Clan de Lobos [BkDk]

Emboscada

Midoriya contemplaba el cielo que rozaba el perímetro de las copas de los árboles mientras brisa de aire transcurría en el lugar, revoloteando más sus cabellos, suponía que había pasado demasiado tiempo como para por fin preguntar por ello.

—Baku...—llamó pero poco después se detuvo pensando lo que diría —uhm, Kacchan...

—¿Ah? —giró su rostro tras escuchar hablar a su acompañante, Izuku alzó la vista aliviado de que no se tomara mal ese seudónimo.

—¿Puedo saber que te pasó antes de encontrarte en aquella cueva? —un silencio incómodo surgió en el entorno al no recibir una respuesta, únicamente los pasos quebrar las hojas en el suelo resonaban en el sitio. El chico se había resignado con ese mutismo a continuar preguntando.

—Fui emboscado. —Dijo sin más deteniendo su paso, Izuku se sorprendió haciendo que se encogiera entre sus hombros.

—¿Fue algún cazador? O quizá... —pausó al ver el ceño fruncido de Bakugou mirando hacia la nada.

A estas alturas no lo había pensado con detenimiento, pero posiblemente se había metido en un gran problema que conllevaba estar con ese clan... Un peligroso problema. Ya estaba cerciorado, estuvo al borde de la muerte más de una vez en menos de dos días, tenía que comenzar a adaptarse a la situación.

—No, fueron lobos —complementó girando para responder con firmeza librando de sus pensamientos a Izuku —una pequeña manada de malditos bastardos me atacaron.

—Creí que todos un ustedes pertenecían a la misma manada—Bakugou rió entre dientes al escuchar eso.

—Es más complicado de lo que te imaginas; alguna vez fuimos un solo Clan pero una fracción se dispersó... ¿Ahora lo imaginas? —Midoriya tragó hondo tras cruzarse esa idea en su cabeza.

—Quieren... ¿Quieren deshacerte de ti para tener el liderazgo de la zona?

—Comienzas a entender más rápido lo que te digo —asintió divertido por las reacciones frustradas de Izuku —pero son unos idiotas si piensan que podrán llevarlo a cabo, sólo una vez lograron lastimarme...No volverá a suceder —bajó su mirada hacia su abdomen tocando la cicatriz que perduraría con él como un recuerdo un tanto amargo.

Midoriya comenzaba a estresarse por ello, era como una típica situación política de algún reino, no sabía los motivos pero era notable que a muerte se trataría.

—Entonces... ¿Tú me necesitas para evitar volver a pasar por lo mismo? —dijo observando la herida en el rostro del rubio que apenas y ya se notaba por el tratamiento que había hecho.

—Esos incompetentes no pueden regenerarse como yo, posiblemente sean emboscados también ya que se negaron a abandonarme. Ellos requieren tu apoyo, Deku.

El chico ya interpretaba mejor los pensamientos con antelación del lobo, se había equivocado rotundamente con él, Bakugou Katsuki era alguien más bondadoso de lo que da a parecer, todo un auge digno del líder que cuida bajo su brazo a los suyos. Una sonrisa floreció en Izuku asintiendo tras entender las conmovedoras intenciones de Bakugou.

Estaba más tranquilo, aseguraba que Uraraka ya debía haber llegado a Erbarn, ese peso de culpa había bajado de sus hombros, ahora podría encargarse de lo sucedido con más facilidad, a pesar de que sus pensamientos de nostalgia hacia Goa no podrían hacer falta.

Había llegado nuevamente al corazón del bosque, donde tenía sus territorios y más seguridad del entorno.

—¿Hmm? —Alzó la mirada Kyouka al escuchar ruidos al borde del valle —parece que Bakugou y Midoriya volvieron —señaló llamando la atención del par de chicas que le acompañaban.