción por la sangre que brotaba de la cortadura.

El rubio retrocedió un salto sujetando aquella parte donde recientemente se había lastimado, Izuku aprovechó el momento para ponerse de pie agitado por lo ocurrido.